En su mensaje, el Santo Padre destacó que las redes sociales, además de un instrumento de evangelización, pueden ser un factor de desarrollo humano. A su vez, hizo hincapié en que el ambiente digital no es un mundo paralelo o puramente virtual, sino que forma parte de la realidad cotidiana de muchos. Las redes sociales son el eje del mensaje elaborado por el Papa Benedicto XVI para la 47ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Si bien la Iglesia celebra esta fiesta el domingo de la Ascensión del Señor (este año el 12 de mayo), el pontífice hace público su mensaje para esta Jornada el 24 de enero, en la fiesta de san Francisco de Sales, patrono de periodistas y comunicadores. El documento fue presentado en la Santa Sede por Mons. Claudio María Celli, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, y monseñor Paul Tighe, Secretario del mismo dicasterio. Monseñor Celli señaló que el mensaje presenta una valoración positiva, aunque no ingenua, de los social media; y subrayó que la dinámica social de las redes sociales “se inserta en aquella, todavía más rica y profunda de la búsqueda existencial del corazón humano”. A continuación monseñor Tighe explicó que el Papa reconoce la importancia del ambiente digital como una realidad en la vida de muchas personas, donde éstas “viven y se mueven”, y agregó que se trata de un “continente” en que la Iglesia debe estar presente. “El foro creado por las redes sociales, nos permite compartir la verdad que el Señor ha transmitido a su Iglesia, escuchar a los demás, conocer sus intereses y preocupaciones, comprender quienes son y que buscan”, declaró. En su mensaje, el Papa destaca que el desarrollo de las redes sociales hace que surja un lugar para compartir informaciones y opiniones, una nueva “ágora”, como la llama el Santo Padre, donde además, nacen nuevas relaciones y formas de comunidad. Son estos espacios los que el Pontífice considera que pueden reforzar los lazos de unidad entre las personas y promover eficazmente la armonía de la familia humana, siempre que se valoricen bien y de manera equilibrada, ya que así favorecen formas de diálogo y de debate que “salvaguarda de la intimidad, responsabilidad e interés por la verdad”, si son llevadas a cabo con respeto. En este punto, Benedicto XVI refuerza el desafío que supone esta cultura de las redes sociales para quienes quieran hablar de valores, ya que éstas suponen un cambio en las formas y estilos de la comunicación. Por eso, recalca que se necesita “del compromiso de todos aquellos que son conscientes del valor del diálogo, del debate razonado, de la argumentación lógica; de personas que tratan de cultivar formas de discurso y de expresión que apelan a las más nobles aspiraciones de quien está implicado en el proceso comunicativo”. Otro de los desafíos de las redes sociales que destaca el Papa, es el se ser verdaderamente inclusivas, “porque los creyentes advierten de modo cada vez más claro que si la Buena Noticia no se da a conocer también en el ambiente digital podría quedar fuera del ámbito de la experiencia de muchas personas para las que este espacio existencial es importante. El ambiente digital no es un mundo paralelo o puramente virtual, sino que forma parte de la realidad cotidiana de muchos, especialmente de los más jóvenes”. De acuerdo a lo anterior, utilizar estos nuevos lenguajes es necesario “para permitir que la infinita riqueza del Evangelio encuentre formas de expresión que puedan alcanzar las mentes y los corazones de todos”, y no tanto para estar acorde con los tiempos. Además, hay que considerar, sostiene el Santo Padre, que “los buenos frutos que el compartir el Evangelio puede dar, se deben más a la capacidad de la Palabra de Dios de tocar los corazones, que a cualquier esfuerzo nuestro”. Esto, tomando en cuenta que no debemos confiar más en los medios humanos que en la fuerza de la acción de Dios. Es en este contexto, en el que las redes sociales, además de instrumento de evangelización, pueden ser un factor de desarrollo humano, además de ofrecer la posibilidad de compartir fácilmente los recursos espirituales y litúrgicos. “Debe de haber coherencia y unidad en la expresión de nuestra fe y en nuestro testimonio del Evangelio dentro de la realidad en la que estamos llamados a vivir, tanto si se trata de la realidad física como de la digital. Ante los demás, estamos llamados a dar a conocer el amor de Dios, hasta los más remotos confines de la tierra”, concluye el Papa. Fuente: Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales |
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