Han sido meses difíciles desde el primer caso de Coronavirus en nuestro país, la situación sanitaria se ha agravado considerablemente desde marzo pasado. Universidad, colegios, parroquias y santuarios salesianos se han visto en la obligación de cerrar sus puertas para transitar al espacio digital, pero una obra que no ha cesado en el trabajo presencial con los más necesitados ha sido Fundación Don Bosco, que entre abril y mayo vio mermado los aportes que recibe y donaciones producto de la pandemia.
A pesar de que el contexto sanitario y económico sea preocupante, la Fundación realizó esfuerzos mayores para seguir adelante con su misión de ayudar, acompañar y evangelizar a niños, jóvenes y adultos en situación de calle.
Junto a la Organización Red de alimentos, un equipo de logística y grupo de voluntarios se realizaron diversas estrategias de búsqueda de víveres para responder a todas las necesidades de las distintas residencias, programas ambulatorios y ayuda comunitaria.
En la residencia familiar y oratorio Patio Punitaqui de Santiago se realizó todo un trabajo de contención y cambios de actividades de los niños frente a la ansiedad de estar en cuarentena. Se entregó atención psicológica y terapia ocupacional que ayudan a bajar la tensión, en el proceso de autocuidado propio y trabajo interno. Además de fortalecer el trabajo en el acompañamiento educativo, de manera que los menores de edad siguieran con los aprendizajes y responsabilidades educativas, dadas por los colegios en los que participan.
En un esfuerzo continuo de acompañar a los beneficiarios de los distintos proyectos y programas, se realizó un catastro evaluando la situación de cada grupo familiar, para así crear un plan de acompañamiento y ayuda, el que consistió en la entrega de cajas de alimentos y utensilios de aseo a las familias más vulnerables de los programas de niños en situación de calle, programas ambulatorios, menores con padres privados de libertad y familias bajo la línea de la pobreza en sectores periféricos.
Los adolescentes, niñas y niñas de las distintas residencias y albergues de la Fundación, recibieron una capacitación para establecer un operativo de limpieza y sanitización, tarea realizada por ellos, supervisada por sus educadores, de manera de cuidar su casa y evitar el contagio.
En el centro día de Valparaíso se instaló un dispositivo en el que se entrega alimentación, un kit de higiene y protección para personas en situación de calle.
Frente a la situación de pandemia y llegada del invierno, se realizó un operativo de vacunación contra la influenza para la totalidad de los beneficiarios y personal de la Fundación como prevención de contagio de resfriados y fortalecimiento de las defensas. Como también se hicieron capacitaciones de autocuidado para todas las personas en situación de calle de todos los programas.
FUENTE: Fundación Don Bosco Chile