En el marco de la fiesta de San Francisco de Sales, Monseñor Alberto Lorenzelli celebró la Eucaristía en la Casa de Retiro Sagrado Corazón, donde ofreció una acción de gracias por el servicio de las Hijas de María Auxiliadora.
Los invitados llegaron desde distintas partes de Chile, así como familiares y personas que forman parte de las comunidades en las que la labor religiosa e incansable de las hermanas ha tenido impacto.
Durante su homilía, monseñor Alberto Lorenzelli, obispo auxiliar de Santiago expresó; "la fiesta de San Francisco de Sales que hoy celebramos nos llena de gozo y constituye un magnífico pórtico que nos prepara a la próxima solemnidad de San Juan Bosco" agregando, además, que "estamos celebrando la eucaristía, la acción de gracias por excelencia en la vida cristiana. Hoy, de manera muy singular, agradeciendo por los 75 años de vida consagrada de Sor Francisca Montava Micó, 70 años de Sor Cecilia Salas Acosta, Sor Nora Urbina Salgado y Sor Diva Urzua Oliva, los 60 años de Sor Olga Avendaño ahumada y Sor Myrna Cherres Cornejo y los 25 años de Sor Catherine Ramírez Sánchez, Sor Marianela Sánchez Catalán y Sor Ximena Oyarzo Mansilla".
El regreso a lo esencial en medio de una crisis
Sor Karen Viván tiene 9 años de profesión religiosa, actualmente situándose en Punta Arenas como hermana consagrada de las Hijas de María Auxiliadora. Asistió a la liturgia como celebración final, dando cierre a una semana de retiro espiritual realizado en Santiago, donde 25 hermanas de distintas partes del país realizaron ejercicios espirituales.
"Nosotros hoy día recordamos como Iglesia y como familia salesiana a San Francisco de Sales, el día 24 de enero, y además para nosotros es conmemoración de María Auxiliadora. Por ese motivo, realizamos nuestra profesión religiosa. Hoy, además, celebramos las bodas de 25, 60, 70 y 75 años de algunas de nuestras hermanas". Agregó que "venimos a agradecer su vocación, personas de las comunidades donde están trabajando actualmente también vinieron para acompañarlas en esta fiesta".
Frente a la crisis actual, Sor Karen se mantiene optimista y alienta al acercamiento a Jesús. "Este tiempo de crisis nos hace apuntar a lo esencial de nuestra vocación, que es mirar a Cristo con más firmeza, con más fuerza todavía. Y creo que celebrar esta fiesta, ver a mucha gente que nos acompaña, jóvenes que vienen de nuestras comunidades, a uno le hace decir 'sí, el Señor está presente' y tenemos que continuar buscándolo, amándolo y anunciándolo con la misma fuerza. Quizás en una crisis como la que vivimos se hace más evidente todavía esa necesidad: que lo mostremos a él, a Cristo".
El obispo Lorenzelli concluyó la liturgia con palabras de reconocimiento a las hermanas consagradas, e hizo referencia a palabras del Papa Francisco, donde resume los objetivos de la vida consagrada: mirar al pasado con gratitud, vivir el presente con pasión y abrazar el futuro con esperanza. Después de exhortar a las hermanas a que "sea siempre verdad que donde hay religiosas, hay alegría" añadió, "Que María Auxiliadora, Madre de las consagradas, les acompañe siempre en nuestro caminar. Amén".
FUENTE: Comunicaciones Arzobispado de Santiago