La Organización Mundial de la Salud (OMS), a mediados de mayo, recibió la notificación de cuatro casos confirmados de viruela del mono en Reino Unido. A los pocos días, casi 20 países notificaron la enfermedad, principalmente de Europa, alertando sobre una posible nueva pandemia global.
A mediados de junio los casos confirmados sobrepasaron los mil en unas 30 naciones donde la enfermedad no es endémica, es decir, que no son afectadas habitualmente por el virus. Pese a que el organismo internacional reiteró que es poco probable que la patología siga el camino del Covid-19 y se convierta en pandemia, algunos países comenzaron a aplicar estrategias preventivas.
En la mayoría de los territorios con presencia notable de la viruela, como España, se aprobó una vacunación que prioriza la administración post expositiva para personas con alto riesgo de gravedad o exposición, es decir, solo para quienes tuvieron un contacto claro ante el virus, descartando la inoculación preventiva, como contra el Covid.
¿Qué es la viruela del mono?
Según indican los organismos de salud, se trata de una zoonosis viral, un agente patógeno de origen o transmisión animal, que posee dos cepas y es causada por el virus de la viruela símica, que pertenece al mismo género de la viruela común.
Sus síntomas más comunes son la erupción cutánea aguda, dolor de cabeza, fiebre superior a 38,5°, dolor muscular y de espalda, sensación de agotamiento e inflamación o hinchazón de los ganglios linfáticos.
Se transmite principalmente por contacto directo o indirecto con sangre, fluidos corporales, lesiones en la piel o mucosas de animales infectados. La transmisión en personas puede producirse por contacto directo con lesiones cutáneas, gotitas exhaladas de una persona infectada y objetos contaminados recientemente con fluidos.
El periodo de incubación promedio puede ir desde los seis hasta los 13 días, los que pueden variar entre los cinco y 21.
Según indica el Ministerio de Salud de nuestro país, para confirmar casos la prueba de laboratorio recomendada es la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Las muestras de diagnóstico óptimas para la viruela símica se realizan en las lesiones de la piel, específicamente el techo o líquido de las vesículas, pústulas y costras secas.
Origen y futuro
El profesor de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Chile Patricio Retamal explicó a El Mostrador que las enfermedades zoonóticas se originan por “la transmisión de agentes patógenos entre los animales y las personas, en condiciones naturales”.
Su origen, señala el docente, “es diverso, pero generalmente se debe al contacto cercano con animales domésticos o silvestres, por el consumo de alimentos de origen animal o por el contacto con insectos que transmiten enfermedades entre los animales y personas”.
El académico recalca que estas enfermedades han ocurrido desde hace miles de años, “probablemente desde que existen seres humanos en el planeta”, y seguirán ocurriendo a futuro, “simplemente por el hecho de que personas y animales coexisten y que los agentes patógenos pueden transmitirse entre estas especies”.
El devenir humano, en efecto, ha estado marcado por grandes eventos sanitarios producidos por enfermedades de origen animal; como la peste bubónica o negra, que provocó la pandemia más devastadora de la historia en el siglo XIV; la gripe española, que a principios del siglo XX acabó con la vida de 40 millones de personas; el cólera, que ha tenido múltiples epidemias por más de 2.000 años; el ébola, que ha afectado a África con diversas cepas en el último siglo, y el reciente Covid-19.
El 75% de las enfermedades son zoonóticas y cuatro de cada cinco virus emergentes son originados en animales. Según la OMS, actualmente hay más de 250 enfermedades de este tipo y cada año surgen más. Antes permanecían en los lugares donde se originaban y afectaban en forma permanente zonas geográficas concretas, es decir, eran endémicas, pero con factores actuales como la hiperglobalización se han facilitado sus expansiones.
En el caso de la viruela del mono, cuyo medio de propagación principal son los roedores, fue reportada por primera vez en 1958 y, pese a que en décadas pasadas ya se había propagado desde África a diversos países fuera del continente, nunca representó un problema sanitario por su lenta transmisión.
Beatriz Marincovich, académica del programa de Salud y Comunidad de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, indica que “la mayor transmisión de estas enfermedades se ha ido acentuando a medida que la población humana ha crecido y, consecuentemente, también ha aumentado la frecuencia de eventos de zoonosis”.
Además, complementa que “en la actualidad la gente se moviliza y desplaza más fácilmente por el mundo y eso determina que enfermedades que antes eran geográficamente acotadas, como la viruela del mono, ahora se transmitan en otros países y continentes”.
Por José Miguel Estay, periodista