En el templo San Juan Bosco de La Cisterna se reunió la Familia Salesiana de Santiago para celebrar al padre, maestro y amigo de los jóvenes durante la fiesta del 31 de enero.
La Eucaristía, presidida por el Provincial de los Salesianos en Chile, P. Carlo Lira, se vivió con un sentimiento de especial agradecimiento a Dios por el don concedido a través de nuestro padre Don Bosco en las diferentes iniciativas de la misión salesiana en el país.
La celebración se inspiró también en el llamado a la santidad que el Rector Mayor, P. Ángel Fernández, sucesor de Don Bosco, ha hecho a toda la familia salesiana del mundo para este 2019.
Tras la proclamación de la Palabra y la invitación a ser santos como Dios es santo, el P. David Albornoz, encargado de la formación de los salesianos en Chile, presentó al joven Camilo Peña Vergara, quien profesó como salesiano de Don Bosco, asumiendo votos de obediencia, pobreza y castidad.
Tras profesar y ser presentado la comunidad, Camilo recibió las constituciones salesianas y la medalla salesiana, signo de respuesta al llamado del Señor.
Durante el último año Camilo realizó su formación religiosa en el noviciado salesiano internacional de Alta Gracia, Córdoba, Argentina. Descubrió su vocación salesiana mientras participaba en la pastoral del colegio salesiano de Valparaíso.
En su homilía, el P. Carlo señaló que Dios tiene un proyecto de amor para cada uno de nosotros, como ha sido con Don Bosco, que se dejó tocar por el Señor.
En relación al llamado a la santidad que nos hace el Rector Mayor, el P. Carlo señaló: “Si resumimos la vocación salesiana es esto: ser signos y portadores del amor de Dios a los jóvenes”.
Dirigiéndose a Camilo, el Provincial le agradeció por su sí y por su testimonio y lo invitó a vivirlo en profundidad. “Seguir a Jesús en esta consagración es hacer fraternidad en la comunidad. La fraternidad es el signo visible de caridad”.
Le dijo además: “No confundas la consagración apostólica con el trabajo pastoral. La consagración es el ofrecimiento a Dios por los jóvenes”.
En el momento del ofertorio, junto con el pan y el vino fueron llevados al altar imágenes de santos de la Familia Salesiana.
Al cierre de la celebración Camilo expresó su agradecimiento por la profesión realizada: "Doy gracias a Dios por descubrirlo presente en mi historia por sentirme amado y así poder amar, por el don de la vocación y por invitarme a seguirlo más de cerca entregando mi vida a él a mis hermanos y a los jóvenes donde me envía".
Antes de la bendición final, el P. Pedro Carrera, director de la obra salesiana de La Cisterna, invitó a instaurar, a partir de marzo, el último martes de cada mes como momento de reunión en el mismo santuario para profundizar en la santidad de nuestro padre Don Bosco.
Fuente: Comunicaciones Salesianos Chile