Benedicto XVI en su última audiencia: “la barca es del Señor, no mía ni nuestra”


Ante 200 mil personas congregadas en la plaza de San Pedro, el Pontífice expresó su plena confianza en la certeza de que la Palabra de Verdad del Evangelio es la fuerza y la vida de la Iglesia.

Una mañana soleada en medio del invierno romano recibió a una multitud de fieles que quiso estar junto a S.S. Benedicto XVI en su última audiencia general, realizada este miércoles en la plaza de San Pedro.

Al ingresar a la plaza en el papamóvil, Benedicto XVI recibió un prolongado y emocionado aplauso de los presentes. Tras el saludo litúrgico se proclamó en diversos idiomas una lectura de la carta de san Pablo a los colosenses (Col 1, 9-10).

El Santo Padre comenzó su mensaje agradeciendo de corazón la presencia masiva de fieles. “Gracias de corazón. Estoy verdaderamente conmovido. ¡Y veo la Iglesia viva!”, afirmó.

Y agregó: “Hay en mí una gran confianza, porque sé, sabemos todos, que la Palabra de verdad del Evangelio es la fuerza de la Iglesia, y su vida. El Evangelio purifica y renueva”.

Añadió que al asumir el ministerio petrino, le animó la plena certeza de la vida de la Iglesia que se funda en la Palabra de Dios. “Y ocho años después puedo decir que el Señor me ha guiado, ha estado cerca mío, he podido percibir cotidianamente su presencia”.

Luego expresó que este caminar ha tenido momentos de alegría y luces, pero también momentos no fáciles. “Pero siempre he sabido que en la barca [de la Iglesia] está el Señor y siempre he sabido que que la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino suya. Y el Señor no la deja naufragar, y Él la conduce”, agregó.

El Pontífice invitó a todos a renovar su confianza en el Señor y a abandonarnos como niños en sus brazos, desde la alegría de ser cristiano.

Su decisión y su despedida

Recordó el Papa que la Iglesia es un cuerpo vivo, una comunión de hermanos y hermanas en el cuerpo de Jesucristo, que nos une a todos. “Experimentar la Iglesia en este modo y poder casi tocar con la mano la fuerza de su verdad y de su amor, es motivo de alegría, en un tiempo el el cual tantos hablan de su declinación. ¡Pero vemos que la Iglesia está viva hoy!”, expuso.

Más adelante, explicó que en estos últimos meses ha sentido que sus fuerzas habían disminuido, “y he pedido a Dios con insistencia, en la oración, iluminarme con su luz para permitirme tomar la decisión más justa, no para mi bien sino para el bien de la Iglesia. He dado este paso en la plena conciencia de su gravedad y también novedad, pero con una profunda serenidad de ánimo. Amar la Iglesia significa también tener el coraje de tomar decisiones difíciles, sufridas, poniendo siempre por delante el bien de la Iglesia y no a uno mismo”.

Añadió el Papa que ha podido experimentar que uno recibe la vida incluso cuando la da, y que se siente seguro en el abrazo de la comunión de los fieles. Y dejó en claro que no regresa a una vida privada común. “No abandono la cruz, pero permanezco en un modo nuevo junto al Señor crucificado. No tengo más la potestad del oficio por el gobierno de la Iglesia, pero en el servicio de la oración permanezco, por así decirlo, en el recinto de san Pedro”.

Finalmente, agradeció a todos por el respeto y la comprensión con que se ha acogido su decisión de renunciar. “Les pido recordarme ante Dios, y sobre todo orar por los Cardenales, llamados a una tarea muy relevante, y por el nuevo sucesor del apóstol Pedro: el Señor lo acompañe con la luz y la fuerza de su Espíritu”.

En nuestro idioma

En su síntesis en lengua castellana, Benedicto XVI agradeció a Dios por sus dones y a tantas personas que le han ayudado con humildad, también agradeció el respeto con que ha sido acogida su decisión de renunciar al a pontificado. Reafirmó u certeza de que ha sido el Señor quien guía la Iglesia, que la barca es de Cristo y nunca ha faltado a la Iglesia su luz. En el año de la fe invitó a renovar la confianza en Dios.”Muchas gracias, que Dios os bendiga”, fueron sus últimas palabras en nuestro idioma.

Texto de la alocución en italiano

Palabras en lengua castellana

Fuente: Prensa CECh – Imágenes Centro televisivo vaticano

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