Las batallas de gallos son uno de los eventos más conocidos en el mundo del rap. Improvisadores compiten por demostrar quién rapea y concibe las mejores rimas. El complejo manejo de la lírica, creación de métricas, fonéticas, uso del tempo y pausas en sus improvisaciones son algunos de los elementos que marcan y definen estos encuentros.
Un movimiento que nace en los barrios pobres de Estados Unidos en los 70, cuando el disco y el funk se apoderaban de las fiestas. En ellas, los “Maestros de Ceremonias” (MCs), buscando animar a la gente, improvisaban poesía, momentos que con el tiempo fueron usados para manifestar su descontento frente a la discriminación y desigualdad. Tal fue el protagonismo que lograron estos espacios, que hoy ya son considerados un espectáculo en sí mismos.
En Chile han ganado un auge en los últimos años, potenciado por los movimientos sociales y el retorno de estas batallas a espacios públicos. Es el caso de DEM Battles (Dame Ese Micrófono), competencia que se desarrolla en el Parque Almagro y otros parques capitalinos. Eventos potenciados por producciones audiovisuales de muy buena factura, como Los Reyes del Parque, que es difundida a través de las redes sociales.
En el underground se han destacado otras competencias, como Batallas Catamarca y Freestyle Master Series (FMS), encuentros que con el paso de los años se han ido replicando y consolidando a lo largo del país.
Pero sin lugar a dudas, la más reconocida a nivel mundial es la Red Bull “Batalla de los Gallos”, de esta famosa marca de bebidas energéticas. Un evento que reúne a todos los países de habla hispana, entre los que destacan los freestylers chilenos Nitro, Teorema, Kaiser, Pepe Grillo y Acertijo.
Acaloradas batallas que comienzan con “3, 2, 1 ¡Tiempo!”, en las que los contrin- cantes se atacan con distintos argumentos, los cuales, a momentos, rozan su vida pública y personal. Tensos instantes donde el contacto físico no está permitido. Uno de los códigos más importante es el RESPETO entre los participantes, pilar fundamental en la cultura callejera.
Factores a evaluar
Como en otras competiciones, existe un jurado, el cual finalmente define al ganador. Son ellos los que tienen la última palabra. Si la batalla está muy pareja, el jurado cruza sus brazos, lo que es llamado “RÉPLICA”. Después de tres réplicas, como máximo, se define al ganador.
EL INGENIO: siempre tener buenas ideas, originalidad, realizar ataques a los defectos del rival que en la jerga se conoce como clavar rimas; contestar correctamente a los ataques, también rimar sobre sucesos que ocurren en el momento, lo que demuestra improvisación real.
EL FLOW: la traducción literal es “fluidez” y se refiere a la capacidad para improvisar, adaptándose correctamente a la melodía o base sobre la cual se improvisa.
LA ACTITUD: habla de la soltura, improvisar con fuerza, decisión, desparpajo y seguridad para causar el mayor impacto y demostrar su superioridad verbal, que es de lo que se trata una batalla, “ser más gallo”.
PUESTA EN ESCENA: es el ánimo recibido desde el público por cada MC y su reacción, puesto que el nivel de “RUIDO” que tenga un MC puede hacer que la balanza se cargue de un lado u otro. En esto también juega un papel importante ser conocido o jugar de local, así como el ingenio de sus rimas, que pueden levantar al público de manera instantánea.
ESTRUCTURAS: es la destreza de enlazar, juntar rimas diferentes y alternarlas. Esta faceta, a pesar de su dificultad, es tal vez la menos valorada y está relegada a un segundo plano.
DOBLE TEMPO: es la capacidad que tiene un freestyler de decir cosas muy rápidas en poco tiempo. Esta modalidad, a pesar de su dificultad, es muy bien valorada por los jueces, aún más si se combina con el flow, ya que suena muy bien
PUNCHLINE: el punchline negativo es una frase que ataca a su oponente, dejándolo ver como alguien con poca capacidad al momento de rapear. Mientras que el punchline positivo enaltece al rapero, denotando superioridad sobre el contrario.
Como nos damos cuenta, son muchos los factores que hacen a los competidores ganar las batallas. Pero, como en todo, para ser el mejor se requiere de mucha práctica, ya que muchos hablan, pocos riman, pero solo los mejores improvisan.
Por Felipe "Lana" Valdés, comunicador social