¿Qué salesianos para los jóvenes de hoy? Es la pregunta propuesta por el próximo Capítulo General 28 de los Salesianos de Don Bosco. Una interrogante que decidieron hacer a los muchachos y muchachas, en miras a seguir firmes en la misión de ser signos y portadores del amor de Dios a los jóvenes (Const. 2).
El CG28 está en línea con lo expuesto por el Papa Francisco en la exhortación apostólica “Christus Vivit”. En ella invita a los jóvenes a ponerse “manos a la obra” en la construcción de la nueva “Iglesia de Jesús”, llena de alegría, enérgica y dinámica. Así, la juventud se convierte en una fuerza renovadora, pero ¿cómo animarla a participar?
El “eco” de la pregunta propuesta retorna mostrando reveladoras respuestas. Según lo manifestado por algunos jóvenes, “ser salesiano” hoy va más allá de un título, es un estilo de vida asumido por aquellos que replican día a día la labor de Don Bosco. Al mismo tiempo, varios de ellos perciben que esto es más evidente en los laicos que están entre ellos que en los hermanos consagrados.
Algunos laicos manifiestan que las faltas cometidas por ciertos pastores de la Iglesia han empañado la confianza de los jóvenes en la institución. Por ello, impulsados por la vasta información a la que tienen acceso hoy, asumen posturas defensivas en contra de los religiosos misioneros del Evangelio.
Según las conclusiones del Sínodo de los Jóvenes realizado en 2018, los muchachos piden con fuerza una institución auténtica, luminosa, transparente y alegre. Solo una Iglesia de santos puede estar a la altura de dichas inquietudes, no así aquella relacionada con la corrupción, situación que ha provocado que muchos la abandonen.
Un reto desafiante para la Iglesia en pleno siglo XXI es hallar el camino correcto para dar solución a las necesidades de las nuevas generaciones, con el fin de apoyarlas en su camino de ser la luz del Evangelio hoy. Entonces, cabe la pregunta: ¿Qué quieren ver los jóvenes en los salesianos y/o laicos comprometidos hoy?
Esta pregunta fue analizada por el P. Rossano Sala, salesiano que el Papa Francisco nombró secretario especial del Sínodo de los Jóvenes celebrado en Roma en octubre de 2018, y que en julio de este año estuvo en Chile predicando ejercicios espirituales. Él asegura que los jóvenes esperan que el salesiano no sea una persona mediocre, presuntuosa, encerrada en oficinas, motivo de división y, de ningún modo, vinculada a corrupción. Solicitud que hacen a todos los miembros de la Iglesia, pero especialmente a los salesianos, que son llamados a ser evangelizadores y educadores de los jóvenes.
Los jóvenes no piden más que la coherencia a lo profesado, la esencia de su sueño por construir el Reino de Dios. Exigen ver el rostro de Jesús, y si nadie se lo enseña, lo buscarán por su cuenta. Necesitan santos que formen a otros santos, mostrando así que “la santidad es el rostro más bello de la Iglesia”, como expresó el Papa Francisco en Gaudete et exsultate.
Líderes de la renovación
Antes se hablaba de la juventud como la luz del “mañana”; hoy protagoniza el cambio. Son constructores del presente y futuro del mundo, logrando superar la apatía para ofrecer una respuesta cristiana a las inquietudes sociales y políticas que se van planteando en el mundo. Pero, como salesianos, ¿tenemos la certeza del liderazgo que tienen en la Iglesia de hoy?
“Los líderes estudiantiles sienten un llamado a transformar la sociedad. Desean una familia cercana, preocupada por su presente más que por su futuro. El salesiano debe caracterizarse por ofrecer una escucha activa y por el acompañamiento. Hay que volver a generar confianza”, señaló Juan Pablo Vásquez, director de la Red de Escuelas de la Congregación Salesiana.
Para Sor Doménica González, delegada para la Pastoral Juvenil de las FMA, los jóvenes “necesitan una persona que camine a su lado, no alguien que se las sepa todas. Ellos ya han optado por un camino”, por lo que hay que acompañarlos y “ayudar a discernir los designios de Dios para su vida”.
“Gracias a este cambio, los jóvenes dan su aporte a la comunidad, ayudándola a abrirse a nuevas sensibilidades y a plantearse preguntas inéditas”, expresa el documento Christus Vivit.
“Los jóvenes se sienten motivados cuando un adulto busca habitar la vida con ellos, entendiéndolos en sus propias dinámicas, intercambiando experiencias, en miras de aprender y confrontar formas de pensar”, aseguró César González, integrante del equipo de Pastoral Juvenil de la Congregación.
La pregunta ¿qué salesianos para los jóvenes hoy? se convierte en el siguiente paso en el camino hacia el encuentro con Dios, dando respuesta a la opción por la salvación de la juventud, convencidos de que muchos son ricos en recursos espirituales y con gérmenes de vocación apostólica, como señala el artículo 28 de Constituciones Salesianas.
Los jóvenes piden ser escuchados. Quieren sentir que tanto laicos como religiosos consagrados le dedican tiempo a la imagen de Jesús en el camino de Emaús. Es responsabilidad de los hijos de Don Bosco, sean estos salesianos, salesianas, cooperadores, laicos o exalumnos, ser el reflejo de Dios y acompañarlos, pues de ellos depende la revitalización de la Iglesia.
Por Gustavo Cano, periodista