El resguardo del patrimonio de la labor de los Salesianos, en sus 130 años de presencia en nuestro país, tiene en la austral Región de Magallanes un lugar de excepción. Un museo fundado hace 124 años da cuenta no solo del aporte educativo, evangelizador y de promoción social, sino también de la contribución de los hijos de Don Bosco en el conocimiento de los territorios inexplorados, en los registros de climatología, en la arquitectura de las ciudades, en estudios de fauna y flora y, principalmente, en la preservación de la vida y cultura de los pueblos originarios mediante la fundación de misiones en las cuales los protegieron, educaron, alimentaron y acompañaron dignamente en los últimos días de su existencia, ayudando a mitigar el advenimiento violento e imparable de la colonización que solo buscaba riquezas.
“Maggiorino Borgatello” es el nombre de esta centenaria obra salesiana ubicada en la ciudad de Punta Arenas, a un costado del Santuario María Auxiliadora, y que a fines de 2014 recibió el reconocimiento Travellers Choice, otorgado por Trip Advisor, entidad internacional que recogió el parecer de 150 millones de viajeros, quienes lo distinguieron como uno de los destinos más interesantes del mundo y de la Patagonia.
Fundación y desarrollo
Su origen se remonta al propio Don Bosco, cuando decide extender su obra en tierras de misiones australes donde todavía no había llegado el Evangelio. Fue a través de un sueño que descubre la necesidad de enviar a sus Salesianos y a las Hijas de María Auxiliadora a la Patagonia, tierra lejana, poco explorada al sur de América, habitada por pueblos primitivos que, en aquel tiempo, sufrían una violenta invasión de su cultura. Líder indiscutido de la primera expedición misionera fue monseñor José Fagnano, quien hace suyas las orientaciones programáticas entregadas por Don Bosco de mantener vivos y presentes los principios del “oratorio”.
Él mismo sintetizó el eje carismático “se evangeliza educando y se educa evangelizando”. El museo fue fundado por el P. Borgatello en 1893, apenas seis años después de la llegada de los Salesianos a Punta Arenas. Lo creó en homenaje a monseñor Fagnano, pero también con la idea de la conservación de un patrimonio formado por objetos que hoy tienen un carácter histórico único y dejar testimonio de múltiples iniciativas que emprendieron ilustres salesianos, particularmente los primeros discípulos del padre fundador.
Misiones
El museo exhibe las diversas misiones: San Rafael y el Buen Pastor, en Magallanes, y La Candelaria, en Tierra del Fuego, presentadas en sus estructuras y con las diversas actividades que en ellas se realizaban en el campo de la instrucción formal, ganadería, tejidos, aserradero, música y canto. Fueron lugares creados en función de la integración de los indígenas, quienes respondían con admirable cooperación y adaptación, sin dejar de lado el sentido más profundo que sostiene la obra misionera, la redención espiritual y material de los pueblos originarios.
De la obra de los primeros salesianos el museo conserva los escritos de Maggiorino Borgatello quien, junto al Padre José María Beauvoir, relatan diversos aspectos de la cultura y costumbres de los pueblos originarios, particularmente lo referente a un diccionario comparativo de los idiomas nativos que los distinguían; asimismo, en la biblioteca es posible consultar varios otros autores que escribieron sobre la Patagonia, su historia, su territorio, su clima y recursos, mientras que en las exposiciones se pueden admirar ilustraciones históricas y geográficas acompañadas de una diversidad de objetos, particularmente líticos, óseos y vegetales, que forman un patrimonio único en el mundo para conocer, profundizar y aprender de la cultura y las costumbres de los pueblos australes.
Ciencia
Junto con Borgatello, el museo da a conocer la figura del salesiano coadjutor Ángel Benove, quien se especializó en la recolección de ejemplares de fauna y flora de la Patagonia. Es considerado un zoólogo y botánico de excepción. Gracias a su trabajo e investigación, esta obra salesiana expone la más rica y completa colección disecada de fauna acuática y terrestre de la Patagonia. A él se debe la conservación de dos especies extintas: un ejemplar de perro fueguino que acompañaba a los indígenas en la caza y un ave migratoria del hemisferio norte conocida con el nombre de “zarapito boreal”, que gracias a Benove todavía se puede admirar y estudiar.
Es posible también conocer la trascendental labor salesiana en el campo de la meteorología, trabajo que también tiene alcance científico mundial. Mientras funcionó, hasta la década del 70, recibió importantes reconocimientos por los diarios y revistas científicas de Europa. Incluso la NASA digitalizó todos los datos alfanuméricos registrados por su alcance y aporte. Su historial e informaciones se conservan para consulta y análisis de estudiosos.
De Agostini
Otra área importante está relacionada con las exploraciones realizadas por el insigne Padre Alberto María De Agostini, salesiano que llegó a Punta Arenas en 1910 y que durante 50 años dedicó su vida a las exploraciones del inmenso territorio de la Patagonia, Tierra del Fuego hasta el Cabo de Hornos e islas del sur. El museo heredó gran parte de su obra.
En 1984, en la primera remodelación, se habilitó una nueva biblioteca con el nombre de este salesiano, que alberga innumerables publicaciones escritas por él y gran parte de su colección personal, como también la producción de fotografías, diapositivas y filmaciones de su autoría. Su consulta es tremendamente valorada por muchos científicos dedicados al estudio de los cambios climáticos o para diversas publicaciones en el área del turismo y estudios etnográficos.
Por Salvatore Cirillo Dama