El desafío de seguir conectados

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Marcela Navarrete, profesora del Colegio Don Bosco de Antofagasta, comienza su día de trabajo a las nueve de la mañana. Revisa su casilla de correo electrónico, whatsapp, consultas de sus alumnos en las actividades enviadas y trabajos entregados. Avanza en la preparación de material y clases en la plataforma classroom. Dependiendo del día, participa de las reuniones online de rectoría o coordinación pedagógica.

A más de 4 mil kilómetros de distancia está Bastián Moreno, alumno del cuarto medio A del Instituto Don Bosco de Punta Arenas. Realiza sus trabajos pendientes y revisa las actividades enviadas por sus profesores, para luego ayudar a sus padres en las tareas del hogar.

Marcela y Bastián, docente y estudiante, son las dos caras del sistema educativo de nuestro país, que transitó, de forma obligatoria y al 100%, de la modalidad presencial a la online. De un día para otro y de manera indefinida (hasta el momento), esta medida preventiva para evitar la propagación del Covid 19 hizo que desde marzo las clases abandonaran los colegios, las que se instalaron en el espacio doméstico a un click.

Puentes a la distancia

Un proceso desafiante para todos los que componen la comunidad educativo-pastoral, quienes se han adaptado a esta nueva realidad. No obstante, docentes y asesores adultos tienen un rol fundamental, pues ellos son los llamados a motivar a los jóvenes a adquirir los conocimientos y herramientas necesarias para su formación integral.

Para Marcela, la educación a distancia no ha sido una tarea fácil. Le ha costado congeniar trabajo, familia y descanso en su día a día. Trabajar desde casa hace difícil establecer horarios.

Extraña muchísimo a sus alumnos, su energía, alegría y verlos de forma presencial, pues, para ella, es la única forma que los profesores tienen para darse cuenta cómo están los jóvenes realmente. “Si bien les realizamos clases, igual siento que esta manera virtual nos restringe en socializar con ellos y que nuestro aporte sea real en el avance de los aprendizajes de todos”, reflexiona.

Para la implementación del trabajo remoto y las clases virtuales en el Colegio Don Bosco Antofagasta, fue esencial realizar capacitaciones a docentes y alumnos para que aprendieran a usar de forma efectiva la plataforma de aprendizaje.

“La contingencia sanitaria a todos nos ha llevado a producir grandes cambios, y lo primero fue crear espacios de comunicación constante entre nosotros y los estudiantes. Los apoderados han sido informados de todas las decisiones y modos de trabajos de sus hijos. Se han realizado reuniones de padres y apoderados vía online para escuchar sus inquietudes y así mejorar la educación a distancia”, expresa la profesora del Colegio Don Bosco. A la luz del llamado del Papa Francisco, el P. Claudio Cartes, delegado para la Pastoral Juvenil Inspectorial, reconoce el desafío que tienen los profesores de ser puentes innovadores entre valores de su entorno y la realidad de cada joven. Todo con el fin de mantenerlos, aún en la virtualidad, conectados con lo real.

“Todo educador es un ‘educador pastor’, todo educador salesiano es un educador evangelizador. En la situación actual se plantea un reto para la evangelización, donde el educador debe fortalecer su identidad vocacional cristiana y su testimonio de vida, que es lo que impacta en primer lugar como anuncio de la fe”, aseguró el delegado de pastoral juvenil.

A la altura del desafío

El departamento de Educación de la Congregación Salesiana en Chile hizo frente de forma oportuna a los procesos educativos que se vieron amenazados por la pandemia. Elaboró un proyecto que busca acompañar a los estudiantes, utilizando las herramientas digitales en el contexto de su realidad.

“Estamos fortaleciendo nuestra red a través de un trabajo colaborativo entre los docentes y equipos directivos de nuestras comunidades educativas. Hemos compartido buenas prácticas, ejercicio que veníamos desarrollando hace un tiempo y que hoy se hace más importante para apoyarnos”, aseguró Juan Pablo Vásquez, director de la Red de Escuelas Salesianas.

En trabajo conjunto con el área de Comunicaciones, el departamento está colaborando con los colegios en la migración de muchos de sus actividades al ambiente digital a través de la utilización las herramientas de la plataforma G Suite de Google, que han permitido darle continuidad al proceso de enseñanzaaprendizaje y ha fortalecido la comunicación de la red.

“Las tecnologías de la información y comunicación Social (TICS) en los diferentes procesos de aprendizaje han sido una buena ayuda para que los docentes puedan vivir esta experiencia de educación con una interacción pedagógica con sus estudiantes”, indicó Juan Pablo Vásquez.

La necesidad de reinventarse para seguir ofreciendo a los jóvenes la educación integral de calidad que esperan y necesitan requirió activar un proceso de entrenamiento para profesores en el uso de las herramientas.

“En las distintas capacitaciones con nuestro docentes, hemos observado mucho interés de aprender esta nueva modalidad de enseñanza para integrarla en su práctica pedagógica y lograr la innovación que se requiere. Afortunadamente, contamos con la colaboración y el trabajo de profesionales que nos han apoyado en este proceso”, comenta Juan Pablo.

