El escenario educativo en nuestro país sigue reconfigurándose fruto del marco regulatorio generado a partir de la promulgación de dos leyes emblemáticas que están generando cambios estructurales. Una es la Ley de Inclusión, que tiene a los 22 colegios de nuestra congregación en tránsito hacia la gratuidad, y la otra es la que crea el Sistema de Desarrollo Profesional Docente, más conocida como Carrera Docente.
La Ley de Carrera Docente se fundamenta en tres pilares: asegurar la calidad de la formación inicial de los estudiantes de pedagogía, ingreso al ejercicio de la profesión y fortalecimiento del desarrollo profesional. Busca establecer un sistema de desarrollo que potencie las competencias docentes, cuyo beneficio repercutirá en la mejora de la calidad de la educación de nuestros estudiantes.
Una de las bondades de este sistema es que resguarda la calidad docente no solamente cuando los profesionales ejercen, sino que, también, en su formación, cambiando las exigencias a las instituciones de educación superior para impartir carreras de pedagogía, particularmente en dos temas: aumentar el puntaje PSU de ingreso y exigir la acreditación de las mismas.
Otro aspecto positivo de la Carrera Docente es que modifica la distribución horaria de los profesores, aumentando el tiempo para que puedan planificar las clases y preparar las evaluaciones que aplicarán a los estudiantes.
¿Cómo se ingresa?
Este sistema ha sido diseñado para los colegios que reciben subvención del Estado. Actualmente es de postulación libre y con cupos anuales limitados definidos por el Ministerio de Educación. Sin embargo, en 2026, todos los establecimientos educacionales en esta condición deberán estar adscritos obligatoriamente.
Los 22 colegios de nuestra congregación postularon en 2017, siendo aceptada solo la Escuela Agrícola Salesiana de Catemu. Los demás deberán reintentarlo nuevamente durante este año. En cuanto a los profesores, con el solo hecho de ejercer en un colegio que esté en el sistema, el docente adscribe a la carrera. La manera de no estar es desempeñándose en colegios que no reciben aportes del Estado.
Tramos
El sistema define cinco tramos en los que todo profesor deberá ubicarse en función de una evaluación que mide el desempeño de su profesión y los años de experiencia acumulada. Las evaluaciones de desempeño para avanzar en los tramos son dos: de conocimientos atingentes a la disciplina y nivel de enseñanza que imparte y el portafolio de competencias pedagógicas que evaluará la práctica docente en el aula. Al alcanzar los tramos más avanzados, podrá incrementar su remuneración y postular a cargos directivos.
Los cinco tramos se dividen en dos fases: obligatoria y voluntaria. La primera fase se estructura en tres tramos:
- Inicial: los profesores ingresan por el solo hecho de contar con un título profesional. La permanencia en este tramo es de cuatro años. Luego de este tiempo, el docente debe evaluarse para seguir avanzando en los tramos siguientes.
- Temprano: es la etapa en la que los profesionales avanzan hacia la consolidación de su experiencia y competencias. La permanencia en este tramo también es de cuatro años y, al igual que el tramo anterior, el docente debe evaluarse para acceder al tramo siguiente.
- Avanzado: es la etapa en la que los docentes han logrado el nivel esperado de consolidación de sus competencias profesionales de acuerdo a los criterios señalados en el Marco para la Buena Enseñanza. Alcanzada la permanencia de cuatro años en este tramo, el docente puede optar por: evaluarse y seguir avanzando en los tramos voluntarios o no evaluarse y así seguir en el tramo profesional avanzando hasta el fin de su carrera profesional.
La fase voluntaria se estructura en dos tramos:
- Experto I: podrán acceder los docentes que se encuentren en el tramo profesional avanzado por, al menos, cuatro años y que cuenten con las competencias profesionales que les permitan ser reconocidos por un desempeño sobresaliente. Los docentes en este tramo tendrán acceso preferente a funciones de acompañamiento y liderazgo pedagógico.
- Experto II: podrán acceder los docentes que se encuentren en el tramo experto I, por al menos cuatro años, y que cuenten con competencias profesionales que les permitan ser reconocidos como docentes de excelencia. Los docentes en este tramo tendrán acceso preferente a funciones de acompañamiento y liderazgo pedagógico. Al no obtener resultados positivos que le permitan avanzar de tramo en dos procesos consecutivos de evaluación, el docente deberá ser desvinculado.
El fin último de esta nueva Carrera Docente es posibilitar que los colegios puedan contar con docentes de calidad, los que tendrán la responsabilidad de formar integralmente a nuestros estudiantes. Así, nuestra congregación presentará un mejor escenario para la formación de “buenos cristianos y honestos ciudadanos”.
Por Alejandro Rossel, Equipo de Educación Congregación Salesiana