En Punta de Tralca los Obispos dieron a conocer el documento conclusivo de la 108ª Asamblea Plenaria de la CECh. Un llamado a fortalecer la familia, a defender y promover la vida, y a superar la vergonzosa brecha social entre ricos y pobres hicieron los Obispos en el mensaje conclusivo de la 108ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile, que concluyó este viernes en la casa de retiros de Punta de Tralca. El “Mensaje de los Obispos al pueblo de Chile” fue presentado a los periodistas, en el salón plenario de dicha casa, por las máximas autoridades del Episcopado, encabezadas por el Presidente de la CECh, cardenal Ricardo Ezzati, arzobispo de Santiago; el Vicepresidente, Mons. Alejandro Goic, obispo de Rancagua; y el recientemente electo secretario general, Mons. Cristián Contreras Villarroel, obispo de Melipilla. Fortalecer la familia En dicho mensaje, los obispos afirmaron que el Sínodo extraordinario de Roma les ha “sensibilizado muchísimo sobre la hermosura y las dificultades de ser y hacer familia en estos tiempos”. Al mismo tiempo manifestaron que en estos tiempos “urge fortalecer la familia”, reforzando las políticas públicas encaminadas a promover el matrimonio fundado entre un hombre y una mujer. Los pastores afirmaron que el matrimonio no puede quedar relegado a un acto, en la práctica, simbólico. En ese sentido, expresaron su preocupación ante iniciativas de ley que podrían dejar al matrimonio “como un mero nombre, carente de estatuto propio y original, y desperfilado en sus deberes y derechos”. Reforma educativa y otros debates El mensaje episcopal reitera que la Iglesia está de acuerdo en la necesidad de una reforma educacional y que para ese propósito seguirá colaborando en aportes a los proyectos presentados por el Gobierno. El cardenal Ezzati anunció que el lunes 17 se dará a conocer a las autoridades, legisladores y opinión pública un nuevo mensaje de la Iglesia sobre este tema. Sobre los temas del aborto y la eutanasia, el mensaje reafirma el valor de la vida humana, que está reservado a Dios, y asegura que desde la concepción cristiana de la persona humana la Iglesia siempre defiende y defenderá la vida de los más débiles. Impaciencia y violencia Los obispos llaman la atención sobre los “tiempos de impaciencia” que se viven tanto en la Iglesia como en la sociedad, con falta de diálogo y descalificación de los adversarios. Afirman que, desde su vocación de entendimiento, Chile podrá caminar hacia una sociedad más justa y fraterna que honre a los más débiles y vulnerables. También expresaron su especial preocupación por el incremento de la violencia en la sociedad, “especialmente en atentados terroristas, y a través de actos de delincuencia cada vez más sofisticados, que revelan la existencia del crimen organizado, además del flagelo del narcotráfico en medio nuestro”. Al respecto, recordaron que “la violencia nunca ha sido la vía para solucionar los conflictos y las injusticias”. Escándalos económicos, codicia y brecha social Del mismo modo, abordan los “diversos escándalos en el ámbito económico, muchos de ellos causados por la codicia, generalmente en desmedro de nuestros compatriotas menos favorecidos, y que incluso han dañado seriamente en ciertas ocasiones el prestigio de la política”. A juicio de los obispos, todo esto “hiere a la familia chilena, que en su gran mayoría hace esfuerzos extremos para sobrevivir cada día con recursos mínimos, evidenciando así la vergonzosa brecha social entre ricos y pobres, quienes permanecen excluidos del desarrollo, situación que en reiteradas ocasiones hemos denunciado”. Condena a sacerdote por abusos Con relación a la sentencia condenatoria contra el sacerdote John O’Reilly, el mensaje lo aborda “con profundo dolor y vergüenza”, manifestando que “la vida y la integridad de la víctima es nuestra primera preocupación, y tanto a ella como a su familia, así como a la comunidad educativa expresamos nuestra cercanía y solidaridad. Pese a todo, nos anima a renovar nuestro compromiso radical para prevenir que casos como este se repitan, disponiendo todos los medios para ello”. El mensaje episcopal concluye con una plegaria, tomada del Mensaje a los Pueblos del Sínodo Extraordinario de la Familia, que en su parte final señala: “Padre, danos la alegría de ver florecer una Iglesia cada vez más fiel y creíble, una ciudad justa y humana, un mundo que ame la verdad, la justicia y la misericordia”. – Ver texto completo del mensaje Fuente: Prensa CECh |
|
Noticias relacionadas:
{module 98} {module 67} |