Nuestra Congregación, comprometida con el cuidado de la Casa Común, realiza diversas acciones para reducir las emisiones de efecto invernadero.
La huella de carbono nace como una medida para cuantificar y generar un indicador del impacto que una actividad o proceso humano particular tiene sobre el cambio climático, más allá de grandes emisores como empresas o fábricas.
Se define como el conjunto de emisiones de gases de efecto invernadero producidas, directa o indirectamente, por personas, organizaciones, productos, eventos o regiones geográficas en términos de dióxido de carbono (CO2).
La contaminación de estos gases impacta de forma negativa, generando cambios a los ecosistemas y eventos climáticos extremos, como migraciones masivas de animales, extinción de especies, acidificación y aumento del nivel del mar.
La medición de la huella de carbono sirve como una herramienta de gestión para identificar las conductas o acciones que están contribuyendo a aumentar nuestras emisiones y, por lo tanto, a detectar cómo podemos mejorarlas y realizar un uso más eficiente de los recursos.
¿Cuál es la huella de carbono de Chile?
Según datos consignados por el medio Expansión, de 184 países clasificados en orden de sus niveles de contaminación, Chile se encuentra en la posición 140, con 85.703 megatoneladas de emisiones de CO2 registradas en 2021.
Ante estos datos nos hacemos la pregunta: ¿Y yo, cómo soy parte de la restauración del CO2?
La forma de comenzar es mirando en comunidad la gestión de la huella de carbono y un indicador inicial, para que nuestra misión sea un ciclo constante del uso razonable de recursos, reducción de residuos y un cambio conductual.
¿Qué implica esto?
Un análisis del ciclo inicial: conocer los objetivos internos de la comunidad antes de comenzar con el proceso de cuantificación, para entender por dónde reducir o compensar la mitigación del impacto medioambiental.
Generar una cuantificación de la huella de carbono: un inventario de estos gases propios de la comunidad, para identificar las principales fuentes de emisiones.
Realizar un análisis de riesgos y oportunidades: una vez conocidas las principales fuentes de emisión es posible realizar un análisis de los riesgos y oportunidades, con la finalidad de avanzar en el mejoramiento del uso de recursos.
Finalmente, generamos un plan de mitigación:
Consiste en un grupo de medidas y estrategias que tienen por finalidad evitar o disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, ya sea mediante reducciones directas, indirectas o de compensación. Algunos ejemplos son:
- Proyectos de eficiencia energética,
- Cambios de hábitos, como reducción del consumo de energía eléctrica, agua dulce y combustibles fósiles
- Reforestación con árboles nativos.
- Iniciativas Campus Verdes.
- Objetivos de Desarrollo Sostenible Medioambiental.
- Limpieza de playas, lagos y ríos.
Luego comunicamos a nuestra comunidad las nuevas metas, demostrando así nuestro compromiso con el medioambiente, sustentabilidad, confiabilidad y credibilidad del proceso de reducción de la huella de carbono.
Dicha reducción es solo una parte de todo lo que podemos hacer por cuidar nuestro planeta. Esta es una tarea de todos y todas, que nos invita a ser conscientes de nuestras acciones.
Nuestra Congregación se está haciendo cargo de esta problemática a través de La Comisión Inspectorial Medioambiental (CIMA), que está generando acciones en las presencias de todo Chile, como la certificación ambiental, mediante el Ministerio del Medio Ambiente. De esta forma, como Familia Salesiana nos comprometemos a resguardar nuestro planeta.
Por Oficina de Planificación y Desarrollo Inspectorial