La enfermedad infecciosa Covid-19 se ha expandido por el mundo desde su estallido en China a finales de 2019. A principios de marzo de 2020 llegó a nuestro país, con las duras consecuencias esperadas. Los esfuerzos para contrarrestar esta pandemia no solo han conllevado un retiro social impuesto, sino que también un impacto directo en la economía nacional. Una estimación de tasa de desempleo de dos dígitos, junto con una fuerte baja de consumo y desaceleración económica.
Dicha situación ha llevado a la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) a generar un fondo privado de $ 50 mil millones para enfrentar la crisis sanitaria, y al Gobierno a desarrollar un paquete de medidas de ayuda económica, el llamado Plan Económico de Emergencia, y usar el 2% constitucional (pagos no autorizados por ley) para financiar gastos de salud pública.
Para el director de la Escuela de Administración y Economía (EAE) de la Universidad Católica Silva Henríquez (UCSH), Cristián Gutiérrez, todos estos esfuerzos van en la dirección correcta. “Lo importante es mantener la cadena de producción y distribución de bienes de primera necesidad y mantener bajo control los principales agregados económicos, como empleo e inflación”, destaca.
Bajo esta línea, señala también la importancia de las Pymes que, a través de medidas anunciadas sobre materia tributaria, deberían ser atendidas en la suspensión de pagos previsionales mensuales respecto del impuesto a la renta por los próximos tres meses, aliviando de este modo el flujo de caja de muchas empresas.
Según el doctor en Economía, “la postergación del pago del IVA durante los meses que perdure la emergencia, para todas las empresas con ventas menores a UF 350.000, posibilita su pago en 12 cuotas mensuales, a tasa de interés real 0%. Asimismo, la postergación de este pago, hasta julio de 2020, significará una liberación de recursos en caja por US$ 600 millones de dólares para 140.000 Pymes”.
Frente al escenario post crisis de salud, el académico reflexiona sobre lo que nos podría pasar a los chilenos. Señala que lo mejor que podría pasar en materia de créditos es que la banca postergue el pago de cuotas, en especial hipotecarios, respetando las tasas pactadas inicialmente y poniendo a disposición del segmento Pyme créditos extraordinarios en plazos y condiciones.
“Por otro lado, lo peor que pudiera pasar es que se rompa la cadena de pagos en la economía, arrastrando a la quiebra a muchas empresas, en especial a las Pymes que dan el 80% del empleo en nuestro país. Otra preocupación de las autoridades debería ser también la trayectoria de los fondos de pensiones de las AFP, la cual, dada su naturaleza, está altamente expuesta a los vaivenes de la economía, y que podría pauperizar, aún más, las jubilaciones de nuestros adultos mayores, además de los segmentos de población más expuesta al virus”, puntualiza.
*Algunas de las cifras o descripciones de este artículo pudiesen registrar cambios tras el cierre de la presente edición.
Por Liza Muñoz, periodista