Se siguen generando hitos de la histórica llegada del Carisma Salesiano a Calama. Junto con la construcción del Colegio en uno de los sectores más pobres de la ciudad -obras en etapas finales-, han tenido lugar una serie de actividades de índole formativo-vocacional y pastoral que han permitido dar a conocer a Don Bosco y su Espiritualidad. Luego de 22 horas de viaje desde Santiago, un grupo de 20 entusiastas jóvenes vinculados a los diversos procesos de discernimiento vocacional salesiano llegaron hasta Calama el 5 de enero para desarrollar un intenso programa que contempló formación comunitaria, visitas a las familias, colonias salesianas villa feliz, formación para adultos y agentes de pastoral y eucaristías diarias con la comunidad cristiana, entre otras actividades. La delegación fue acompañada por el Equipo de Animación Vocacional Específica, cuyo responsable es el P. Pedro Carrera Reyes, integrado por el P. Claudio Cartes, Delegado para la Pastoral Juvenil, y el salesiano estudiante de Teología Osvaldo Valenzuela. Acompañan también los tres prenovicios: Andrés Orrego, Eduardo Moya y Benjamín Parra, además del posnovicio Manuel Venegas. La experiencia surgió fruto de la reflexión realizada por el Equipo Vocacional durante 2015, año vocacional extraordinario, impulsado por la Congregación y ha pretendido ofrecer a los jóvenes prepostulantes y postulantes a la vida consagrada salesiana un proceso de discernimiento con una fuerte contrastación y reflexión pastoral, en un trabajo programado, desarrollado y evaluado por los mismos jóvenes. El grupo fue acogido en las dependencias de la Capilla “San José Carpintero”, perteneciente a la Parroquia San Pablo, situada en el sector del nuevo CTI Don Bosco. Gracias a las gestiones realizadas por el equipo y a la coordinación parroquial, los jóvenes también fueron recibidos por diversas familias vinculadas a la comunidad cristiana. Además, un grupo de voluntarias se encargó de la alimentación en el transcurso de la jornada. Actividades formativas, misioneras y Colonias Villa Feliz El programa diario comenzaba a las 07.00 am. con un momento de lectura orante de la Palabra de Dios (Lectio Divina) desarrollado por grupos. Luego del desayuno, los jóvenes tuvieron un momento de formación vinculado al mismo discernimiento que llevan adelante y cuyo momento es acompañado por los miembros del Equipo. A las 11.00 hrs. y hasta las 13.30 hrs. los jóvenes de dos en dos visitaron a las familias de la población René Schneider en la que se encuentra el colegio salesiano que destaca por su alta vulnerabilidad y por encontrarse en la periferia de la ciudad de Calama. Además, los jóvenes visitaron y compartieron con las familias de un campamento ubicado a dos cuadras del colegio. “La apertura de la gente ha superado las expectativas que teníamos. Mucha gente nos ha abierto las puertas de las casas para poder dialogar, rezar un momento juntos y bendecir los hogares. Cuando uno pronuncia la palabra ´Don Bosco´ la gente se muestra muy interesada y nos hace pasar inmediatamente… es que la apertura de este nuevo colegio en esta ciudad ha generado un gran interés”, comentó el P. Pedro Carrera. Al comenzar la tarde, más de 100 niños se congregaron diariamente en el Gimnasio Polideportivo de la población, ubicado justamente al frente de las nuevas estructuras del Colegio Don Bosco, para participar en los momentos de catequesis, recreación, talleres y oración. Varios de los participantes son los alumnos matriculados que comenzarán en marzo con el colegio. Concluyendo la tarde se celebró diariamente la Eucaristía, a la cual asistieron un fiel grupo de personas. Algunos días, después de la Misa, en la misma capilla, se desarrollaron momentos de formación para adultos que han pretendido dar a conocer a las familias el carisma salesiano, la figura de Don Bosco, su pedagogía y espiritualidad. Los organizadores señalan que la vivencia comunitaria del equipo es una de las claves formativas y ejes fundamentales del proceso, por ello se compartieron los servicios de preparación de la cena, lavados, aseos y organización. De la misma manera, todas las noches se propició un tiempo para evaluar la vida comunitaria, la praxis pastoral y compartir en un profundo momento de oración, la propia experiencia de Dios a partir de lo vivido durante el día. Estos espacios permitieron un acompañamiento personal que ha incluido además una celebración penitencial. Fuente: Equipo Vocacional – OFISA Noticias relacionadas:
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