Estamos viviendo tiempos difíciles. La pandemia del coronavirus ha modificado nuestras vidas en todo ámbito, configurando nuevas maneras de relacionarnos, educarnos e, incluso, trabajar. En los campos de olchagua las vides no esperan. Las vendimias no se pueden posponer, tampoco la vinificación. Es por esto que las viñas de la zona central continúan el noble proceso de elaboración del vino. Tomando todos los esguardos sanitarios, sus trabajadores siguen con sus labores para producir un vino que, sin duda, será muy particular.
Por José Antonio Rodríguez, fotógrafo