El MJS y el llamado a la vida religiosa salesiana

Especial MJS

ARTÍCULO INTERACTIVO

“La gran mayoría de nuestras vocaciones salesianas salen del MJS. En la última jornada vocacional que tuvimos, todos los jóvenes eran participantes del Movimiento”.

Pocos proyectos surgidos en Chile tienen un impacto internacional al punto de ser replicado en los cinco continentes. Con orgullo podemos decir que uno de ellos es el Movimiento Juvenil Salesiano (MJS), originado en nuestro país en 1974, al alero de las Hijas de María Auxiliadora y los Salesianos de Don Bosco.

A lo largo de 50 años ha influido en la vida de miles de niños, niñas, jóvenes y adultos, marcando el devenir de centenares de familias que se formaron siguiendo la huella y herencia de San Juan Bosco.

Muchos jóvenes también han conocido de primera mano a quienes libremente han entregado su vida en respuesta al llamado de Dios a la vocación religiosa salesiana, como sacerdotes o hermanos coadjutores, y a la educación y evangelización, quienes brindan un testimonio que contagia.

Así le ocurrió al hermano Marcelo Rojas, actual estudiante del teologado salesiano.

“Cuando llegué al Colegio Salesiano de La Serena, en 2008, lo que más me impresionó fue la alegría y cercanía de los salesianos. Eso fue clave para mi posterior discernimiento vocacional. Estábamos en el patio y se te acercaban y te preguntaban ‘¿cómo estás?’. Esa experiencia cercana, de un Dios joven y alegre, me marcó fuertemente y me hizo pensar en un camino vocacional que ya había sentido años antes, cuando hice mi Primera Comunión”, relata.

Pero Marcelo cerró inicialmente la puerta a la idea de la vida religiosa. Quiso enfocarse en sus estudios y en lograr una carrera profesional. En este periodo comenzó a participar activamente en el MJS. En el grupo de oratorio, en las CAS (Comunidades Apostólicas Salesianas) y en el Centro de Estudiantes.

“La experiencia del oratorio fue muy bonita, muy intensa. Íbamos al pueblo de Altovalsol (cerca de La Serena) y a un colegio en Coquimbo y los salesianos estaban siempre con nosotros, acompañándonos”.

Luego participó en las Comunidades Misioneras Salesianas (CMS). “Con mi grupo íbamos a misionar al interior del Valle del Elqui. Participamos en el Picarquín 2010. Esa fue una experiencia muy fuerte, de encuentro con los jóvenes de otras comunidades salesianas. Ver ese grupo tan grande marcó fuertemente mi experiencia vocacional”.

El rol de los salesianos

Marcelo asegura que en primero y segundo medio los salesianos lo invitaban constantemente a jornadas vocacionales. “Fui una vez, pero no fui más, porque sinceramente no me veía como sacerdote”.

Luego, en tercero medio, el P. Hugo Strahsburger le extendió una nueva invitación. “Esa vez acepté participar. Y fue una experiencia muy interesante, de muchos cuestionamientos personales. Creo que ahí nace mi vocación. Cuando me dejé acompañar y comencé a descubrir que Dios siempre había estado presente a lo largo de mi vida, de diversas maneras”.

Señala, además, que otros salesianos han sido fundamentales en su camino vocacional. “Al principio, quien me acompañó mucho fue el P. Marcos Vergara. Luego, el P. Hugo. En cuarto medio llegó el P. Juan Pablo Moreno. Él oficializó mi proceso vocacional. Con él inicié el acompañamiento espiritual y al año siguiente ingresé al aspirantado”.

MJS clave en las vocaciones salesianas

“La gran mayoría de nuestras vocaciones salesianas salen del MJS. En la última jornada vocacional que tuvimos, todos los jóvenes eran participantes del MJS. Y hoy, en nuestras casas de formación, todos hemos pasado por algún grupo del MJS”, comenta.

Marcelo estima que es necesario fortalecer esta realidad avanzando en una mayor vinculación del Movimiento con la Pastoral Vocacional.

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Por Alejandro Manríquez, periodista

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