El mensaje para la Cuaresma del Papa Francisco fue firmado en la Ciudad del Vaticano el 1 de noviembre de 2017, en la Solemnidad de Todos los Santos y está inspirado en una expresión de Jesús en el Evangelio de Mateo: «Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría» (24,12).
El Sumo Pontífice invita a toda la Iglesia a preparar el corazón para vivir el tiempo de Cuaresma, que comenzará el 14 de febrero (miércoles de ceniza).
A través de preguntas claras, el Papa Francisco explica la importancia de estar atentos a las mentiras del demonio, a los falsos profetas que engañan a la gente, amenazando con apagar la caridad de los corazones y cual es el remedio para tener un corazón dispuesto, en espera de la Pascua.
¿Qué formas asumen los falsos profetas?
La primera pregunta apunta directamente al corazón humano, a la búsqueda de la felicidad, al placer, a la ilusión del dinero y como sin darse cuenta se vuelven esclavos. El Papa Francisco es enfático en el poder del demonio y como busca confundir al ser humano.
“No es una sorpresa: desde siempre el demonio, que es mentiroso y padre de la mentira, presenta el mal como bien y lo falso como verdadero, para confundir el corazón del hombre. Cada uno de nosotros está llamado a discernir y a examinar en su corazón si se siente amenazado por las mentiras de estos falsos profetas”.
¿Cuáles son las señales que nos indican que el amor corre el riesgo de apagarse en nosotros?
El Santo Padre muestra su preocupación por el enfriamiento del amor en las comunidades y recuerda su Exhortación apostólica Evangelii gaudium donde describe las señales de la falta de amor: la acedia egoísta, el pesimismo estéril, la tentación de aislarse y de entablar continuas guerras fratricidas, la mentalidad mundana que induce a ocuparse sólo de lo aparente, disminuyendo de este modo el entusiasmo misionero.
“Lo que apaga la caridad es ante todo la avidez por el dinero, a esta le sigue el rechazo de Dios y, por tanto, el no querer buscar consuelo en él, prefiriendo quedarnos con nuestra desolación antes que sentirnos confortados por su Palabra y sus Sacramentos”.
¿Qué podemos hacer?
La Iglesia ofrece en el tiempo de Cuaresma el remedio de la oración, la limosna y el ayuno.
El Papa Francisco manifiesta en su mensaje que “La oración hace que el corazón descubra las mentiras secretas con las cuales nos engañamos a nosotros mismos, para buscar finalmente el consuelo en Dios. La limosna nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano. Cuánto desearía que la limosna se convirtiera para todos en un auténtico estilo de vida. El ayuno constituye una importante ocasión para crecer. Permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y expresa la condición del espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios”.
FUENTE: Comunicaciones Salesianos Chile