El pasado lunes 11 de noviembre en horas de la noche, un grupo de personas movidos por las manifestaciones que se producen a nivel nacional, irrumpió de forma violenta en el Santuario de María Auxiliadora de Talca, destruyendo imágenes, saqueando bancas y profanando el Sagrario.
El P. Pedro Pablo Cuello, director de la presencia Salesiana en Talca, indicó que los daños en cuanto a estructura e inmobiliario aún no se han cuantificado y lamentó profundamente lo sucedido asumiendo que hay que crear espacios de integración para evitar más violencia.
“El mensaje que yo quiero darle a todo el pueblo de Talca, jóvenes, adultos y niños es que trabajemos por la paz, no debemos descansar para lograrla, todos tenemos que trabajar por ella y conseguirla para que nuestros niños crezcan en un gran ambiente, ya sea en nuestra ciudad, comunidad y Chile”, expresó.
“Necesitamos que Chile sea grande, pero con paz, justicia y equidad”, agregó el P. Pedro en rueda de prensa minutos antes de iniciar la Misa de reparación y oración por la paz convocada por la comunidad Salesiana para el martes 12 de noviembre al mediodía, la cual estuvo presidida por el Administrador Apostólico de la diócesis, Obispo Galo Fernández y concelebrada por sacerdotes salesianos y diocesanos. La misa reunió a decenas de fieles que entre lágrimas oraron por aquellos corazones llenos de odio, para que encuentren el verdadero camino hacia sus objetivos.
En la homilía, el obispo indicó que “no es la pérdida material de una cantidad de bancas, ni la destrucción en sí misma de las imágenes de yeso que representan al Señor, a los santos, lo que nos tiene heridos. Nos tiene heridos ser testigos de la violencia que experimentamos en nuestra patria, del desencuentro entre chilenos, nos tiene heridos tantas historias de las que hemos sido testigos en estos días”.
Además, agregó que este tipo de situaciones permiten unirnos más y mostrar nuestro lado más positivo como ciudadanos y católicos que somos, a pesar de la impotencia que vivimos por tanta violencia. “No dejemos que el odio, que la rabia de la cual hemos sido víctimas encienda en nosotros odio ni rabia, (…) Chile tiene motivos para tener heridas, pero la rabia, la violencia, no construye, destruye. No solo destruye bienes materiales, sino la cosa más preciosa, la convivencia de hermanos”, aseveró el obispo.
Ya finalizada la Eucaristía, se invitó a los presentes a realizar un tiempo de adoración frente al Santísimo.
FUENTE: Comunicaciones Obispado de Talca y Comunicaciones Salesianos Talca