Celebrando la Eucaristía, con especial intención de agradecimiento a Dios por el trabajo realizado, los Salesianos de Don Bosco en Chile concluyeron el Capítulo Inspectorial 2016.
Los momentos finales de trabajo atendieron tres documentos: El Proyecto de Animación y Gobierno (PAG) que, luego de su análisis y enriquecimiento por parte de la asamblea, fue aprobado con mayoría absoluta, al igual que las seis secciones del Directorio Inspectorial; el Proyecto de Animación Vocacional, del cual se decidió continuar un trabajo para su enriquecimiento; y el Proyecto Orgánico Inspectorial (POI), que recibió aportes para su nueva redacción.
Luego de la foto oficial final los capitulares escucharon las resonancias del Inspector, P. Alberto Lorenzelli a algunas preguntas surgidas estos días durante las asambleas.
En su mensaje en la Misa final, el Provincial desarrolló su reflexión en torno al discipulado y a la amistad a partir de la figura de Santa Catalina de Siena que recuerda la liturgia y del Evangelio del día.
Refiriéndose a la Santa Catalina, el P. Alberto señaló que fue una mujer sencilla –no sabía leer y escribir- pero de un espíritu fuerte en tiempos convulsionados para la sociedad y la Iglesia. “Su criterio evangélico ayudó a muchos, incluyendo dos Papas, a encontrar el verdadero camino. Fue como un faro en medio de la tormenta”.
Mirando la figura de Catalina –señaló el P. Alberto- podríamos preguntarnos cómo contribuir a encontrar el camino evangélico en tiempos actuales, también complejos: “La respuesta es sencilla, aunque en absoluto fácil: Viviendo relaciones fuertes con quienes pueden sostener una vida: Jesús y su Madre“.
Catalina –continuó el P. Alberto- supo saberse nada para aspirar al todo, decirse sierva y dar órdenes, perderlo todo para ganarlo todo. “Podemos ver en ella lo que el CG27 nos pide a cada uno de nosotros: Ser Místicos, Profetas y Servidores”.
En relación al Evangelio proclamado, el Provincial señaló que “experimentar la amistad con el Señor es una aventura pascual que desata todas nuestras cadenas y libera todas nuestras ataduras, transforma nuestra corazón cerrado en uno abierto a la Gracia que eleva nuestra vida, plenificándola”.
“Muchos abrasan la mediocridad sin darse cuenta que caminan hacia el vacío, hacia la nada. La amistad con Cristo, en cambio, es Pascua que nos hace pasar de una vida mediocre a una cargada de Pasión, deseo por el Dios de la Vida y el prójimo”.
El P. Alberto indicó también que la amistad con Jesús abre al hombre a la trascendencia. “Por este motivo, este vínculo, es la fisonomía más auténtica y original de un seguidor de Jesús. Es la que nos determina como religiosos y nos lleva a entregar el tesoro de nuestro corazón a quienes no conocen el verdadero amor. Como salesianos llevamos ese Amor a los jóvenes más pobres, a quienes no conocen la verdadera vida”.
En relación al mandato del Señor de amarse unos a otros, el P. Alberto señaló que “amar no de palabra sino de obra es saber salir de nosotros mismos con la palabra y el silencio oportuno, con la comprensión y la ayuda necesaria, con la corrección cuidadosa y la presencia sanadora, con la tolerancia sacrificada y la entrega gratuita de nuestro tiempo y nuestras cosas”.
Fuente: Oficina de Información Salesiana