Avanzar siempre, abandonar jamás

VERSIÓN INTERACTIVA

El educador salesiano Jorge Aracena lleva más de cuatro décadas dedicado al running, disciplina que hoy busca impartir en sus estudiantes. “Ayuda a la constancia, a manejar la fuerza de voluntad, conocerse a sí mismo y después, lo que uno aprende corriendo lo puede aplicar en la vida en general”.

La sierra de Chihuahua en México esconde un tesoro. En sus tierras nacen los mejores corredores del planeta, el pueblo Rarámuri o “los de los pies ligeros”, conocidos mundialmente por su resistencia corriendo distancias de cientos de kilómetros.

Una de ellas es Lorena Ramírez, quien en 2017 ganó el ultramaratón de los Cañones de Guachochi con solo 22 años. En menos de 13 horas recorrió 100 kilómetros. ¿Lo increíble? Ganó sin entrenar, con su traje tradicional y sandalias de plástico.

Fue tanta su popularidad, que en 2019 Netflix estrenó un documental sobre ella en el que expresó que mientras le dé el cuerpo, seguirá corriendo.

Amor a primera vista

Jorge Aracena comparte la misma pasión por correr, profesor de lenguaje del Centro Educativo Salesianos Alameda, quien tuvo su primera carrera a los ocho años de edad. En la actualidad tiene 65, más de 400 carreras, miles de kilómetros en el cuerpo y un ritmo de entrenamiento de tres a cuatro veces por semana.

Su pasión por correr fue instantánea. En ese entonces era un estudiante que tenía clases de educación física en el Estadio Nacional. “Había un profesor que nos hacía atletismo y a mí me gustó desde un comienzo. Tuve espíritu competitivo desde pequeño”, expresa.

Su padre le pedía que lo acompañara a ver competencias, ya que trabajaba en la revista Estadio (1941-1982), lo que también ayudó a propiciar el amor por este deporte.

“Iba al estadio y me producía mucho gusto ver a los tipos corriendo y eso me motivó. Luego llegábamos a casa con mi hermano y nos imaginábamos como si estuviéramos en la pista del Estadio Nacional y dábamos vueltas y vueltas, y eso me encantó”.

Por el placer de correr

Explica que este deporte necesita regularidad y constancia, porque los resultados no son inmediatos, sino que a largo plazo. Aún recuerda lo que sintió la primera vez que participó de una competencia. “Debuté en una carrera nocturna. Lo que me impactó fue el gusto de ir entre la masa y el sonido del golpeteo de las zapatillas en el pavimento”.

Con el tiempo descubrió lo que especialistas definen como “efecto placebo”, que después de tanto correr, hormonalmente uno siente gusto y placer.

Admira a Edmundo Warnke, Omar Aguilar, Luis Nempo, Jorge Rojas, Ramón Sandoval, Jorge Grosser y Víctor Ríos, atletas chilenos “con mucha fuerza y coraje”, como los define Jorge.

El running le ha enseñado varias lecciones a nivel personal y profesional, principalmente a cultivar y fortalecer su motivación. “Los corredores de distancias largas tenemos que automotivarnos, sobre todo en la misma carrera, porque llega un momento en que la fatiga y el cansancio te atacan. Es fácil dar un paso al costado, vencerse y decir no puedo, pero jamás he abandonado una carrera”.

Jorge, además, sostiene que la práctica del deporte ayuda a mejorar características y hábitos, como el orden y disciplina. “Ayuda a la constancia, a manejar la fuerza de voluntad, conocerse a sí mismo y después, lo que uno aprende corriendo lo puede aplicar en la vida en general”.

Dicho aprendizaje intenta traspasar a sus estudiantes en el aula. Algunos se han motivado y han entrenado junto a él. Irónicamente, su pasión no llegó a contagiar a sus hijos. “Tenía ganas de que con lo aprendido, ojalá me naciera un hijo corredor, pero fracasé grandemente”, dice entre risas.

Descansar en Don Bosco

Para Don Bosco, las artes y el deporte eran actividades transformadoras en la vida de los niños y jóvenes, y Jorge Aracena opina igual que nuestro Padre Fundador. “Pienso que el deporte hace que los muchachos no caigan en tentación de malos pensamientos; el ocio siempre lleva a eso”.

Cuando la fatiga golpea el cuerpo en los últimos metros de la carrera, los corredores buscan algunas motivaciones para llegar al final. Jorge varias veces descansó en el Santo de la juventud. Le decía: “Don Bosco, dame fuerzas para llegar a la meta”.

Para él, la idea de Don Bosco atraviesa todo el campo educativo, “es una educación para la vida y para perseverar”.

Jorge lleva más de 40 años corriendo y hoy dice con orgullo que está en la categoría senior (mayores de 65 años). Una de sus metas es correr hasta los 70 y si puede más, quizás. Una zancada a la vez.

Decálogo del corredor

1. Usa ropa adecuada y zapatillas livianas.

2. Entrena sin engañarte. Proponte una distancia y cúmplela. Calienta siempre.

3. Ten una actitud deportiva en la semana y no postergues la salida por ningún motivo.

4. Entrena bajo cualquier condición climática, pues las carreras no se postergan nunca.

5. Una vez a la semana proponte una meta o trabajo muy exigente. Después de esto nada será imposible.

6. Durante la semana agrega un día como mínimo que contenga alguna longitud empinada, calle “cuesta arriba” o derechamente un cerro.

7. El día de la “carrera” no dejarse impresionar por nadie en el punto de partida. Primero, debes luchar contra ti mismo y después contra los “otros”.

8. La carrera siempre se termina. Si hay problemas debes “luchar” y no darte por vencido jamás.

9. El día anterior a la carrera toma mucho líquido y duerme una buena cantidad de horas. Intenta nutrirte bien y no comas exageradamente.

10. Realiza un “plan de carrera” que sea tuyo, personal, con varias alternativas.

Suerte y… a correr.

VERSIÓN INTERACTIVA

Por Karina Velarde, periodista

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