Tras un año de discernimiento y formación en la etapa del Noviciado de Alta Gracia en Córdoba Argentina, Benjamín Parra de Linares, Eduardo Moya de Talca y Andrés Orrego de La Serena realizaron su primera profesión religiosa como Salesianos de Don Bosco, el lunes 30 de enero.
Al asumir de forma libre y consciente votos temporales de pobreza, obediencia y castidad, estos jóvenes salesianos continúan avanzando es su proceso vocacional, en respuesta al llamado de Dios a este carisma particular, e iniciarán, a partir de este mismo año, un nuevo proceso formativo, también en Argentina, en el Posnoviciado “Miguel Rúa” de la misma ciudad de Córdoba.
La celebración se llevó a cabo en el templo María Auxiliadora del Ex Posnoviciado de Lo Cañas y fue presidida por el Inspector de los Salesianos en Chile, P. Alberto Lorenzelli, quien, entre las varias ideas desarrolladas en su mensaje, indicó: “No nos hacemos Salesianos para hacer cosas, por más buenas y atractivas que puedan ser, sino ‘a causa de’ Alguien que nos ha amado, nos ha mirado, nos ha conquistado, nos ha invitado a seguirlo, nos ha pedido colaborar con él y, para ello, nos ha comunicado su mismo Espíritu”.
Los nuevos profesos recibieron de manos de P. Lorenzelli el libro de las constituciones y reglamentos, la regla de vida de los salesianos, y la medalla que los distinguirá como hijos de Don Bosco.