Post-Ébola: la realidad social y el compromiso salesiano

El 14 de enero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado el fin del brote del Ébola, que desde 2014 ha asolado el África Occidental: “se ha interrumpido todas las cadenas conocidas de transmisión”. Sin embargo, ni siquiera 24 horas más tarde, la Corte confirmó la muerte de una mujer de Ébola en Sierra Leona.

Sin lugar a dudas, la provocación de algún brote ha estado advertido por la OMS; y sobre todo porque la epidemia ha estado en lugares precisos (Sierra Leona, Liberia y Guinea) y por tanto la atención sigue siendo muy alta. Pero el verdadero problema en este momento, no es una continuación del contagio, sino más bien el hecho de que el virus permanezca en los tres países.

En los dos años, el Ébola causó 11,316 muertes confirmadas de 28.638 casos. El Banco Mundial ha estimado que el monto de las pérdidas en el PIB de los tres países asciende a $ 2,2 mil millones de dólares. Sierra Leona sufrió una severa recesión y tuvo severas dificultades para levantar sectores de su economía, de la agricultura y de la minería. Guinea y Liberia se han visto reducidos drásticamente en sus negocios a causa de las fronteras cerradas y al miedo de los empresarios extranjerosa a la inversión.

Y no sólo hay muertos y daños económicos; el Ébola ha dejado secuelas en relación con el tejido social: sólo en Sierra Leona, existe un promedio de 12.000 niños huérfanos. Ha aumentado de abuso infantil y el embarazo adolescente; cientos de niños han sido acusados ​​de brujería y se les culpóde la muerte de sus familiares.

Es por ello que, se hace necesario trabajar para el crecimiento sano y armonioso de los jóvenes y de los países, ya que son ellos los que darán forma a la reconstrucción de los países: “Necesitamos psicólogos, terapeutas y trabajadores sociales en el ámbito socio-terapéutico, para ofrecer atención integral a los niños y adolescentes traumatizados”, dijo hace un año, el salesiano coadjutor Lothar Wagner, dedicado a la labor de la ONG “Don Bosco Fambul” a Freetown.

Un niño curado del Ébola no es necesariamente un niño sano,  merece atención, apoyo, ayuda y más aún, si se trata de falta de afecto de los padres, o si el Ébola le robó su infancia.

Los salesianos de África Occidental durante el tiempo de la epidemia, para ayudar y acompañar a los niños afectados por el Ébola realizaron numerosos programas, proyectos y estructuras. Este proyecto será más entusiasmante ahora, con el apoyo personal del Rector Mayor, don Ángel Fernández Artime.

Fuente: InfoANS

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