Mons. Héctor Vargas, presidente del Área Educación de la Conferencia Episcopal de Chile, se refirió a la aprobación en el Congreso de la Ley que pone fin a la selección, copago y lucro en la Educación. La Conferencia Episcopal de Chile, a través de su Área Educación, lamentó que la nueva Ley de Educación, relacionada con la gratuidad del sistema subvencionado, el fin al lucro, selección y copado, recientemente aprobada en el Congreso, no incluyera temas relacionados directamente con la calidad de la educación. En una declaración dada a conocer este miércoles 28 de enero, el obispo de Temuco y presidente del Área, Mons. Héctor Vargas, manifiesta que esto ocurrió “tal vez porque no se generaron los necesarios espacios para una reflexión seria y profunda acerca de la naturaleza, principios y valores propios de una auténtica educación. En este sentido, habrá que despejar las dudas acerca de si esta Ley contribuirá en modo sustantivo a mejorar la educación chilena. Creemos que el país ha perdido una gran oportunidad al respecto”. La nota lamenta que la Ley haya sobre regulado la gestión de los colegios particulares subvencionados, sobrecargando la normativa y aumentando la creación de instancias administrativas y burocráticas, “que harán muy pesada, complicada y onerosa la gestión de las escuelas y la mayor burocracia del control del Estado, limitando una razonable subsidiariedad”. Más adelante agrega: “Tal complejidad, como el cuestionable apresuramiento legislativo, ha hecho que algunos temas no se hayan reflexionado con la profundidad requerida, ni resuelto completamente; otros deberán esperar tiempos de prueba; otros esperarán varios años por no tener financiamiento. Solo en el tiempo se podrá en definitiva evaluar qué normas eran pertinentes y adecuadas, y cuáles no, lo que debería derivar más adelante en cambios a esta Ley”. Como la implementación de esta ley será “un largo y complejo proceso, tanto para las escuelas como para los funcionarios públicos”, el Área Educación del Episcopado espera “un atento respeto y acompañamiento por parte de la autoridad hacia los centros educativos”. Mons. Vargas recuerda que, desde el inicio de la discusión de la reforma, la Iglesia expresó su interés de involucrarse fuertemente en sus objetivos: “Nos ha motivado además a comprometernos en la construcción de una educación más justa, inclusiva y de auténticas posibilidades para todos nuestros niños y jóvenes, especialmente los más pobres”. Por esta razón, el Área Educación aprecia que “-aunque insuficientes- haya habido avances y algunas transformaciones del texto en el proceso legislativo. Esperamos que en su posterior Reglamento, aplicación y posibles futuras revisiones, se salvaguarden aquellos principios, libertades y derechos irrenunciables en toda auténtica educación. Es lo que hemos expresado los obispos católicos en el documento “La Educación que queremos para Chile”, de noviembre de 2014”, concluye la nota. – Ver texto completo de la declaración Fuente: Prensa CECh |
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