Agradecimiento, alegría y esperanza fue lo que se vivió en el Te Deum por los 150 años de historia del Colegio El Patrocinio de San José, realizado en la Catedral Metropolitana de Santiago, durante la tarde de hoy, 26 de agosto.
La celebración eucarística fue presidida por el Obispo Auxiliar de Santiago, Mons. Alberto Lorenzelli. Concelebrada por el Inspector de los Salesianos en Chile, P. Carlo Lira; y hermanos salesianos.
Cientos de niños, jóvenes y adultos pertenecientes a la comunidad educativa del PSJ y Familia Salesiana repletaron el templo y celebraron con entusiasmo la vida del colegio fundado el 15 de agosto de 1873.
Durante su homilía, Mons. Alberto Lorenzelli expresó que: “hoy estamos contentos y orgullosos. Hoy nuestro querido Patrocinio de San José está celebrando sus primeros 150 años. Pero lo que nos pone realmente contentos es que nuestro Colegio ha sabido construir bases sólidas para pensar en los próximos años. Por eso hoy queremos hablar del pasado, del presente pero también del futuro. Sí, porque queremos que el Patrocinio de San José continúe, de manera sostenida, la labor por la cual fue creado”.
Reflexionó sobre la memoria y el amor. “Quienes están hoy en el Patrocinio de San José, emblemático colegio de la comuna de Providencia, fueron amados por quienes la fundaron hace 150 años. Todos hemos sido amados por aquellos fundadores y en sus rostros, sus historias, sus palabras, sus reflexiones, sus obras, nos sentiremos convocados a volver con el corazón al “afecto fundacional”, que es como volver el primer amor: llevar el mensaje de Cristo y los valores del pensamiento cristiano a todos los hombres”, añadió el Obispo.
Posteriormente, señaló que: “desde su humilde inicio el Patrocinio fue creciendo gracias a insignes salesianos que cultivaron el carisma salesiano y a través del Sistema Preventivo de Don Bosco fueron marcando huellas profundas en las vidas de tantos jóvenes dejando una rica espiritualidad, una significativa pedagogía y preparando hombres que con sus valores pudiesen ser un gran aporte al crecimiento de nuestro país”.
“Queridos amigos aquí presentes en la Catedral de Santiago reciban de parte de la Arquidiócesis nuestras más sinceras felicitaciones, nuestra profunda gratitud por todo el bien entregado generosamente y por todo lo que continuarán a ofrecer para el bien de las familias, de los niños y los jóvenes, para nuestra Iglesia y para el bien de nuestro país. Don Bosco hoy les sonríe y los bendice soñando un futuro grande para el Patrocinio”, concluyó.
Las ofrendas presentadas al altar fueron tres arreglos florales que fueron depositados en las tumbas del Cardenal Raúl Silva Henríquez, Ignacio Carrera Pinto y altar de San Francisco de Sales como signo de gratitud.
Luego, se realizó un signo de unidad, en el que profesores, asistentes de la educación, centro de estudiantes, y centro general de padres y apoderados se presentaron frente al altar para rezar una oración compuesta por toda la comunidad educativa pastoral del PSJ.
Todos los presentes en el templo se unieron y expresaron al unísono: “buen Padre Dios, en los 150 años de vida educativa pastoral, de esta casa de Don Bosco, del Patrocinio de San José, taller del mañana, te pedimos que nos permitas seguir coincidiendo en fraternidad, vínculo y cercanía”.
Posteriormente al signo de la paz, llegó el momento en que la asamblea completa entonó el canto del Te Deum, dando gracias por la comunidad salesiana del PSJ.
Un momento muy especial y significativo se vivió al cierre de la celebración, en el que Luis Alvarado, rector del colegio, dirigió unas palabras al cierre. “Los hermanos salesianos, los que han hecho grande esta obra, reciban un cariñoso aplauso de nuestra comunidad educativa que tiene mucho más para entregar”.
La celebración concluyó con la bendición final, consagración a María Auxiliadora y con el gozo de sentirse amados por Dios.
FUENTE: Comunicaciones Salesianos Chile
FOTOS: Roberto García
Maravillosa ceremonia, emocionante;
Maravilloso Te Deum, que compartimos todas las familias de este bello colegio PSJ, muchas gracias por toda la dedicación y entusiasmo.