Irrupción de la IA en la música

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EDICIÓN INTERACTIVA

“Sé que es verdad”, canta irónicamente John Lennon, 43 años después de su muerte. Paul y George guardaban un demo desde aquella época, con una canción inconclusa en voz y piano, que a Harrison no convencía del todo.

Había que trabajarla, pero esa grabación antigua, con mucho ruido de fondo, era imposible de limpiar para agregarle instrumentos y detalles. Eso hasta que irrumpió la inteligencia artificial (IA) y así nació ‘Now and then’, un exitazo del año pasado. Sí, anótenle otro hit a The Beatles, en un ya impensado 2023.

Pero no es el primer bombazo musical que emerge desde la IA. Meses antes, Drake y The Weeknd juntaron fuerzas para una canción que se viralizó y transformó en un éxito de redes sociales y Spotify. Pero había un pequeño problema… Los dos artistas no tenían idea de esta canción.

Nunca se reunieron, nunca idearon nada juntos, todo nació de la computadora de un usuario de TikTok. Y ahí surge el debate: ¿Estamos ante una tremenda posibilidad o un inmenso problema? La creación, que hace rato incorpora muchos elementos digitales, ve sus límites cada vez más difusos.

Solamente las máquinas

La inteligencia artificial se llama así porque no es un software estático, sino que tiene la capacidad de aprender y, en el caso de la música, de producir nuevas combinaciones y a partir de las Irrupción de la IA resultantes otra nueva hasta generar una que dista mucho de las que entraron originalmente en su almacenamiento. ¿Puede considerarse esto una creación? Es básicamente el mismo proceso que hace la mente humana al componer a partir de notas y acordes, pero en este caso ya sin su intervención.

La masificación del concepto IA aparece en 1996 compitiendo contra personas, lo que de entrada le pone este cartel de “enemigo”. La partida de ajedrez que Garry Kasparov le gana a la computadora Deep Blue es noticia, pero más aún, que al año siguiente la máquina saca lecciones de su derrota y vence al ruso. Sí, efectivamente, aprendió.

En 2016, AlphaGo superó al campeón surcoreano del milenario juego Go, Lee Sedol, años después repitió y el oriental se retiró lanzando una demoledora frase: “No más. La máquina no puede ser derrotada”.

La IA comenzó a usarse en fotos, transcripción de grabaciones de audio, respuestas de correos y, actualmente, para un sinnúmero de fines, y cada día se van descubriendo opciones y un abanico interminable de variantes.

Crear o no

Básicamente hay dos formas de “componer” con la IA: la de Beatles y la del tiktoker que se hizo viral. En este último caso, cualquier usuario, sin saber nada de música, puede entrar a una plataforma como Suno.IO, Stable Audio, Aiva o Soundful y hacer su “propia canción”.

El programa te pregunta qué voz deseas emplear, estado de ánimo del tema, instrumentos a incorporar, estilo musical y hasta agregar la letra o adaptar cualquier otro texto. El resto es probar y probar. Muchas de estas plataformas son gratis. La consigna es que “desde música creada nace música nueva”. También se usa para cumplir el sueño del fanático y escuchar a su artista cantar algo que parece imposible o “revivir” a Michael Jackson, Freddie Mercury o José José. De este tipo de canciones la red está plagada.

Distinto es lo que hizo Paul McCartney, aislando una voz de Lennon que ya existía -estaba grabada por él mismo- y agregarle guitarra, batería y una serie de elementos. Fue con su consentimiento y, más que eso, fue su idea. Porque el derecho de propiedad es otro tema que aún no regula esta nueva realidad, solo contempla la creación humana. ¿Y qué pasa con la base de una IA que acumula muchas ideas ya concebidas por humanos y “crea” a partir de ellas? ¿Debería citarlas como parte de su “composición”?

¿Es el enemigo?

Andrés Oreña es vocalista y compositor de la banda Míster O. Lleva años de carrera y el 2011 teloneó a Deep Purple con su anterior banda (Timeless). Desde la vereda de los músicos tiene una opinión clara sobre las IA y cree que “se usan hace años y son muy útiles. Por ejemplo, para el músico que saca una canción, pero no sabe escribirla en una partitura. Ella te la transcribe. Muchas bandas usan baterías programadas. Hay días donde no andas tan inspirado y puedes presentar ideas y la inteligencia artificial te entrega un producto que nunca es exactamente lo que querías, pero sirve para trabajarlo”.

Tiene claro que la grabación análoga es cosa del pasado. Aislar pistas como lo hizo The Beatles es una práctica corriente, casi imposible de no recurrir a ella. Sí siente que es necesaria la presencia y conocimiento de un músico detrás para manejar esta herramienta. Sí, recalca varias veces la palabra “herramienta”. Así la ve.

¿Se puede distinguir una obra humana de una canción hecha por IA? Andrés es tajante en afirmar que “no es lo mismo interpretar que cantar y eso solo lo logra una persona. Contarte una historia, sentirla. La máquina es demasiada perfecta y el que escucha música busca también lo otro… Ese gallito, el quiebre de voz, la guitarra que sonó con un detalle que no era, pero quedó bien. Freddie Mercury cantaba espectacular, pero no era perfecto, eso le daba más emoción a lo que entregaba. Eso es la música”.

Mientras tanto, hay chicos que hacen sus tareas preguntando al Chatbox y gente que en cosa de segundos tiene esa poesía que jamás pudo escribir. ¿Es suya? Sin duda, un hito que cambia el mundo, y como todo cambio es brusco, incomoda y cuesta adaptarse. Lo más esencial del humano, la creatividad, lucha por no hundirse en el océano virtual.

EDICIÓN INTERACTIVA

Por Paulo Inostroza, periodista

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