Frases como "eres muy sensible" o “lo que piensas no es verdad” pueden ser principios de una manipulación indirecta que da lugar a la ansiedad, confusión y, en el peor de los casos, depresión.
El término gaslighting tiene su origen en el nombre de una obra de teatro de 1938. En esta, un hombre mueve objetos de su casa y describe recuerdos a su esposa distintos a la realidad para hacerle creer que tiene demencia y así quedarse con su fortuna. Un abuso emocional que persigue manipular la percepción de la realidad.
La psicóloga Laura Fuster explica que quien manipula, consciente o inconscientemente, busca que el otro dude de su propio criterio. “A través de estrategias como negar algo que ocurrió, siembra la duda en la víctima que ya no sabe qué creer, provocándole ansiedad, angustia y confusión”, señala.
Abuso narcisista
Maltrato psicológico catalogado como una herramienta de manipulación narcisista. Por ende, es la comunicación, verbal y no verbal, la herramienta clave para estar dentro de ese círculo y también para salir de él.
Pablo Álvarez, coach chileno y experto en Programación Neurolingüística (PNL), asegura que el gaslighting se lleva a cabo de manera lenta y silenciosa. En un grupo de amigos o en una relación de pareja es imperceptible y lo que busca es hacer dudar al otro sobre su discurso o, incluso, sobre su propia estabilidad emocional. “Él o ella miente con la intención de que no puedas confiar en ti mismo, entregándole el mando y autoridad en tu vida”, afirma.
El victimario busca con esta técnica tener la razón, mostrándose como víctima, evadiendo responsabilidades, inventando situaciones ficticias para cancelar acuerdos o promesas. También es propia la humillación, intimidación y acciones para castigar, perjudicar, asustar o herir emocionalmente. La finalidad es hacer perder la cordura a la contraparte buscando que se sienta culpable, debilitándola emocionalmente, dañando su autoestima y sembrando dudas sobre sí misma.
Al tratarse de un modo de maltrato tan sutil y ambiguo, resulta complicado para la víctima denunciarlo. Con el tiempo, va nublando su percepción de la realidad y de sus propias decisiones, anulando su autonomía y, por tanto, se vuelve más dependiente de esta relación.
¿Qué puedes hacer?
Si tienes dudas y crees que eres víctima de este tipo de abuso, contacta a un psicólogo o a un cercano que te ayude a discernir sobre tu situación. De todas maneras, Pablo Álvarez nos deja algunas maneras de afrontar estas banderas rojas para mantener un mínimo de serenidad:
- Confía en tu intuición: si sientes que algo no está bien, ponle atención a eso y examina qué partes no cuadran, y si puedes consulta con un tercero de confianza.
- Cree en tu criterio y punto de vista: puedes decir "estamos en desacuerdo" o "escucho lo que dices, pero mi realidad es muy distinta a la que propones". Eres perfectamente libre de poner fin a una conversación y a una relación.
- Recuerda tener soberanía sobre tus propios pensamientos: las emociones no son ni buenas ni malas, y nadie te puede decir si lo que sientes es cierto o no. No te disculpes por sentir, lo que sí debes evitar es agredir, manipular o destruir.
- Mantén tus límites personales: si alguien los traspasa, hazlo saber y plantea una consecuencia. Mantente firme. Trabajar la propia asertividad es indispensable para hacer valer los propios intereses con dignidad.
¿Cómo afecta a los jóvenes?
La adolescencia es una etapa tan clave como crítica en la vida. Los cambios a nivel físico y mental se aceleran, mientras que las habilidades sociales comienzan a cobrar más importancia. Todo adolescente necesita sentirse integrado, valorado por las personas de su entorno, pero, principalmente, de sus pares. Es importante que forjen su propio carácter y para eso deben conocerse.
“Esta es una etapa donde el adolescente y joven debe fortalecer su autoestima, piedra angular en el bienestar psicológico, de lo contrario, este tipo de manipulación podría desencadenar un cuadro de ansiedad, estrés, sentimientos de culpa y hasta la depresión”, asegura el coach.
En cualquier tipo de relación significativa es importante que se respeten tanto la opinión como los sentimientos o las vivencias de cada uno y de los demás. Cuando te respetas a ti mismo eres capaz de cultivar relaciones saludables que generen bienestar.
Frases banderas rojas
El primer paso para salir del círculo del gaslighting es reconocer que existe y, aunque suene sencillo, es mucho más difícil de lo que parece y demandará mucho valor y toma de decisiones. Por eso, Álvarez nos señala algunas frases alertas:
“¡Eres demasiado sensible!”: forma de invalidación que niega la posibilidad de reacción a una acción, traspasando la culpa a la víctima de lo que siente y no a la situación generada.
“¡Eres un/a paranoico/a!”: proyección de la idea que tiene el manipulador, quien siembra la duda, empezando con ideas persecutorias, haciendo que la víctima pierda fuerzas en sus argumentos.
“¡Estás desequilibrado/a!”: invalidación de la percepción de la víctima, donde el abusador busca que vea las cosas como él las propone para no ser descubierto.
Por Gustavo Cano, periodista.