Contra la violencia de las mujeres: reemprender desde la educación

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“Quién está en el error, compensa con la violencia lo que le falta en la verdad y en fuerza”, escribió el gran escritor alemán Johann Wolfgang Goethe; “la violencia es el último refugio de los incompetentes”, escribió otro gran escritor, Isaac Asimov. Quizás esta es la clave con la que debemos acercarnos a la terrible realidad de la violencia contra las mujeres, que se celebra hoy en todo el mundo una jornada de sensibilidad y de lucha. La verdad es que quienes usan la violencia son más débiles y que para detener la violencia es necesario un cambio cultural.

Las cifras dadas a conocer por las Naciones Unidas informan que el 35% de las mujeres en todo el mundo han sufrido violencia física o sexual. No sólo eso, dos tercios de las víctimas de los homicidios en ámbito familiar son mujeres, mientras que solo 119 países han promulgado leyes sobre la violencia doméstica y 125 sobre el acoso sexual. El problema de la violencia contra las mujeres es un fenómeno global, que conlleva víctimas y genera graves problemas sociales en el mundo.

Pero además de los datos sobre el alcance y la gravedad del fenómeno, es significativo también la percepción relativa al problema. La ONU informa que casi la mitad de las niñas entre 15 y 19 años cree que, al menos en algunos casos, los maridos tienen derecho a golpear a sus esposas. Si declaran convincentes el 84% de las encuestadas en Afganistán, el 79% en la República Centroafricana, 89% en Guinea Conakry, el 83% en Mali, el 81% en Timor Oriental: todos los países donde las culturas patriarcales sobreviven, en la que los hombres y las mujeres son educadas para hacerles creer y saber que las mujeres son inferiores, con total sujeción a los hombres que las poseen.

La situación no es color de rosa, incluso en los lugares donde los conceptos de igualdad entre hombres y mujeres se han generalizado desde hace décadas. Basta pensar que según una investigación realizada en Italia una de cada tres mujeres entre 18 y 29 años cree que la violencia doméstica es un asunto privado, mientras que 1 de cada 4 mujeres considera los actos aislados de violencia, como un impulso momentáneo justificado por “demasiado amor”.

Todo esto implica a una Institución como la Congregación Salesiana que significa fundamentalmente la necesidad de trabajar en la formación integral de los niños y niñas, para que aprendan verdaderamente el significado de la palabra “amor”, y para que secunden los valores y los derechos.

Fuente: InfoANS

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