En el marco del XV Encuentro Continental de la RASS y de la construcción de nuestra planificación estratégica 2022 – 2026 nos planteamos analizar los retos que proponen la Iglesia, organismos internacionales y nuestra Congregación Salesiana con respecto al sector social.
Para obtener resultados adecuados, basamos nuestro análisis en tres ponencias magistrales, impartidas por Saúl Pérez, del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana; Elena Proden, del Instituto de las Naciones Unidas para la Formación Profesional y la Investigación, y el hermano Fernando Saade, de la Inspectoría Argentina Norte.
Enfoque social desde la Iglesia
El Papa Francisco, en sus encíclicas sociales, evidencia que enfrentamos una crisis socioambiental basada en la cultura del descarte, donde la problemática no es solo la pobreza, sino la exclusión.
Como Iglesia, nos plantea tres retos. El primero, ir más allá y no quedarnos en el asistencialismo, sino luchar por una solidaridad que transforme la política y la movilice hacia la justicia social.
El segundo reto es la sinodalidad, promover modelos horizontales para una Iglesia nueva, con participación comunitaria basada en la escucha y la promoción de liderazgos locales.
Finalmente, desafía a materializar la amistad social, entender que vivimos en sociedades plurales, donde es necesario mirar la diversidad en todas sus formas, sin fanatismos ni lógicas cerradas que solo fragmentan a la sociedad.
Enfoque desde los organismos internacionales
La definición más frecuente para el desarrollo sostenible es la del informe de Brundtland, del año 1987: “Satisface las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las propias”.
Con el fin de repensar las políticas actuales, la Organización de las Naciones Unidas propone 17 objetivos para implementar las tres dimensiones del desarrollo sostenible: social, ambiental y económico.
Cada Estado debe determinar las acciones y políticas que lleven al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero también los ciudadanos y, en especial, organismos de la sociedad civil.
Enfoque salesiano
Los últimos Capítulos Generales resaltan la importancia de priorizar el sector social desde reflexiones y llamados a la acción. Como salesianos, estamos llamados a comprometernos con la justicia, el bien común y la responsabilidad ecológica.
La defensa de los derechos humanos es parte esencial del Sistema Preventivo de Don Bosco, que implica una mirada crítica a las diversas realidades de pobreza, marginación y violencia.
Es necesario tomar una opción radical, preferencial, institucional y estructural en favor de la niñez y juventud vulnerables, ya que esta prioridad renueva el carisma salesiano.
Este compromiso conlleva desafíos a los que debemos responder:
• Disponibilidad al cambio y formarnos con nuevas realidades.
• Reconocer a las juventudes y sumarlas en el cambio social y eclesial.
• Apoyar a quienes están excluidos, acogiendo con amabilidad a las personas, sus vidas e historias.
• Compartir la misión y comprender que el Carisma es del Espíritu, no solo de consagrados.
• Crear puentes entre las diversas realidades atendidas, sin segmentar ni generar dobles itinerarios.
• Trabajar en red y alianzas.
Todas estas reflexiones convergen en el fin de responder a las necesidades de las poblaciones vulnerables, dar el paso a una transformación social basada en la justicia y trabajar en unidad a través de procesos de liderazgo y horizontalidad.
Por Red América Social Salesiana