BeReal, de lo perfecto a lo natural

Manila, Philippines - Sept 2022: Two teenagers amazed over the BeReal app.

VERSIÓN INTERACTIVA

Las redes sociales se han convertido en parte importante de la cultura global. De hecho, estas son usadas por el 59% de la población mundial, quienes les dedican dos horas y 29 minutos al día, en promedio. En la amplia variedad de alternativas, una aplicación que ha ganado terreno últimamente es BeReal.

¿De qué se trata?

BeReal es una aplicación de fotografía lanzada en diciembre de 2019 que, a diferencia de las más populares, como Instagram o Tik- Tok, propone la autenticidad de las personas como motivación, por lo que no cuenta con filtros y herramientas para retocar las imágenes.

Su autodescripción señala: “Es la primera plataforma espontánea e impredecible donde compartir, una vez al día, tus momentos más auténticos con tus amigos a través de tus fotos”.

Y, efectivamente, todos los días, a una hora al azar, recibes una notificación que te pide tomar una foto de lo que está ocurriendo en ese mismo momento, y cuentas con dos minutos para realizarla. El celular obtiene una captura de la cámara trasera y otra de la frontal, por lo tanto, se publicará lo que ves y cómo luces en ese momento.

Solo tras publicar tu fotografía podrás ver las de tus amistades y todas expiran tras 24 horas. La idea es que sea lo más inmediato posible, por lo que si tardas más del tiempo establecido, la aplicación te deja en evidencia.

Catalina Tapia es periodista, tiene 25 años y usa BeReal desde septiembre de 2022. Dice que le gusta porque no tiene la presión de subir una foto editada y, además, es fácil de usar. Eso sí, tal como otros usuarios, tiene pocos amigos en la aplicación.

“Yo solo tengo 25 contactos, porque esta red social es para tus más cercanos, ya que la notificación te puede llegar en cualquier momento y puedes estar literalmente en la nada, pero si quieres ver las fotos de los demás, lo tienes que subir no más”, explica Catalina.

“Creo que es una app que ayuda mucho a mostrar la propia vulnerabilidad, que es algo que no todas las redes sociales han podido lograr, porque sabes que probablemente no vas a salir bien en la foto, entonces estás siendo real, creo que eso lo hace muy entretenido”, finaliza.

Silenciosa bomba de tiempo

La pandemia aceleró la digitalización, pero también aumentó las horas que pasamos en los dispositivos consumiendo contenidos, lo que no siempre es beneficioso para nuestra salud mental.

Un estudio realizado por la Universidad Tecnológica de Sydney demostró que existe casi medio centenar de efectos dañinos que genera el uso excesivo de redes sociales y aparatos electrónicos. Entre ellos se menciona la frustración, confusión, insomnio, estrés, ansiedad, baja autoestima, distracción en el trabajo y estudio, aislamiento, bajo rendimiento y desinterés por otros pilares de la vida.

Según la investigación “Barómetro del Bienestar Digital”, un 80% de las personas que usa redes sociales en Chile recibió mensajes de odio; por otra parte, un análisis efectuado en Reino Unido indicó a TikTok como una vía de acceso rápido a contenidos relacionados con trastornos alimenticios y suicidio.

Si a esto se suma la gran cantidad de contenido que afecta la autoestima, como las vidas idealizadas de influencers con lujos, cuerpos hegemónicamente “perfectos”, filtros que “deforman” el rostro para mostrarse cómo “debería ser” y el alto nivel de consumo de estos contenidos, la situación se vuelve preocupante.

Esto lo enfatiza la psicóloga Katherine Ossa (@ps.katherineossa): “En consulta, resulta ser un tema recurrente la insatisfacción de perseguir ideales, apuntar a la perfección y tender a la adicción de controlarlo todo. Las redes sociales hoy cumplen un rol movilizador de cuadros ansiosos, vacíos existenciales, distorsión de la imagen, pensamientos intrusivos, entre muchos otros”.

Explica que perseguir ideales inalcanzables en toda etapa de nuestra vida moviliza emociones aversivas y de insatisfacción constantes, más aún en niños y adolescentes, dado que su desarrollo cognitivo y afectivo aún no alcanza la madurez esperada en la etapa adulta.

“Los niños, niñas y adolescentes no logran ser capaces de discriminar y diferenciar la sobreestimulación a la que están expuestos, llevándolos muchas veces a desarrollar conductas poco saludables para sentirse parte del entorno en el que se desenvuelven y así recibir la validación y valoración positiva supeditada a las apariencias y el ideal de perfección”, cierra.

La recomendación es implementar hábitos de consumo responsable con el celular y las pantallas. Y respecto a los niños y adolescentes: estar al tanto de lo que consumen en internet y guiarlos respecto del contenido, tener aplicaciones de control parental, establecer horarios para su uso y evitar las pantallas al menos una hora antes de dormir.

VERSIÓN INTERACTIVA

Por Antonella Ferma, periodista

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