A la ceremonia asistió la Presidenta electa Michelle Bachelet, ministros de estado y representantes de otras Iglesias cristianas. “Desde distintas tradiciones cristianas y religiosas hemos sido convocados para orar por nuestro país y pedir para su Excelencia la Señora Presidenta de la República, junto a todos sus colaboradores, la sobreabundante bendición del Señor, al inicio de su gobierno”, expresó el Cardenal Ricardo Ezzati, introduciendo su mensaje de oración ecuménica por el nuevo Gobierno, desarrollada la mañana del miércoles 12 de marzo en la Catedral Metropolitana. En esta oración por Chile participó la Mandataria, Michelle Bachelet Jeria, sus ministros y colaboradores, además de representantes de los tres poderes del Estado, de las Fuerzas Armadas y de Orden y miembros del cuerpo Diplomático. Al igual que el Te Deum del 18 de septiembre esta ceremonia es de carácter ecuménico. Por lo tanto se sumaron representantes de distintas Iglesias; entre ellos el Arzobispo Ortodoxo de Chile, monseñor Sergio Abad; el Obispo Anglicano Héctor Zavala; de la Iglesia Luterana, Siegfried Sander; de la Iglesia Metodista, Pedro Correa y representantes de la comunidad judía y musulmana. La ceremonia fue presidida por el Cardenal Ezzati, quien manifestó estar muy alegre por dirigir este “acontecimiento patrio”. “Venimos a agradecer nuestra historia, a comprometernos con su presente y a soñar con su futuro. ¿Cómo no dar gracias a Dios por el inestimable patrimonio de Chile y cómo no hacer oración para pedir al Padre de los cielos que siga acompañándonos e inspirando los mejores propósitos en la nueva etapa que ahora comienza?”. Orando por el bien común, el desarrollo humano y los nuevos servidores El Cardenal expresó en su homilía los mejores deseos para las nuevas autoridades. Habló sobre la relación entre la fe y el bien común, destacando el rol de los cristianos en la construcción de la democracia: “Apenas ocurrido el golpe de Estado de 1973, nuestras Iglesias asumieron la responsabilidad de defender a la persona humana de las humillaciones de los abusos contra sus derechos. Por la misma razón, nuestras Iglesias acompañaron al pueblo de Dios en su lucha por reconquistar la democracia y transitar desde la dictadura a la normalidad institucional en forma pacífica”. Además precisó en su mensaje: “Vivimos un momento fascinante de nuestra historia. Estamos próximos a alcanzar lo que técnicamente se llama desarrollo. No queremos olvidar, sin embargo, que mientras el desarrollo no alcance a todos, no podemos considerarlo tal. Sería simplemente crecimiento estadístico. El desafío de esta generación es hacer que este crecimiento pueda transformarse en desarrollo integral para todos”. Al final de su reflexión hizo un llamado a los políticos de nuestro país: “Me dirijo especialmente a quienes han sido elegidos para gobernar Chile: ¡Están llamados a servir a su pueblo!, ¡para eso han sido escogidos como los primeros! La legitimidad del mandato que recibieron radica justamente allí, en ser servidores del bien común”. La oración ecuménica por Chile y por el nuevo Gobierno culminó con todos los asistentes entonando el himno nacional. Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago www.iglesiadesantiago.cl |
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