Rodolfo Pereira es inspector del ciclo de educación básica del Liceo Salesiano Arriarán Barros de Santiago (LAB), y asistente de Scout Don Bosco, grupo guía que cumplió 65 años de existencia este 2022.
“Toda mi vida he estado aquí en el colegio. A los seis años entré al grupo scout, y creo que ya no me iré”, señala.
Esta vinculación con el carisma salesiano viene heredada de su abuelo, exestudiante en Talca que llegó a Santiago buscando para su familia los valores pedagógicos del Santo de los Jóvenes.
“Mi abuelo salió con su maestría en carpintería en ese tiempo, y cuando llegó a Santiago inscribió a todos sus hijos en el LAB, por lo que tenemos tradición salesiana desde hace mucho. Vivíamos a cinco cuadras del colegio, así que íbamos a almorzar y regresábamos a jugar”, comenta.
Preocupado por la formación de los jóvenes, Rodolfo ve en las bases del escultismo y en la figura de Baden Powell un camino para educar a la juventud desde el “siempre listos”. Entiende que tanto el inglés como el santo italiano trabajaron en pro de los jóvenes vulnerables en tiempos muy parecidos.
“Estos referentes hablan siempre de mirar todo con alegría. Sus formas y pedagogías se cruzaron en mi camino, logrando que genere un estilo de vida que trate de imitar sus valores para seguir educando a más jóvenes”, agrega.
Baden Powell, desde el “Ser digno de confianza”, y Don Bosco, desde el “Sistema Preventivo”, se convierten en pilares pedagó- gicos que se funden en la propuesta del grupo Scout Salesiano, donde los niños, niñas y jóvenes trabajan por un mundo mejor y se educan bajo la alegría salesiana.
“Baden Powell te llama a ser digno de confianza, alegre y cordial. Invita todos los días a equivocarte para que puedas mejorar. Don Bosco estaba con aquellos jóvenes que se equivocaban, con quienes cometían errores y, a través del juego, del patio, entregó herramientas para educar y evangelizar”, sostiene.
Sobre la aplicación de estos modelos en la actualidad, Rodolfo destaca que las necesidades de los jóvenes no han cambiado, ya que igual requieren acompañamiento y formación en valores. La invitación es a mantener siempre una actitud de escucha, apertura y formación, para dar respuesta a los desafíos contemporáneos de los jóvenes.
“Si no sabemos dónde están, su lenguaje o lo que ven en redes sociales, nos vamos a ir quedando atrás. Es importante hablarles, empoderarlos, confiar en ellos, hacerles saber que su primera responsabilidad es convencerse a sí mismos de que pueden vencer sus miedos, temores y dificultades para ser mejores”, enfatiza.
Para los jefes y asistentes del grupo Scout Salesiano, la mejor forma de educar es a través del ejemplo, siendo reflejo de lo que se dice y enseña:
“Los jóvenes están rodeados de mucha gente que les dice cómo hacer las cosas, pero que no las practican. El aprendizaje por la acción, como decimos en el grupo, es la forma que tenemos para educar y construir un mundo mejor”.
El grupo Guía Scout Don Bosco, tras 65 años desde su fundación, sigue formando a jóvenes y adultos orgullosos de sus raíces pedagógicas, firmes en la convicción de educar a los jóvenes desde la acción y amabilidad.
“Soy scout salesiano y no tengo miedo en decirlo. Una vez que me convertí en dirigente, asumí este estilo de vida. Haciendo síntesis de mi experiencia como exalumno y mis tres fases como scout, concluyo que hay que estar siempre listo, como un buen scout, para servir a los demás, como buen rutero, con corazón oratoriano, para el servicio de la juventud”, finaliza Rodolfo.