Valdocco, distrito de Turín, donde el sueño de San Juan Bosco comenzó a hacerse realidad, fue el lugar donde se desarrolló el Capítulo General 28 (CG28) de la Congregación Salesiana. Instancia de discernimiento que, junto con entregar nuevas orientaciones de animación y gobierno, reeligió al P. Ángel Fernández como Rector Mayor para el sexenio que se inicia este 2020 y, de forma excepcional por causa de la pandemia del coronavirus, tuvo que adelantar su cierre.
El Capítulo General es un gran impulso del Espíritu Santo para la congregación a nivel mundial, para nuestra Inspectoría en particular, para cada hermano y así también lo fue para los representantes de Chile que participaron de este encuentro: el inspector, P. Carlo Lira; el vicario inspectorial, P. David Albornoz, y el joven invitado de América Cono Sur, Gonzalo Peralta.
En un ambiente de profunda comunión, más de 240 salesianos consagrados, provenientes de todo el orbe, trabajaron el tema escogido para esta instancia: “¿Qué salesianos para los jóvenes de hoy?” y los tres núcleos propuestos por el Rector Mayor: la misión con los jóvenes, el perfil del salesiano y la misión compartida con los laicos. Debido al adelantamiento del cierre del capítulo, lamentablemente no se pudo concluir con el análisis y proyección de todo el material recogido en las 90 inspectorías del mundo, ni con la redacción definitiva y votación de la asamblea del documento final del CG28.
El mundo está cambiando
Para el P. Carlo Lira, el trabajo realizado durante las cuatro semanas que duró el CG28 fue profundo. Le demostró que estamos viviendo un cambio de época en el que ya no es posible pensar la misión salesiana en la forma del “siempre se ha hecho así”, pues hay múltiples desafíos con los que hay que enfrentarse.
La revolución digital, que invita a comprender las transformaciones en la manera de establecer y gestionar las relaciones humanas. El campo de la afectividad y lo relacionado al género e identidad sexual, que desafían la visión antropológica cristiana. La condición de la mujer, su papel en la sociedad y en la Iglesia que solicita una reflexión más atenta y profunda. La sensibilidad ecológica, que crece en el mundo juvenil, que pide a la Iglesia ser profética en este campo a través de opciones claras y coherentes. El contacto con jóvenes migrantes, refugiados y privados de sus derechos fundamentales, como una llamada urgente a la acción. Y la dolorosa experiencia de los abusos cometidos por sacerdotes que afecta a la Congregación, como una fuerte llamada a la conversión.
Para abordar dichos desafíos y hacer carne el trabajo del CG28 en nuestra Inspectoría, el P. Carlo siente que es necesaria la capacidad de discernimiento comunitario, profundidad espiritual, preparación cultural y voluntad de trabajar juntos, “para no caer en el activismo o en una mentalidad empresarial, para comprender los fenómenos en los que estamos inmersos y las nuevas pobrezas juveniles, abandonando todo individualismo pastoral, siendo flexibles para repensar nuestro estilo de vida y obras, especialmente cuando ya no expresan la energía misionera del carisma”.
¡Sueñen y hagan soñar!
En medio de las extensas jornadas de trabajo, los capitulares recibieron una carta enviada por el Papa Francisco, documento lleno de espiritualidad, con una mirada profunda de vocación y misión salesiana, que se espera difundir entre los salesianos consagrados, jóvenes y laicos de nuestras obras.
“Somos hombres y mujeres de fe, lo cual supone ser apasionados por Jesucristo, y sabemos que tanto nuestro presente como nuestro futuro están preñados de esa fuerza apostólico-carismática llamada a continuar permeando la vida de tantos jóvenes abandonados o en peligro, pobres y necesitados, excluidos y descartados, privados de derechos... de hogar (Cfr. ACG 427,6). El salesiano es recuerdo vivo de una presencia donde la disponibilidad, escucha, alegría y dedicación son las notas esenciales para despertar procesos”, expresó.
La carta concluyó con una invitación a que “sueñen casas abiertas, fecundas y evangelizadoras, capaces de permitirle al Señor mostrar a tantos jóvenes su amor incondicional y les permita a ustedes gozar de la belleza a la que fueron llamados. Sueñen... y no solo por ustedes y por el bien de la Congregación, sino por todos esos jóvenes privados de la fuerza, la luz y el consuelo de la amistad con Jesucristo, privados de una comunidad de fe que los contenga, de un horizonte de sentido y de vida (Cfr. Evangelii Gaudium 49). ¡Sueñen... y hagan soñar!”.
Crecer en un lenguaje común
Para el P. David Albornoz, el CG28 fue una experiencia intensa y profunda en el diálogo, punto de partida para un nuevo impulso a ser misioneros de los jóvenes, con ese ardor espiritual y creatividad apostólica tan característicos de Don Bosco. Destaca el momento de escucha que se vivió junto a un grupo de 16 jóvenes invitados, quienes expusieron sus anhelos frente a la asamblea capitular. “Ellos nos dijeron: salesianos, no se olviden de nosotros los jóvenes, porque nosotros no nos hemos olvidado de ustedes y del carisma que nos han enseñado”.
El discernimiento realizado, señala el P. David, demuestra que la Congregación crece en un lenguaje común, que es la clave de lectura compartida de la experiencia carismática. “A nivel inspectorial también estamos llamados a crecer en este lenguaje común, que unifique esfuerzos y miradas en la misión, comprendiendo que el carisma salesiano es un don para toda la Iglesia. Y en esto los miembros de los grupos de la Familia Salesiana tenemos una primera responsabilidad”.
Las palabras al cierre del encuentro del P. Ángel Fernández reflejaron lo que un salesiano es para los jóvenes de hoy: “Trataré de ser, en la medida de lo posible, un verdadero hombre de Dios, con una fuerte identidad carismática y pastoral, con visión de futuro, capaz de una mirada de fe y esperanza en la lectura de la realidad”, expresó el Rector Mayor reelecto.
Por Karina Velarde, periodista