Ayuno intermitente: Método ancestral que vuelve a estar de moda

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Desde el magnate Elon Musk a la actriz Jennifer Aniston, pasando por la cantante Dua Lipa. Todos practican el ayuno intermitente. Es decir, restringen su alimentación diaria a ventanas de seis u ocho horas. Aunque es una práctica milenaria, hoy es una de las estrategias más utilizadas para bajar de peso. Estudios científicos la respaldan, pero también hay detractores.

Después de años de espera pandémica, mis amigos Cristopher y Anita finalmente se casaron, en octubre de 2022. La cuarentena, que los obligó a posponer la ceremonia, provocó también un aumento en sus tallas. “Tenía el vestido de novia comprado y debía volver a entrar en él, sí o sí”, confiesa Anita.

Luego de recurrir a diferentes tipos de dietas, como la cetogénica (baja en carbohidratos) y la lipofídica (que evita alimentos procesados), los novios optaron por uno de los métodos en boga: el ayuno intermitente (AI).

De acuerdo con los recién casados, el AI les permitió reducir cinco kilos en un mes. Y la novia pudo lucir su vestido a cabalidad. Pero ¿qué es el ayuno intermitente?

Sencillamente, se trata de no consumir alimentos sólidos durante un período determinado de tiempo. La idea es comer en ventanas horarias y, en el resto del día, beber únicamente líquidos sin azúcar.

Sus defensores, entre los que se incluyen nutricionistas y médicos destacados, aclaran que el AI no es una dieta, sino una
estrategia de alimentación.

Entre los métodos más populares de ayuno intermitente destacan el 16:8, que significa hacer ayuno durante 16 horas y comer en una ventana de ocho horas. Por ejemplo, dejar la última comida del día para las 17.00 y volver a comer recién a las 9.00 del día siguiente. Otra estrategia es la de 18.6, es decir, comer únicamente en una ventana de seis horas.

Existe otro régimen para los más avezados, que implica hacer un ayuno intermitente de 24 horas durante la semana, conocido como “eat-stop-eat”. Aunque, claramente, no es recomendable para principiantes.

Baja de peso y otros beneficios

Numerosos estudios científicos han comprobado la eficacia del ayuno intermitente para bajar de peso y, de paso, evitar enfermedades derivadas de la obesidad, como la hipertensión y diabetes.

Una de las últimas investigaciones la publicó la Universidad de Indiana, Estados Unidos, en octubre de 2022. El estudio midió el comportamiento de 800 mil personas que practicaron ayuno intermitente 16.8 durante dos años.

“Descubrimos que los usuarios que tenían el Índice de Masa Corporal más alto fueron los que más peso perdieron, tanto en kilos como en porcentaje de su peso inicial”, señaló la doctora Luisa Torres, una de las autoras del estudio.

De los usuarios que se clasificaron como obesos o con sobrepeso al inicio del estudio, el 67% perdió al menos un 5% de su peso inicial en los primeros seis meses. En el mismo periodo, el 39% perdió al menos el 10% de su peso inicial.

Autofagia e inmunidad

Existen otros beneficios comprobados del ayuno intermitente. Uno de ellos es la activación del sistema inmune.

En 2020 la revista Science publicó un estudio que reveló que el ayuno intermitente, además de “restablecer la homeostasis energética”, obliga al cuerpo a activar su sistema inmune para proteger sus órganos.

El destacado portal científico Nature publicó en 2021 un estudio que evaluó a 71 voluntarios con síndrome metabólico y presión arterial sistólica elevada. Se demostró que quienes practicaron ayuno intermitente durante un período de cinco días tuvieron un efecto positivo en su presión.

El análisis reveló que la composición del ecosistema bacteriano intestinal cambia durante el ayuno de manera beneficiosa, lo que ayuda a reducir la presión arterial.

Uno de los estudios más trascendentales acerca de los beneficios del AI es el que realizó el japonés Yoshinori Ohsumi, quien ganó el Premio Nobel en 2016 por su investigación sobre la autofagia, mecanismo natural de regeneración que ocurre en nuestro cuerpo a nivel celular, y que, según su investigación, se comprobó que uno de los factores que la activan es el ayuno.

Claro que también hay detractores del ayuno intermitente. Especialmente desde la vereda de los nutricionistas, quienes advierten que practicar este tipo de estrategia podría ser la puerta de entrada para desórdenes y trastornos alimenticios,
como la bulimia.

El ayuno de la Iglesia

Si bien el ayuno intermitente no posee un componente religioso, a lo largo de los siglos la restricción alimenticia ha sido impulsada por las grandes religiones monoteístas como una forma de purificación y elevación espiritual.

De hecho, nuestra Iglesia Católica invita a realizar ayuno de alimentos durante dos días relevantes del año litúrgico: el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.

El tipo de ayuno que recomienda la Iglesia en el Código Canónico es el de abstenerse de una comida fuerte en el día. Es decir, el almuerzo o la cena. Y si vamos a los evangelios, Jesús recomienda el ayuno y pide que este sea privado.

“Cuando ayunes, no pongas cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan;
en verdad les digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”, Mateo 6, 16-18.

¿Quiénes no deberían realizar ayuno intermitente?

 • Personas con un peso muy bajo o con problemasde desnutrición.
 • Menores de 18 años en período de crecimiento.
 • Embarazadas y lactantes por el riesgo de no aportar los nutrientes suficientes al feto y a la guagua, respectivamente.             • Personas que padecen patologías crónicas. Deberían consultar previamente a un médico.

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Por Alejandro Manríquez, periodista

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