Renovar y llenar la mochila de ilusiones es una tarea propia de los padres, sin embargo, lograr que la vuelta a clases sea serena, divertida y estimulante para niños, adolescentes y jóvenes no es algo sencillo: es necesario prepararse para ello.
Antes que todo, tenemos que saber que las dinámicas familiares en vacaciones pierden estructura, ya que existe mayor lexibilidad en horarios y rutinas. Retomar el ritmo es un estrés para toda la familia, por ello, todos sus integrantes deben colaborar en hacer los ajustes que se requieren para retomar el proceso.
Es necesario prepararse principalmente en dos ámbitos: los hábitos que deben retomarse y la motivación por el ámbito escolar.
La vuelta a clases implica responsabilidades, disciplina y autocontrol, en el caso de los más grandes.Esto requiere de preparación, por lo que se necesitan de tres a cuatro días para aclimatarse a los nuevos horarios. Hay que cambiar paulatinamente los ciclos de sueñovigilia, acostándose un poco antes para despertar más temprano y que esto sea mejor tolerado por el organismo.
Si es que existen, es bueno retomar los rituales para dormir, como leer o bañarse antes de ir a la cama. También es relevante ajustar la cantidad de horas frente a la pantalla del celular, computador o televisor y determinar horarios de apagado, al menos una hora antes de conciliar el sueño.
En la mañana hay que darle importancia al desayuno, ya que es un elemento fundamental para funcionar al máximo en la jornada escolar. Si el resto de la familia se suma o colabora con estos ajustes, el cambio será más tranquilo y menos estresante.
La motivación por el ámbito escolar requiere fortalecerse a través de observaciones y actitudes por parte de los padres. En el caso de los niños y también de los adolescentes, mostrar alegría porque se hace mayor y está en un curso superior, o hablarle sobre los beneficios de ello, como un cambio de patio o que se le autorice a ciertas cosas que a los más pequeños no.
También es bueno recalcar el reencuentro con sus amigos o contarle que va a saber más y que para ello son los útiles nuevos, con los cuales aprenderá muchas cosas geniales y entretenidas. Al volver a casa de los primeros días de clases, e idealmente durante todo el año, mostrarse sorprendido y alegres por las cosas que aprende día a día. Retomar el contacto con el profesor y establecer vías de comunicación, algo que debe ser habitual y conocido por el niño para que vea la conexión entre el ambiente familiar y escolar y así perciba que todos participan en su educación.
Ser un modelo positivo a la hora de enfrentar experiencias nuevas, teniendo una actitud positiva y de búsqueda de apoyo ante las inquietudes o dificultades propias de las actividades novedosas.
Finalmente, es importante tener una escucha activa: estar conectado con ellos y atento a sus intereses. Más que preguntar, es necesario detenerse a escuchar.
Otro de los temas asociados a la vuelta a clases es la ansiedad que implican los cambios. Muchos niños, adolescentes y jóvenes ven la vuelta a clases un elemento que provoca angustia, especialmente si pasan a un nuevo curso o colegio. También el hecho de volver a adecuarse a las reglas puede provocar ansiedad, así como sentir la separación con los padres al entrar a clases como un abandono. En estos casos hay que observar y detectar si estos niveles pueden ser manejados o si requieren de un apoyo mayor, con el fin de enfrentar los desajustes emocionales que se provocan en esta época.
Ante esto, es bueno transmitirles seguridad y confianza. Sirve comentar experiencias propias o de familiares cercanos vividas en la infancia. Hablar de los temores los alivia y permite sugerir estrategias para superarlos.
Cabe mencionar, por último, que en muchas ocasiones las vacaciones no son tan paradisíacas como se pensaba. Los conflictos de convivencia se evidencian debido a la mayor cantidad de tiempo compartido, por lo que la vuelta a clases termina siendo un alivio.
En resumen, para comenzar un nuevo ciclo es importante la colaboración, el entusiasmo y la atención hacia los niños, adolescentes y jóvenes, además de preparación y tiempo para realizar los cambios, de modo de no afectar con el proceso la calidad de vida de todos los integrantes de la familia. Suerte en esta nueva aventura.
Por Tatiana Ivette Rodas Flores, Psicóloga Educacional UC. Cuenta con 25 años de experiencia como psicóloga en la escuela para sordos Santiago Apóstol y 10 como psicóloga del programa de Integración Escolar (PIE). Sostenedora del colegio San Francisco de Asís para niños sordos y diplomada en gestión y liderazgo educacional UC. Actualmente se desempeña como directora del colegio Anexo San Marcelo, comuna de La Granja.