El Santuario de Laura Vicuña se llenó de vida, alegría y fiesta con la visita de cientos de personas que participaron de la peregrinación que se realiza cada año para celebrar la beatificación de la niña que ofreció su vida por la conversión de su madre.
El aire festivo se percibe en las calles de la ciudad, proliferan los volantines y cientos de peregrinos provenientes de Valparaíso, Linares, Talca, Santiago, Molina, Puerto Montt, Los Andes y Santa Cruz se reunieron en la Ermita de Laura Vicuña, en las faldas del cerro para comenzar a caminar.
Banderas y cantos animaron los pasos de los peregrinos por el cerro Colorado de Renca. Un momento especial se vivió en la entrada al santuario, cuando se bendijo un memorial que se construyó como símbolo de reconstrucción. El memorial consta de una cruz blanca edificada con las vigas quemadas del incendio que sufrió el Hogar Amor, Paz y Alegría el 15 de febrero pasado.
En la última estación se entregó a cada comunidad presente un árbol, almácigos y semillas como recuerdo, mientras niñas posaban alegres junto a la estatua de laurita para una foto y algunos peregrinos adoraban al Santísimo en la capilla.
La peregrinación concluyó con una eucaristía presidida por el Obispo Auxiliar de Santiago, P. Alberto Lorenzelli, concelebrada por hermanos Salesianos y P. Gabriel Hormazabal, párroco de Renca.
Durante su homilía, el P. Alberto se refirió al primer mandamiento presente en el Evangelio, “vivir amor, ofrecer amor y colocar a Jesús en el centro”, expresó. Se refirió además, a la figura de la joven beata Laura que es ejemplo de santidad y concluyó que “Laura Vicuña nos hace la invitación de no tener miedo a vivir la Santidad día a día”.
La ofrendas presentadas junto al pan y el vino fueron: un pequeño árbol, como símbolo del compromiso en el cuidado de la tierra; unas mariposas hechas por las niñas de Aventura Laura Vicuña (ALVI), unos faroles que son símbolo de cómo las jóvenes iluminan el camino de otras niñas y un cuadro de todos los santos de la Familia Salesiana, como guías en el camino hacia la santidad.
La acción de gracias concluyó con unos pies de cueca, bailados por los bicampeones de cueca zona centro, la bendición de las semillas y entrega de agua bendita.
FUENTE: Comunicaciones Salesianos Chile