Han transcurrido tres años desde la llegada a nuestro país de Uber. De acuerdo al presidente de la firma de inversiones Fortress Investment Group, Mike Novogratz, “es la compañía de más rápido crecimiento, quizás, en la historia del planeta”.
Travis Kalanick y Garret Camp emprendieron en 2009 esta apuesta con el desarrollo de una aplicación para smartphones o teléfonos inteligentes bajo la idea de pedir un taxi privado con un solo botón. Al cabo de algunos meses la empresa salió de las fronteras de San Francisco, en Estados Unidos, a otros lugares del mismo país, de Europa y el mundo entero. Actualmente está presente en 632 ciudades de todo el globo.
La irrupción en el mercado le ha reportado una beligerante oposición por parte de sindicatos de taxistas y de diferentes sectores de transporte, además de los gobiernos, para regularizar o, incluso, intentar prohibir el servicio. Emblemáticos son los casos de Francia, España y Argentina, en los que la presión de los gremios ha logrado que la compañía se someta a regulación.
En Francia, por ejemplo, fue infructuoso el esfuerzo del gobierno por erradicar la aplicación, sin embargo, lograron exigir licencia profesional a los conductores y eliminar una opción de servicio que prescindía de la misma. En España, a finales de 2014, una sentencia de un tribunal de Madrid obligó a la compañía a cerrar en todo el país, tras lo cual la empresa reconoció haber operado demasiado a prisa. Ante esta imposibilidad, cambió su modelo productivo y comenzó a trabajar solo con conductores profesionales. En Argentina también hubo intervención del gobierno y la justicia con el procesamiento de muchos choferes. Si bien su uso no está erradicado, está sometido a una alta regulación.
Llegada a Chile
En nuestro país comenzó a funcionar el 13 de enero de 2014 con un servicio ejecutivo de vehículos de alta gama llamado ‘UberBLACK’.. “Es una opción inteligente para una reunión de negocios, una cita romántica o cuando quieras llegar con estilo”, explica la misma empresa. En junio de 2015 ingresaron dos nuevos servicios: UberSUV, también premiun, pero para seis personas máximo, y UberX, categoría más económica que hoy concentra la mayor demanda.
El servicio ya alcanza 2 millones de usuarios en 20 ciudades, desde Arica hasta Punta Arenas. Se calcula unos 59 mil autos conectados a la aplicación. Un estudio de la Universidad de Chile muestra que los viajes son hechos, en un 40,7% por ex usuarios de taxis; un 32,5% del transporte público y otro 12,1% del auto particular.
Apenos llegó a suelo nacional la compañía ha sabido de la férrea oposición por parte del gremio de taxistas, que ha organizado protestas en las calles, contando con amplia cobertura de los medios de comunicación, reclamando que Uber no exige a sus conductores los requisitos y condiciones legales a las que ellos sí se ven obligados para ejercer el transporte de pasajeros.
En reiteradas ocasiones, la Confederación Nacional de Taxis de Chile (Confenatach) ha anunciado interponer una demanda a Uber, reclamo al que se sumó el ex ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Andrés Gómez- Lobo -durante el ejercicio de su cargo- argumentando la ilegalidad del servicio.
Paola Tapia, actual Ministra de Transportes, ha señalado que es necesario, por una parte, reconocer a Uber como una alternativa que la gente está dispuesta a usar, sin embargo, los vehículos están al margen de la normativa, por lo que el gobierno desea su reconocimiento ante la ley incorporándolo al sistema de transporte público como una opción dentro del marco legal.
Felipe Contreras, gerente de comunicación corporativa de Uber Chile, comenta que el gran crecimiento que ha tenido el servicio deja en evidencia que es una alternativa de transporte eficiente en todo el territorio nacional. “Quiero recalcar que Uber no está en contra de la ley en trámite. Al contrario, para nosotros es muy relevante que se establezca un marco regulatorio, sin embargo, creemos que el actual proyecto -tal y como fue presentado- no es óptimo, pues deja en segundo plano la implementación de mejoras al sistema de transporte que apunten directamente a un aumento de la calidad de vida en nuestras ciudades”.
Esta ley –añade el gerente- tampoco reconoce el verdadero aporte de la tecnología a la hora de mejorar las opciones de movilidad de las personas. “Esperamos que cuando se promulgue establezca una regulación que reconozca el valor de todos los actores dentro del transporte público nacional”.
El 25 de octubre de 2016 se materializaron los esfuerzos de taxistas y distintos actores involucrados en el rubro del transporte, en una ley que el gobierno envió al congreso que no solo contempla la regulación de Uber, sino de todas las plataformas digitales para el transporte, entre las que se cuentan, Cabify e Easy Taxi. El 15 de marzo del presente año el proyecto recibió carácter de urgencia por parte del Ejecutivo. Los ejes principales son:
• Término del pago en efectivo
• Regularización de tarifas
• Sistema de cobro por kilómetro recorrido
• Automóviles de alto estándar
• Exigencia de licencias clase A para conductores
Hasta la fecha la iniciativa ha recibido más de 100 indicaciones en el parlamento que deben ser discutidas en su mérito, lo que hace suponer que no tendrá pronto
resolución.
Nueva fuente de empleo
La popularidad en el uso que registra el servicio en Chile se entiende no solo por la comodidad que brinda a los usuarios, sino porque se está constituyendo en una enorme fuente de empleo. En la edición del 5 de febrero de este año, el diario La Tercera cuenta la historia de Hernán Cruz, hombre de 31 años que luego de buscar infructuosamente trabajo durante meses, decidió inscribirse como conductor de Uber. Ahora trabaja menos horas y recibe el mismo ingreso que su anterior trabajo.
“La gran ventaja es que te conviertes en tu propio jefe, sin restricciones de horario. Puedes administrar tu sueldo y tener tiempo para la familia o lo que quieras hacer”, comentaba al medio.
Los analistas de Citi Research, Fernán González y Fernando Siqueira, presentaron un informe en el que se evidencia que la tasa de desempleo en Chile cayó de un 6,8% a un 6,4% durante el segundo semestre del año pasado, cambio que los especialistas no preveían. Se da cuenta, además, que el cambio provino del sector de trabajadores por cuenta propia, quienes aumentaron, al tiempo que empleados del sector de seguros, minería y construcción fueron despedidos. A su vez, aumentó la compra de automóviles, lo que da a entender, según los especialistas, que hay un porcentaje no menor de personas que, quedando desempleadas de diversos sectores, ahora son sus propios jefes en sus vehículos.
Por Joaquín Castro, Periodista