Misión con los laicos: No es concesión, sino un derecho vocacional

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“Son compañeros de camino, no sustitutos de los religiosos”.

Destacamos algunas reflexiones y constataciones que se han dado en el contexto del Capítulo General 28 (CG28). Particularmente, las consideraciones programáticas que el Rector Mayor, Don Ángel Fernández, entregó en agosto de 2020.

Lo que sabemos

Desde el comienzo, Don Bosco se preocupó por implicar al mayor número de colaboradores posibles en su proyecto, comenzado por su madre, Mamá Margarita; también los que daban trabajo, la gente buena del pueblo, algunos teólogos e, incluso, nobles y políticos de la época. La congregación nació y creció en comunión de consagrados y laicos.

Destacada es la importancia que los jóvenes tienen en el desarrollo del carisma y la misión salesiana. Don Bosco encontró en ellos a sus primeros colaboradores, que así llegaron a ser ‘cofundadores’ de la Congregación.

De ahí que es tan potente la afirmación del Rector Mayor: “Hemos expresado con fuerte convicción que la participación de los laicos en el carisma salesiano y misión no es una concesión por nuestra parte o una gracia que les brindamos, ni siquiera un camino de supervivencia, como tantas veces han pensado muchos hermanos”.

“Es un derecho vocacional que tienen” -continúa el Rector Mayor- “y, naturalmente, aquí se ve la diferencia entre ser simples trabajadores en una casa salesiana o formar parte, al mismo tiempo, de un trabajo, misión y vocación. Es radicalmente diferente”.

Tensiones por superar

Desde la consulta previa al CG28 resaltaron algunos peligros subyacentes que es preciso identificar, para avanzar y superarlos:

✓ La eclesiología de comunión propuesta por el Vaticano II, recibida por la congregación en el Capítulo General 24, destinada a Los Laicos en la Misión aún no se ha asimilado en profundidad.

✓ Si bien crece la conciencia del valor de la misión compartida, en tanto hay muchos jóvenes adultos presentes en los equipos de animación inspectorial y local que comparten la misión salesiana, también habría resistencias en ambos lados: mentalidad paternalista, dificultad para compartir la responsabilidad o, incluso, una presencia funcional.

✓ Se constata en diferentes inspectorías el riesgo de una colaboración que no tenga en cuenta la diversidad de carismas y vocaciones y conduzca, más allá de las intenciones, a una “clericalización de laicos” o “laicización de las personas consagradas”. Una buena identificación con la propia vocación y la de los otros es fundamental para no reducir la misión compartida a colaboración ejecutiva.

Los salesianos que viven su llamada específica son capaces de una presencia animadora incisiva y fraterna y saben ofrecer a los laicos apoyo afectivo. Por su parte, los laicos que asumen con convicción su llamada bautismal al testimonio del Evangelio están libres del complejo de ser relegados a la pastoral de segundo grado.

✓ De modo incisivo, el Rector Mayor nos dice: “Los laicos son compañeros de camino, no sustitutos de los religiosos. Ellos y nosotros tenemos nuestras aportaciones específicas a la misión. Por ello, nuestros colaboradores laicos tienen necesidad de conocer y experimentar muy de cerca a Don Bosco y lo que desde él se vive en las casas salesianas”.

Formación conjunta

Don Ángel Fernández nos comparte su mirada amplia sobre la dinámica de vida que se constata en diversas partes del mundo y de la cual no podemos estar ajenos: “Notamos que, tal vez, la identidad consagrada salesiana parece débil y poco enraizada: el primado de Dios en la vida personal y comunitaria no siempre aparece con claridad”.

“Diversas formas de clericalismo y de secularismo tienen el peligro de hacer entrar en la congregación la ‘mundanidad espiritual’ -continúa el Rector Mayor-, “la promoción del salesiano laico en algunas regiones sigue siendo escasa; la falta de personas preparadas en el ámbito de la salesianidad, a pesar del mucho material a disposición, es signo de la insuficiente atención que se presta a la profundización del carisma”, asegura.

En Chile se han dado pasos significativos durante los últimos años con la propuesta del Diplomado en Pedagogía Salesiana y otras iniciativas formativas desde lo identitario, junto a lo que en cada CEP se realiza.

Incidencia laical

No deja de ser interesante la reflexión sobre la importancia de la presencia laical en la vida de los jóvenes. En el informe previo al CG28 se señala: “A veces los jóvenes comprenden mejor el testimonio de los laicos, porque es menos evidente y se supone que no hablan y actúan por lógica de pertenencia. Su vocación, situándolos en el corazón del mundo, los hace, a veces, más aptos para responder a las nuevas demandas culturales de los jóvenes”.

Valoración de la figura femenina

El mismo informe contempla que “la presencia de la mujer en muchas de nuestras obras es, como destinataria y corresponsable de la educación, un hecho”.

El Papa Francisco nos ha llamado, en su mensaje al CG28: “¿Qué sería de Valdocco sin la presencia de Mamá Margarita? ¿Hubiesen sido posibles vuestras casas sin esta mujer de fe? (…) Sin una presencia real, efectiva y afectiva de la mujer vuestras obras carecerían del coraje y valentía”.

Además, invitó a “seguir estableciendo dinámicas donde la voz de la mujer, su mirada y accionar encuentren eco en la toma de decisiones, no como actor auxiliar, sino constitutivo de vuestras presencias”.

La Congregación Salesiana en Chile hace eco del Proyecto Orgánico Inspectorial (POI) para el próximo sexenio sobre uno de los desafíos programáticos que ha presentado el Rector Mayor y que “deberán ser el espejo en el que confrontarse cada inspectoría del mundo, y los criterios para definir las metas y objetivos, procesos y acciones concretas del próximo sexenio, allá donde el carisma de los hijos de Don Bosco ha echado raíces”.

Se trata de crecer en la corresponsabilidad en la misión con los laicos, profundizando en el carisma compartido, acompañamiento mutuo y formación en conjunto para una vivencia más sinodal en todos los ambientes de la inspectoría.

Algunas consideraciones para las líneas de acción:

✓ Generar instancias de discernimiento sobre la misión; seleccionar al personal idóneo en lo profesional y en el testimonio de fe; formarnos juntos en el Sistema Preventivo y su actualización en la obra local; formarnos juntos en ámbitos profesionales necesarios para la misión; desarrollar instancias de evaluación del trabajo educativo-pastoral para SDB y laicos.

✓ Fortalecer la calidad profesional y carismática de los laicos, de manera que juntos podamos animar las diversas obras y responder a las nuevas realidades, superando el clericalismo y autoritarismo.

✓ Crecer en una relación más horizontal, colaborativa, corresponsable y de buen trato con la diversidad de laicos, con los cuales llevamos adelante la misión salesiana en medio de los jóvenes, que es lo que nos une.

Por Equipo Inspectorial de Pastoral Juvenil

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