Hubo una época donde el sueño era lo multimedial y condensar en un solo producto la voz, imagen, movimiento, efectos e interactividad. La mayor cantidad de cosas posibles en una sola. Pero dicen que la vida es circular, que las modas son cíclicas. Y prueba de ello es el boom del podcast, que no es otra cosa que un blog de audio en su forma más primitiva -más allá de la posibilidad de editarlo-, pero ahora colgado de una plataforma a la carta. Es casi como salir de la tormenta y volver a la radio, pero despertando en 2023.
Pero… ¿qué es el podcast y por qué su repentina popularidad?
El término es la combinación de los conceptos ¡Pod+broadcasting. Entendiendo el primero como el aparato que da transportabilidad a un archivo y el segundo como una transmisión. Es un blog de audio y en 2005 ya era elegida la “palabra del año” en Estados Unidos. El podcast empezó a comienzos del 2000 y sus primeras entregas fueron educativas e informativas. Hoy siguen siendo dos de las áreas más desarrolladas, en un universo que crece exponencialmente.
El podcast sugiere la experiencia de la radio, pero personalizada. Un archivo pequeño y flexible que puede contener desde una charla a una entrevista, tutoriales para ir a conciertos, noticias y series que se asemejan a lo que alguna vez fue el radioteatro. Sí, así es la vuelta al origen, a lo más básico y mágico de lo que pueden generar el habla y la conversación.
Se estima que existen alrededor de 2,9 millones de podcast en línea y el 83% de ellos no contiene elementos visuales (al agregarle video se habla de “vodcast”). Los principales lugares donde buscarlos son Spotify y Applepodcasts, aunque también existen alternativas como Pandora y la plataforma Google Podcasts.
¿Qué pasa en Chile?
Argentina, México y Chile son los países donde más ha crecido el desarrollo del podcast, fenómeno que se asocia a una generación bien específica. A nivel mundial, el 60% de la gente que los escucha tiene entre 18 y 24 años.
Uno de los capos del área en nuestro país es Edo Caroe. Primero con su serie “Tomás va a morir”, junto a Tomás Leiva y Alejandro Barros, contando en su particular estilo una graciosa historia que se ambienta en la Patagonia. Sin sus compañeros también es uno de los más escuchados en “Free Solo” y su característico humor. Copano, Freire y Ruminot también son de los más seguidos con “Hablemos de comedia”.
En Chile, el humor, el deporte, las noticias y los programas de salud mandan. Programas como “Ni tan distintas”, “Expertas en nada” o “Hija única”, de la influencer Bea Córdova, tienen gran cantidad de fans que quieren escuchar anécdotas y vivencias cotidianas.
Otros podcasts emblemáticos son el de “Mea Culpa”, “Caso 69” y su radioteatro puro de la mano de Antonia Zegers y Néstor Cantillana, y otros más educativos, como “Pensar de nuevo”, del neurocirujano Facundo Manes. Posibilidades y temas ilimitados.
Edo Caroe comentó que “es un formato amigable, íntimo. Es el locutor y la persona, pero cuando la persona quiera”. Y eso le ayudó a masificarse aún más y llenar dos gimnasios Movistar apenas anunció su show. Lo mismo hizo el popular escritor Barrio Bravo, llevando sus historias de fútbol a este formato y ganando nuevos adeptos. Seguramente, muchos de ellos irán por su nuevo libro.
¿Cómo y por qué?
¿Y cómo hacer un podcast? El formato más usual de grabación es mp3 y con un tamaño no mayor a 15 MB, para ser más fácil de transportar. Luego elegir de qué hablar y de qué forma (un solo capítulo, serie, conversación). Bien aislado el sonido, ni siquiera se requiere un micrófono tan profesional. Hospedarlo en alguna plataforma como Soundcloud o Anchor y, en caso de agregar música, recurrir a Freeplay, Jamendo o algún otro sitio para usar música que no tiene restricciones de derecho. Editar efectos si es necesario. No mucho más.
No solo es sencillo de escuchar, sino también de realizar, y puede ser rentable a través de publicidad o suscripciones, como también una buena forma de mostrar un producto. Hoy el podcast es una vía más de marketing digital, como en su momento lo fue la irrupción de TikTok.
En América Latina más de 20 millones de personas escuchan podcasts. Piénselo bien: ¿Mañana habrá más gente viendo televisión abierta o escuchando podcast? Los tiempos cambian.
El éxito de los audiolibros tiene relación con este mismo tema. Si hace unos años el gran cambio fue la reducción de textos porque la gente ya no leía mucho por el vértigo e inmediatez de sus estilos de vida, hoy prefieren escuchar esos cinco minutos que no desean leer. Porque lo escuchan mientras manejan, cuando pasean al perro o en la sesión del gimnasio. En esos escasos momentos donde se dan tiempo para recibir información y la quieren ahora ya, de forma simple.
En tiempos donde Netflix llevó la adicción por las series a otro nivel, superando en visualizaciones a las películas, la gente busca esa continuidad, “engancharse” con una historia que le vaya dando más y más. Y cuando las series televisivas terminan, se les genera un vacío y buscan otras. Los podcasts son más de esa agua en horas de tanta sed.
Por Paulo Inostroza, periodista