Más que una posibilidad, una necesidad

Para dar mayor consistencia a este trabajo de transformación digital con fines educativos, se ha incorporado Sebastián Arriagada a los equipos centrales de educación y comunicaciones en el rol de líder educativo tecnológico de nuestra congregación. Es docente y entrenador certificado de “Google for education”. Para él, educación y tecnología son dos aspectos complementarios. Su papel es organizar las necesidades específicas que existen en la institución, mirando este binomio para pensar una nueva enseñanza.

“La tecnología nos ayuda a generar habilidades para lo incierto, para los años venideros y siempre hay que verla como una inversión. La labor de la tecnología es expandir nuestro impacto, pues podemos llegar a una mayor cantidad de estudiantes. Si bien en este momento internet es un indicador de injusticia, ya que no todas las personas tienen acceso, sí nos ayuda a democratizar el conocimiento”, reflexiona.

Durante estos meses de confinamiento realizó un plan de capacitaciones a docentes para diversas comunidades educativas pastorales que mostraban bajo uso de herramientas como el correo electrónico y Classroom.

“Las escuelas deben tener claras tres cosas esenciales con respecto a las clases a distancia: primero, hay que generar un mecanismo de comunicación seguro, eficiente y oficial entre profesor y alumnos. Segundo, construir la sala virtual, generando recursos de aprendizaje, actividades efectivas y significativas. Lo tercero es la evaluación, ¿cómo sabemos que está resultando?”, comenta.

Lo positivo de lo digital, según Sebastián, es que hay mayor visibilidad de los estudiantes dentro del aula virtual, algo que siempre queda al debe en lo presencial. Otro beneficio es priorizar el conocimiento entre lo esencial y lo mínimo, para que funcione para todos los que integran el curso. Por último, la automatización del trabajo virtual, por ejemplo en el proceso de evaluación, que se refleja en un ahorro de tiempo en la revisión de pruebas.

Lo negativo tiene que ver con el mayor tiempo que se invierte en la preparación de los contenidos, en el monitoreo y avance. Ahí está la complejidad a la que se deben enfrentar cientos de profesionales de la educación a lo largo del país.

“Admiro a todos los docentes que están trabajando en este momento, porque se requiere mucha creatividad para pensar una actividad que no sea extensa; a la vez, que no sea complicada y sea adecuada para la edad del niño. El profesor o profesora que logra situarse en esta época de la educación a distancia, tiene un trabajo hecho para años”, expresó.

La otra cara de la moneda

Aunque muchos de nuestros estudiantes tienen familiaridad y experiencia en el mundo digital, sus habilidades en el uso de herramientas educativas no están consolidadas. Además, la pandemia les ha obligado a cambiar intempestivamente hábitos y ritmo de vida.

“No existe una única manera de entender la juventud. Hay muchas juventudes, muchos grupos, hay una gran variedad. Desde este punto de vista, cada joven debe asumir un estilo de vida y desarrollar actividades desde un lugar determinado. Deben reinventarse para tener una nueva relación con el tiempo y el espacio”, comentó el P. Claudio Cartes, delegado para la pastoral juvenil.

Para Bastián, su colegio es su segunda casa. Entró al Instituto Don Bosco de Punta Arenas en primero básico. Hoy cursa su último año de educación media y es el presidente del centro de alumnos, en plena pandemia. Extraña a sus compañeros, profesores, la escuela y el patio.

Para él la educación a distancia ha sido, a ratos, difícil. “El hogar es tu centro de descanso donde llegas después de tu rutina diaria, pero ahora se ha transformado en tu centro de operaciones: tienes que estar en tu computador atento al correo y debes ayudar más en la casa. Es lo que nos tocó y hay que adaptarse”, expresa.

Considera que el proceso de las clases a distancia fue repentino y para algunos de sus amigos complicado, pues les acomoda más lo presencial que lo virtual. Para sus padres tampoco fue fácil, pues no sabían de qué se trataba, pero luego de un tiempo lo han apoyado.

Explica que “en algunas materias me acomoda mucho esta modalidad, pues me permite desarrollar algunos ámbitos y en otras me cuesta más, pues siento que necesito la presencia física del profesor para que me explique y así entender mejor”.

Como alumno salesiano ha visto que el colegio ha respondido de forma positiva y eficaz frente a la contingencia, pues ha prestado ayuda a los estudiantes y familias que carecen de tecnología; ha facilitado materiales pedagógicos y plataformas para desarrollarse académicamente. “Celebró el día del alumno y el día de la madre de forma online. El colegio ha entregado su mayor disposición para que nosotros sigamos sintiéndonos parte al 100% de la institución”, reflexiona.

Al igual como ha respondido el Instituto Don Bosco de Punta Arenas, la Red de Escuelas Salesianas ha realizado diversos esfuerzos para ir en ayuda de docentes y alumnos. El objetivo es que ningún niño, niña o joven se quede sin la posibilidad de recibir una educación de calidad por falta de un equipo óptimo para las clases a través de internet.

