Editorial 194

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Querida Familia Salesiana:

Les saludo con afecto en este tiempo tan significativo de oración y celebración por nuestra patria. Nuestra misión está inserta en un contexto nacional que necesita el aporte que brindamos en la formación de las nuevas generaciones, para que sepan construir un país de acuerdo a los principios inspirados en el Evangelio, que nutre nuestro carisma y a nuestra Familia Salesiana.

En la presente edición de nuestra revista encontraremos algunos temas y experiencias que pretenden, como siempre, ayudarnos a conocer y valorar lo que estamos ya aportando. Ante todo, les invito a profundizar aquello que se nos presenta como experiencia de la Asociación de Damas Salesianas, que están realizando un trabajo hermoso de acompañamiento a la adolescente embarazada. Sabemos lo importante que es la educación a la afectividad y al amor de nuestros jóvenes. Hay una concepción de la vida y de la sexualidad que nos debe preocupar como educadores que somos, pues se tiende a manipular esta dimensión de la persona, reduciéndola a genitalidad, superficialidad en las relaciones, fragilidad en los compromisos y banalidad en el afecto. Esto daña a muchos jóvenes que se frustran al no encontrar, en sus aventuras afectivas, el sentido de su vida y a la persona a la cual amar y de la cual sentirse amado. El mismo Rector Mayor nos ayuda en el desafío de ser dueños de la propia vida, de construirla según nuestros valores y no lo que la sociedad nos quiere imponer.

El Movimiento Juvenil Salesiano está haciendo el esfuerzo de unificarse como un solo gran movimiento que ayude a los jóvenes a abrirse al servicio generoso a los demás, comprometerse más con su vida de fe, crecer en el sentido de familia y de comunidad. Espero, sinceramente, que continúen los esfuerzos que se están haciendo en conjunto con las Hijas de María Auxiliadora de realizar un proyecto unificado de asociacionismo y animación juvenil de nuestra pastoral asociativa.

El Papa Francisco nos visitará en el mes de enero, en pleno tiempo de vacaciones, o de experiencias pastorales. Es el Vicario de Cristo, el sucesor de Pedro quien estará con nosotros para hablarnos del Evangelio y de ser auténticos discípulos de Jesucristo, para responder a los desafíos del Chile de hoy. Estamos en tiempos desafiantes, pero para nosotros debe ser un estímulo para ser mejores cristianos y discípulos que caminan con los hombres de cualquier realidad y condición. Desde ya les invito a todos a rezar por esta visita, para que se realice según el querer de todos, para que nos dispongamos a escuchar al Señor en la voz del Papa y para que nuestro país se abra a la verdad de la vida y del amor que encontramos en el Evangelio.

Damos gracias a Dios por los votos perpetuos de nuestra hermana Sor Karen Vivanco. Y por los 60 años de sacerdocio del P. Juan Vecchi. Son ejemplos de fidelidad y de respuesta generosa en diferentes tiempos y desde diferentes vocaciones. Dios hace cosas grandes en nosotros cuando nos disponemos a ser generosos con lo que somos y tenemos. Es el Señor quien hace la obra y lo vemos en estos ejemplos que recordamos. Siempre es posible amar y responder al amor con todo lo que eso significa.

Animo a todos nuestros lectores para que lean y profundicen en lo que se presenta en nuestra revista. Rezo por ello.

Les bendice,

P. Alberto Lorenzelli Rossi, Inspector

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