En sintonía con el trabajo del Papa Francisco y la Iglesia Universal por entregar mayor protagonismo a los jóvenes, llamados cariñosamente por el Santo Padre como “el ahora de Dios”, se está realizando la segunda versión del Diplomado en Pastoral de Juventud.
El programa es el resultado del trabajo en conjunto del Instituto de Pastoral Juvenil de la Universidad Católica Silva Henríquez (UCSH), la Congregación Salesiana y la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil de la CECh.
La instancia formativa, dirigida a personas que participan en procesos de acompañamiento de pastoral juvenil en parroquias, colegios, movimientos y educación superior, busca capacitar y actualizar los contenidos teológico pastorales y psicosociales de los asesores, para que puedan responder con eficacia a los requerimientos de jóvenes que quieren participar de la experiencia de fe.
El diplomado se realiza en el marco de la Exhortación Apostólica Postsinodal «Cristo Vive» del Papa Francisco, documento de nueve capítulos en el que el Santo Padre se dejó inspirar por la riqueza de las reflexiones y diálogos del Sínodo de los Jóvenes, celebrado en el Vaticano en octubre de 2018.
El Papa Francisco señala que “la pastoral juvenil necesita adquirir otra flexibilidad y convocar a los jóvenes a eventos, a acontecimientos que cada tanto les ofrezcan un lugar donde no solo reciban una formación, sino que también les permitan compartir la vida, celebrar, cantar, escuchar testimonios reales y experimentar el encuentro comunitario con el Dios vivo” (Christus Vivit, No 204).
También interpela al servicio pastoral de consagrados y asesores frente al trabajo con jóvenes. “Quien está llamado a ser padre, pastor y guía juvenil debe tener la capacidad de identificar caminos donde otros solo ven muros; es saber reconocer posibilidades donde otros solo ven peligros. Esta es la mirada de Dios Padre, capaz de valorar y alimentar las semillas del bien sembradas en los corazones de los jóvenes. Por lo tanto, el corazón de cada joven debe ser considerado tierra sagrada”, expresa.
El Santo Padre concluye que la pastoral juvenil “debe ser siempre una pastoral misionera”. Y los jóvenes necesitan ser respetados en su libertad, “pero también necesitan ser acompañados” por adultos, empezando por la familia y luego por la comunidad.
Por Karina Velarde, Periodista