Cientos de computadores de escritorio, notebook y tablets han sido entregados, como regalo o préstamo, hasta el final del semestre en las diversas comunidades educativas pastorales a lo largo de Chile. Además de banda ancha móvil (BAM), pendrives y routers, que lograrán que tanto profesores como alumnos puedan seguir conectados el tiempo que dure el distanciamiento social y cuarentenas obligatorias.

Acompañar a distancia

También el equipo de Pastoral Juvenil inspectorial asumió el reto. Han fortaleciendo los encuentros y la formación bajo una actitud de comunión, que fomenta los espacios de diálogo no solo sobre la situación actual, sino también de los desafíos y evolución de nuestra propia identidad como carisma salesiano. Conversaciones virtuales que buscan responder a lo planteado en el Capítulo General 28 (CG28): Qué salesianos para los jóvenes hoy.

“Hemos asumido el acompañamiento como un nuevo desafío, con una actitud de búsqueda de oportunidades para seguir haciendo lo que sabemos hacer”, comentó el P. Claudio Cartes.

El equipo trabaja bajo dos directrices. La primera, actuar en red, lo que permitió conectarse con pastorales de otras inspectorías y de las mismas comunidades locales para fortalecer la identidad carismática, generar vínculos e intercambio de experiencias. La segunda, potenciar la actitud de escucha, vista como una oportunidad para dedicarse a comprender y acompañar las situaciones que están viviendo los jóvenes y sus familias.

“Nosotros, desde el equipo inspectorial, estamos al servicio de la experiencia que se desarrolla a nivel local, ofreciendo instancias de formación y acompañamiento directamente a los asesores. Hay que darle fuerza a todo lo que se está haciendo en las presencias salesianas: encuentros, formación y oración”, aseguró el delegado para la Pastoral Juvenil.

El acompañamiento directo con los jóvenes lo lideran las comunidades locales. El Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) organizó un itinerario de encuentros para asesores bajo la fórmula “Acompañar a los acompañantes”, en los que se dio retroalimentación de los procesos en miras a escuchar y participar en el diario vivir.

El desafío es seguir acompañando en la realidad actual. Ahora bien, esto requiere un camino labrado en procesos, los cuales exigen una mayor atención al diálogo, aprendiendo un nuevo lenguaje de emociones y sentidos transmitido desde lo digital.

“El llamado es a fortalecer la identidad cristiana, la cual se robustece desde la vocación del educador salesiano y también desde el vínculo que se genera con los jóvenes; un vínculo de acogida, escucha y diálogo que les ayuden a hacer síntesis de la vida”, aseguró el P. Claudio Cartes.

Unidos mirando el futuro

Es válido que algunos sientan que este no es su método de trabajo, pero no significa que, inevitablemente, será el camino en que nos veremos envueltos en un futuro próximo. Así piensa Sebastián Arriagada, quien indica que la tecnología no es algo que está separado de nuestras vidas, sino que es la vida misma. Es la ropa que vestimos, nuestro computador, celular y múltiples cosas que nos facilitan el cotidiano.

Aunque el presente y el futuro cercano no sean claros por la situación sanitaria y económica mundial, profesores y alumnos no pierden las fuerzas para seguir adelante con la misión salesiana de educar y evangelizar a través de los medios que tengan disponibles.

La profesora Marcela expresa que “debemos estar agradecidos con Dios por las bendiciones recibidas a pesar del difícil momento que vivimos. Transmitir tranquilidad, positivismo y alegría. Preocuparse por los demás y seguir entregando la pedagogía del amor que Don Bosco nos legó”.

Desde la mirada del P. Claudio, hay que comprender a los jóvenes pues “hoy se están adaptando a esta nueva realidad, a una nueva forma de relacionarse, educarse y encontrarse con Dios. Nuestra misión consiste en mirar esos cambios con ojos educativos y responder a estos nuevos desafíos con criterio evangelizador”.

Bastián cree que hay que tratar de mantener la calma, ayudar a la familia, ser un buen ciudadano y quedarse en la casa. Aconseja a sus compañeros a “sobrellevar las clases a distancia de una manera correcta, con mucha responsabilidad y colaborar para que podamos tener un aprendizaje exitoso”.

La teleeducación ha llegado para quedarse. Nunca sustituirá al profesor o al asesor adulto en persona, pero sí complementará los procesos y acompañamiento a los estudiantes. Pero, para que este proceso sea exitoso, es necesario un cambio de paradigma y un compromiso constante de la comunidad, para establecer de manera creativa nuevas relaciones de aprendizaje.

“En un futuro cercano vamos a tener un modelo mixto de educación a distancia y presencial, los cuales coexistirán para ofrecer mayor integralidad en la educación de nuestros estudiantes”, aseguró Juan Pablo Vásquez, donde se potenciarán las llamadas inteligencias múltiples de la nueva generación.

Por Karina Velarde y Gustavo Cano, periodistas

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