Un espacio de esperanza

Pastoral Juvenil

VERSIÓN INTERACTIVA

La Pastoral Juvenil es una realidad fundamental de la Iglesia, que tiene por objetivo ayudar a los jóvenes a suscitar la fe, crecer en ella y acompañarlos en el desarrollo de una relación más profunda con Dios.

La Pastoral, en un mundo que a menudo parece oscuro y sin esperanza, es un faro de luz para los jóvenes.

Nuestros obispos, reunidos en la 128ª Asamblea Plenaria, afirman que Chile “vive momentos complejos en el ámbito social, político y económico. Nos preocupan las situaciones de corrupción, aumento de la violencia y criminalidad”; en este contexto, señalan, “es indispensable animar la esperanza, fortalecer el tejido social, atender a la calidad de vida y a la reparación del daño que el narcotráfico y la pobreza producen en tantos niños, niñas, jóvenes y familias de nuestro país”.

¿Cómo configurar la Pastoral Juvenil para que sea reflejo de esperanza en el mundo contemporáneo, brindando apoyo para que los jóvenes encuentren propósito y significado en la vida, al mismo tiempo que abordamos los desafíos que enfrentan en la actualidad?

El Papa Francisco brindó algunas ideas y orientaciones en la Jornada Mundial de la Juventud 2023 realizada en Lisboa, Portugal. Habló sobre la importancia de la esperanza en la vida de los jóvenes, enfatizando que es lo que nos permite mirar hacia el futuro con optimismo y confianza, incluso en tiempos difíciles.

Durante la eucaristía afirmó: “Queridos jóvenes, también hoy nosotros necesitamos algo de luz, un destello de luz que sea esperanza para afrontar tantas oscuridades que nos asaltan en la vida, tantas derrotas cotidianas para afrontarlas con la luz de la resurrección de Jesús, porque Él es la luz que no se apaga, es la luz que brilla aun en la noche”.

La Pastoral debe levantar la luz de Cristo como un gran cirio encendido en medio de las juventudes y constituirse en espacios de esperanza. Para lograrlo, es importante que sea capaz de ofrecer una visión positiva del futuro y ayudarlos a encontrar su propósito y sentido de la vida.

Debe, además, ser capaz de ofrecer un sentido de comunidad y pertenencia, lo que ayuda a superar la soledad y aislamiento que, a menudo, experimentan en sus vidas.

El Papa Francisco exhortó a los jóvenes en Lisboa durante la vigilia: “Cuando vemos algunos amigos nuestros que están caídos, ¿qué tenemos que hacer? Levantarlos; si uno se cae, levantarse; caminar con una meta; entrenarse todos los días en la vida. Nada es gratis. Todo se paga. Solo hay una cosa gratis: el amor de Jesús. (…) Caminemos en esperanza, miremos nuestras raíces y vayamos adelante, sin miedo. No tengan miedo”.

En la comunidad juvenil reside la posibilidad de afrontar la vida sin temor. Es imperativo, por ende, promover espacios de encuentro con Jesucristo, donde los jóvenes internalicen la dimensión pascual de la vida; un constante proceso de renacer para alcanzar plenitud. Esta experiencia no se limita a lo individual, sino que trasciende a lo colectivo y se orienta hacia una misión de servicio, especialmente de apoyo a los más vulnerables.

En el Vía crucis que vivió con los jóvenes en Lisboa, el Papa Francisco comentó: “Jesús, con su ternura, enjuga nuestras lágrimas escondidas. Jesús espera colmar, con su cercanía, nuestra soledad. ¡Qué tristes son los momentos de soledad! Él está ahí, Él quiere colmar esa soledad. Jesús quiere colmar nuestro miedo, tú miedo, mi miedo, esos miedos oscuros los quiere colmar con su consolación. Él espera empujarnos a abrazar el riesgo de amar”.

Necesitamos implementar estrategias efectivas, como la creación de grupos de jóvenes de diversas características, organización de retiros, instancias formativas y la promoción de la participación de los jóvenes en la vida de la Iglesia. Y, sobre todo, “ampliar la mirada” hacia otros espacios de inserción donde otros adolescentes y jóvenes viven su “malestar” con diversas reacciones, pero que aspiran por mejores alternativas de vida buena. Es importante estar disponibles a la innovación y al cambio y adaptarse a las necesidades de los jóvenes de hoy.

Si bien enfrenta muchos desafíos en el mundo actual, es importante trabajar juntos para crear una Pastoral Juvenil de la esperanza.

Como señalan nuestros obispos, “nos alegra la preparación de la Primera Jornada Nacional de la Juventud, prevista para enero de 2025, bajo el lema ‘Jóvenes peregrinos de la esperanza’”.

También nos llena de alegría la próxima celebración de los 50 años del Movimiento Juvenil Salesiano (MJS), donde festejaremos haciendo memoria agradecida de nuestra historia y presente.

En las manos de María, Virgen de la Esperanza, ponemos nuestro caminar y las oportunidades que se nos brinda en lo cotidiano sobre nuestro servicio y búsqueda.

VERSIÓN INTERACTIVA

Por Equipo Inspectorial de Pastoral Juvenil

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