VERSIÓN INTERACTIVA [CLICK AQUÍ]
En un contexto marcado por la trascendencia de la salud mental, la UCSH implementó diversos programas de auxilio para su comunidad universitaria.
La pandemia afectó incluso a quienes no se han contagiado. La enfermedad es solo una parte visible de las múltiples facetas en las que el virus nos aqueja. El cambio en el estilo y ritmo de vida puso de relieve un aspecto vital a cuidar: la salud mental.
María Cecilia Besser, psicóloga y directora del Centro de Atención a la Comunidad de la Universidad Católica Silva Henríquez, enfatiza que “la pandemia ha desafiado nuestras relaciones familiares dentro del hogar, pues ya no solo estamos todo el día juntos, además tenemos estrés y cansancio”.
“La manifestación más frecuente de esto es la irritabilidad, tanto de hijos como de padres. No es extraño que las discusiones hayan aumentado, que estemos menos tolerantes y que los niños se muestren más desafiantes. La responsable de todo esto es la ansiedad”.
Norton Contreras, académico de la Escuela de Educación Parvularia, advierte sobre la importancia de estimular las funciones de los menores en el hogar, ya que “el cerebro es el órgano más preciado de los niños y debemos cuidarlo, sobre todo en cuarentena, con actividades simples, pero efectivas”.
Redes de apoyo
Como procedimiento preventivo ante la situación emocional de los estudiantes, la Universidad Católica Silva Henríquez, desde principios de 2020, ha desarrollado diversas instancias de contención para toda su comunidad.
El “Programa Compañía”, impulsado por la Facultad de Ciencias de la Salud, a través de sus Escuelas de Enfermería, Kinesiología y Fonoaudiología, en conjunto con la Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y Económicas, ha logrado brindar orientación en salud y acompañamiento psicológico a estudiantes, administrativos, personal de gestión y académicos diagnosticados con Covid-19, permitiendo beneficiar a más de 76 usuarios y 547 contactos durante 2020.
Camila Sandoval, estudiante de la Escuela de Trabajo Social, beneficiaria del programa, comenta que durante los días de aislamiento por el contagio “comencé a sentir mucho miedo por mi vida y la de mi familia, sin embargo, los profesionales de la universidad estuvieron apoyándome y alentándome en todo momento”.
“El cariño y apoyo que te entregan es lo más bonito y satisfactorio. Estoy sumamente agradecida, porque levantaron mi ánimo cuando realmente estaba mal. Era agradable responder sus llamados y hablar, porque se establecía un lazo ameno y cercano con el profesional”, agregó.
La Dirección de Asuntos Estudiantiles, en conjunto con la Escuela de Psicología, también se han sumado a este trabajo con la iniciativa “Dispositivo de Atención Psicosocial” (DAPSI), lanzada oficialmente en abril de 2020. Su objetivo es proporcionar un servicio gratuito de orientación para estudiantes a través de atención telefónica, otorgando contención emocional y derivación a redes de apoyo internas y externas que permitan valorar, detectar y clasificar necesidades psicosociales.
El proyecto ha logrado ayudar a más de 290 alumnos a la fecha, servicio adicional a Primeros Auxilios Psicológicos (PAP) y la ejecución de numerosos talleres propuestos para el auxilio emocional de los estudiantes.
Por Liza Muñoz, periodista