En abril de este año, Edebé Chile, editorial salesiana de trayectoria centenaria en nuestro país, cuenta con un nuevo gerente general: el ingeniero civil industrial Julio Herrera, profesional con amplia trayectoria en el mundo comercial y editorial, particularmente en medios de prensa.
En diálogo con Boletín Salesiano, Julio compartió su mirada respecto de las rutas que vislumbra para la editorial en el desafío de seguir ofreciendo, en los nuevos contextos culturales y económicos, caminos para seguir contribuyendo en ‘la educación en valores’.
Su desempeño profesional se inició hace casi 20 años, ejerciendo roles estratégicos en el proceso de impresión de El Mercurio, La Segunda y Las Últimas Noticias, periódicos de circulación nacional en nuestro país. Posteriormente estuvo a cargo de la planta de impresión de Morgan Impresores. Transitó luego al proceso de venta de diarios en regiones, encargándose de la cadena de distribuidores de El Mercurio entre Arica y Punta Arenas.
Pasa luego a Ibero Americana Radio Chile, principal conglomerado radiofónico en nuestro país, donde se desempeñó en la venta de publicidad radial, primero en el cargo de subgerente y luego como gerente. Allí acumuló valiosa experiencia en la segmentación de audiencias, entre otras áreas.
“Estaba trabajando en El Mercurio, como responsable del área de regiones, cuando mi esposa se embaraza. Mi rol implicaba muchos viajes, así que decidí salir para no perderme la llegada de mi primera hija… Vamos a cumplir 13 años de matrimonio. Hoy tenemos dos niños: Francisca y Matías”.
Antes de llegar a Edebé trabajó en Editec, editorial técnica con la que desarrolló una propuesta de generación y difusión de revistas, libros, conferencias y ferias para sectores industriales.
¿En cuál situación encontraste a la editorial a tu llegada?
Es una empresa con muy buen equipo, de verdad, gente muy comprometida. En todos estos años que llevo trabajando, no siempre he encontrado eso. Uno siempre espera que la gente dé más de lo que por definición de su cargo le debiera corresponder. Entonces, me encontré con una empresa con muy buena gente y, lo que más me ha gustado, con gente que quiere hacer cosas nuevas.
¿Los desafíos más urgentes?
Veo cosas que hay que mejorar, como la ampliación del papel físico al ambiente digital en base a los cambios en las conductas de consumo de contenidos de las audiencias. También el tema de la venta y disponibilidad
de los libros. Hoy hay un foco en la venta a colegios que hay que ampliar a la venta desescolarizada. Debemos tener mayor disponibilidad de nuestros títulos, tanto en la web de la editorial como en las librerías, para acercar
nuestros libros al lector, pudiendo incluso llegar a la puerta de la casa. El esfuerzo de venta no termina cuando el colegio pone nuestros textos en sus listas de lectura. La pega termina cuando ese libro está disponible para leer. Hay que entender que somos generadores de contenido, pero ese contenido hay que entregarlo.
¿Crees que Edebé podrá volver a producir textos en diversos sectores del aprendizaje como lo hacía hace algunas décadas?
Hay que tener en cuenta que somos una empresa de 31 trabajadores. Estamos lejos de editoriales como SM o Santillana, que cuentan con un personal de 200 o 300 trabajadores. Eventualmente podemos convocar
a las personas de nuestra editorial que tienen esa experiencia, pero actualmente veo que la brecha de lo que necesitaríamos para este tipo de producciones es muy alta. Creo que los esfuerzos deben ir dirigidos a enriquecer nuestra colección de literatura infantil y juvenil, tanto con edición nacional como también distribuyendo a editoriales extranjeras, para ser más competitivos en lo que se relaciona con planes lectores y bibliotecas; incluso más, en el futuro, por qué no, pensar en crecer con nuestra oferta junto a nuestros lectores, no abandonarlos con nuestro catálogo cuando salen del colegio, sino que acompañarlos en las etapas
siguientes de su vida.
¿Cómo quieres llevar adelante tu rol en Edebé?
Siento una tremenda responsabilidad de lograr que los valores que inspiran a Edebé y a la Congregación lleguen a la mayor cantidad de gente posible, porque creo que eso contribuye a la construcción de un mundo más justo
y solidario. Para ello, me interesa la cobertura, ejecutar esfuerzos para ampliar las posibilidades de que las personas se conecten con nuestra literatura.
Por Vicente Fritz, Periodista