Educar y enseñar sobre la gestión y expresión de los sentimientos y las emociones es fundamental para una correcta interacción social entre los jóvenes, lo que involucra a padres, apoderados y educadores.
Las emociones son fundamentales en nuestra vida y, por tanto, deben ser manejadas y canalizadas adecuadamente, especialmente en el entorno escolar. Es crucial que los educadores sepan cómo se sienten sus estudiantes y, para lograrlo, pueden iniciar sus clases con un ‘¿cómo se siente hoy?’, simple pregunta que sirve de punto de partida para que se expresen, adentrándose así en el camino del autoconocimiento.
Conocer el estado anímico con el que los estudiantes ingresan al aula permite al docente identificar si alguno de ellos está triste, preocupado o enojado. En tales casos, es clave abordar estas emociones proporcionando el apoyo necesario para que pueda recuperarse y continuar su proceso de aprendizaje.
Prestar atención y brindar el apoyo adecuado no solo contribuye al bienestar emocional, sino que también a potenciar habilidades importantes para enfrentar desafíos de la convivencia diaria.
Uno de estos métodos es el “Ruler”, que se implementa en muchas aulas y países donde está aprobada la Ley de Educación Socioemocional.
Se trata de un acrónimo que significa:
• Recognize (Reconocer): Enseñar a distinguir emociones propias y de los demás.
• Understand (Comprender): Ayudar a entender las causas y efectos de las emociones.
• Label (Etiquetar): Enseñar a nombrar emociones y expresarlas de manera adecuada.
• Express (Expresar): Fomentar la expresión saludable de las emociones.
• Regulate (Regular): Enseñar estrategias para moderar emociones de manera efectiva.
Los padres y apoderados también pueden ayudar en esta labor. Desde el hogar desempeñan un papel crucial en el desarrollo socioemocional de los niños y jóvenes, quienes pueden tener dificultades para expresarse porque no comprenden cómo se sienten o carecen del vocabulario y las herramientas necesarias. En estos casos es fundamental que los padres brinden un espacio seguro y atención genuina.
Una acción necesaria
Al contar lo que sentimos bajan los niveles de agresión, tristeza y angustia, por lo que enseñar a expresarse a niños y jóvenes de manera saludable es fundamental para su desarrollo emocional y social.
A continuación sugerimos algunas estrategias para que los padres y apoderados enseñen a expresar emociones de manera efectiva:
• Modelar con el ejemplo: Los niños aprenden observando a sus padres. Si muestran una expresión emocional saludable y comunican sus propias emociones de manera adecuada, tenderán a imitar este comportamiento.
• Aplicar la comunicación abierta: Animar a hablar sobre sus sentimientos. Escuchar con atención cuando se expresen, sin juzgar ni minimizar lo que sienten. Se les invita a preguntar cuando lleguen de la escuela: ¿Cómo te sentiste hoy? ¿Qué fue lo que más te hizo feliz? ¿Qué te dio tristeza?
• Nombrar las emociones: Ayudar a reconocerlas. Pueden utilizar palabras como “estás enojado”, “te sientes triste” o “estás emocionado”, para que entiendan lo que están experimentando.
• Validar lo que sienten: Hacerles saber que sus emociones son normales y que está bien sentirlas. No decir “no deberías sentirte así”, ya que pueden sentirse mal por expresarse.
• Enseñar estrategias de manejo de emociones: Ayudar a desarrollar formas de lidiar con las emociones. Esto puede incluir la respiración profunda, el tiempo de descanso o actividades relajantes para el enojo, hablar con alguien de confianza cuando están tristes y celebrar cuando están felices.
• Crear un ambiente seguro: Deben sentirse seguros expresando sus emociones en casa sin temor a castigo o críticas severas.
• Ser paciente: El proceso de aprender a expresar las emociones de manera saludable lleva tiempo.
Todas estas estrategias procuran que nuestros niños y jóvenes puedan ser felices y aprendan a convivir expresando lo que sienten, siendo ayudados también para que sepan escuchar lo que los demás sienten.
Por Karin Cañon, asesora de Ambiente y Apoyo Red de Escuelas Salesianas