“Si la foto no tiene más de x likes, la borro”, “si sigo su cuenta en Instagram, ¿por qué no quiere seguirme?” o “¿por qué nadie comenta mi foto?”. Si has concebido estas ideas y preguntas, o se las has escuchado a tus hijos, el FoMO puede estar más cerca de lo que crees.
Sientes que gastas mucho tiempo pensando que estás perdiéndote algo que tus amigos están disfrutando y tú no… ATENCIÓN, puedes estar siendo víctima del FoMO (Fear of Missing out, miedo a perderte de algo que está pasando). Un concepto que conjuga la sensación de malestar y/o vacío al saber que nuestro círculo de conocidos, o “followers” en redes sociales, están interactuando con las nuevas tendencias sin preguntarnos, etiquetarnos o tenernos en cuenta.
Salud, amistad, familia y trabajo son parte de las temáticas que nutren las interacciones a través de los smartphones, medios hoy de primera necesidad que, a su vez, generan otra necesidad: saber qué está pasando en nuestras redes. Un exceso de preocupación por lo que están publicando los demás puede ser la primera alarma para detectar el FoMO.
“La hiperconectividad impide disfrutar del momento presente, llevándonos a perder los objetivos primordiales de nuestra vida real”, aseguraba en 2014 Bobby Mook, estudiante de la Universidad Carolina del Norte en una charla TED, tema del cual se hablaba hace una década, pero que nadie le prestaba atención, hasta hoy, que nuestra interacción con el mundo en cuarentena es mediada por las pantallas.
Los jóvenes
Un estudio realizado por Unicef en 2020, muestra que la crisis provocada por el Covid-19 tuvo un impacto importante en la salud mental de los jóvenes de Latinoamérica. Soledad, ansiedad y depresión fueron las problemáticas más preponderantes en el resultado. Uno de cada dos jóvenes encuestados sentía menos motivación para realizar actividades que antes solían disfrutar, prefiriendo quedarse conectados a la red.
“La ansiedad en este grupo etario se genera cuando no existe una respuesta a los objetivos de vida. Tienden a preocuparse por el futuro y por los demás en vez de trabajar en establecer y adquirir sus objetivos en el presente”, comenta Liliana Álvarez, máster en Psicopedagogía Social, coach y consejera educativa.
Es la etapa donde consolidan relaciones con sus amigos cercanos y buscan encajar en un círculo social que sintetice sus gustos y pasiones. En esta era y circunstancias, esas necesidades las resuelven en Instagram, Facebook y YouTube que, según el ranking del portal de Yi Min Shum en 2020, aumentaron considerablemente sus visitas en Chile.
“Con la pandemia, la capacidad de socialización “FacetoFace” se ha visto limitada, por lo cual los jóvenes buscan todo tipo de redes sociales para expresar lo que piensan y resaltar aquello que los hace felices, disfrazando aquellos aspectos de su vida que consideran negativos”, añade Álvarez.
Nadie se escapa
Diversos profesionales consideran que cuando se habla de FoMO se aborda un fenómeno generalizado en la población. El Dr. Antonio David Pérez Eliozondo, en su artículo sobre este síndrome, asegura que el miedo a perderse de algo descansa en el engaño y en la obsesión por lograr objetivos de forma rápida, lo cual despierta la ansiedad y frustración, donde el sujeto tiende a imaginar una “fabulosa vida” que viven los demás gracias a las publicaciones y estados en sus redes sociales.
“El FoMO imposibilita a la persona a vivir el presente, ya que entran en un fuerte cuestionamiento consigo mismo al ver las vidas de otros por medio de las redes sociales. Algunas preguntas son: ¿Me recordarán? ¿Mis logros son importantes para alguien?”, comentó Bobby Mook, en su charla TED.
Pero el estudiante aseguró que la tecnología no tiene la culpa del manejo que cada persona les da a sus redes sociales personales. Insiste en que es más importante darse cuenta de que somos víctimas de FoMO. “Detectar a tiempo esta situación. La necesidad de saber qué está pasando en mis redes sociales a cada instante, puede ser una alarma para tomar mejores decisiones en la vida y comprender de dónde viene el miedo o la ansiedad”, aseguró.
Más JoMo menos FoMO
Sufrir de FoMO en alguna ocasión no significa exactamente que seas un adicto a internet, sin embargo, su uso inadecuado puede traer serias consecuencias en relación al desarrollo del propio proyecto de vida. El llamado hoy es a vivir más el JoMO (Joy of Missing out, disfrutar lo que haces en cada momento). Disfrutar del aire, de una charla en familia, de cocinar y aprender nuevas recetas, etc. Vivir el momento presente.
“El llamado es a pensar que no me estoy perdiendo de nada en la red, solo me estoy perdiendo de la vida real”, concluyó Álvarez
Alertas de FoMO
- Si en vez de disfrutar de las actividades cotidianas prefieres seguir con el celular actualizando tus estados en redes sociales, atención.
- Ten cuidado si experimentas cierto temor o incomodidad cuando alguno de tus amigos publica una foto que está llena de likes.
- Si publicas constantemente, das comentarios y revisas sin control tus RRSS, con el fin de no perderte nada de lo que está pasando, dejando tus necesidades de lado.
- Si experimentas la imposibilidad de bloquear, apagar o alejar el celular en una actividad al aire libre o cuando compartes con familiares o amigos.
- Si experimentas ansiedad por validar a través de likes una experiencia feliz que estás viviendo.
- Preocupación constante y desmedida por más “followers” y “likes” en las redes, llevando a las preguntas: ¿Soy importante? ¿Me quieren?
Consejos para Prevenir
- Establece prioridades de aquellos contenidos que te interesan ver: arte, música, amigos y familia.
- Planifica tu ocio y dedica tiempo a descansar, a estar con tu familia y amigos, a practicar tus aficiones.
- Fomenta el lenguaje verbal: conversaciones cara a cara o por teléfono. El tono de voz y los gestos son insustituibles a la hora de transmitir emociones.
- En vez de mirar lo que hacen los demás, dedica tu tiempo de ocio a crear contenido y compártelos, sin esperar la validación por likes.
- Realiza ejercicio y actividades al aire libre, es sano, divertido y favorece a la desconexión.
- Limita el tiempo de conexión diaria a las redes y a responder las actualizaciones de estado. Si alguien quiere contactarse contigo, tiene otras formas de hacerlo.
Por Gustavo Cano, periodista