Gracias a la colaboración de don Pierluigi Cameroni, Postulador General de la Familia Salesiana para las Causas de los Santos, ANS se ha comprometido a principios de cada mes, a presentar las figuras de santidad salesiana, que el calendario litúrgico recuerda mes a mes. Una iniciativa que quiere ser un estímulo para descubrir (o redescubrir) algunos rasgos de su santidad y celebrar, así, con más conciencia su memoria. “Enero propone para nuestra imitación y nuestra oración, el testimonio de algunos miembros de la Familia Salesiana ya elevados al honor de los altares y a los que queremos ver en este año como modelos de fe”, dice don Cameroni. 15 de enero: beato don Luigi Variara Es una figura que resalta por una fidelidad extraordinaria en los caminos inspirados por Dios, pero elaborados e incluso distorsionados por las contingencias humanas. Un salesiano misionero que vivió en Colombia durante 28 años, dedicándose a los leprosos de Agua de Dios. Transformó la tristeza del lazareto con la alegría salesiana, con la música, el teatro, el deporte, el estilo de vida del oratorio salesiano. Y, caso único en la historia de la Iglesia, fundó la primera comunidad religiosa formada por personas afectadas por la lepra o hijas de los enfermos de lepra. Fue “fundador” a partir de su realidad de “fundado” en la sumisión plena a la obediencia religiosa. Murió sometido al “exilio” pesado que lo había alejado de la entrega total de su vida a los enfermos y a su Instituto, conjugando en sí mismo la obediencia religiosa más ilimitada con la fidelidad plena a la obra que el Señor le pidió, y la sumisión a las órdenes que le impuso su legítimo Superior y que parecían sacarlo de los caminos queridos por Dios. 22 de enero: beata Laura Vicuña Este año se cumple el 25º aniversario de la beatificación de esta adolescente, alumna de las Hijas de María Auxiliadora. Una chica joven que da su vida por la salvación de su madre, como confesó antes de morir: “Hace casi dos años ofrecí mi vida por ti, por obtener la gracia de tu retorno a la fe. Mamá, antes de la muerte ¿tendré la alegría de verte arrepentida?”. Hacer todo por la salvación de la madre es la preocupación constante de Laura. Por eso intensifica cada vez más la oración, busca todas las oportunidades de sacrificio en lo cotidiano, y las lleva en el corazón como un gran secreto que sólo el Señor sabe. Y cuando en el período de vacaciones Manuel Mora, compañero de la madre, se encaprichó con Laura y hace todo por tenerla, la joven lo rechaza muchas veces con determinación y con la particular fuerza derivada de la fe auténtica. La oferta de Laura fue aceptada y la joven murió en paz después de pronunciar estas últimas alegres palabras: “¡Gracias Jesús!, ¡Gracias María! Ahora muero feliz”. 24 de enero: San Francisco de Sales Es una figura rica, una mina de sabiduría de la cual extraer, tomando como la abeja de flor en flor, algunos de sus reflexiones sobre la fe: “La fe es el rayo celestial que nos hace contemplar a Dios en todas las cosas y todas las cosas en Dios”, “Digamos así: Dios es el pintor, nuestra fe es la pintura, los colores son la palabra de Dios, el pincel es la Iglesia”, “La fe es la gran amiga de nuestro espíritu y puede, en buena dirección, hablar con las ciencias humanas”, “La salvación está indicada por la fe, preparada por la esperanza, pero es dada solo por la caridad”, “Las tentaciones contra la fe van directo a la inteligencia para inducirla a disputar, a conjeturar y a soñar” . 30 de enero: beato Bronislaw Markiewicz Fundador de las Congregaciones, masculina y femenina, de San Miguel Arcángel. A los 18 años, Bronislao pierde la fe. “Quería adherirme a las opiniones de mis profesores -escribirá después – con la fe en Dios, perdí también la paz del alma y el sentido de la armonía interior. Fui invadido por la tristeza”. En la desesperación, Bronislao recurre a los grandes escritores polacos. Movido por uno de ellos, cayó de rodillas y exclamó: “Dios mío, si existes, haz que te conozca!.. Que vea la Verdad, y pasaré toda mi vida en acción de gracias!.. Por lo tanto, estaré dispuesto a todas las humillaciones”. La respuesta del Cielo fue inmediata: “Dios me ha escuchado! En un abrir y cerrar de ojos, mi alma se llenó de luz. Creo todo lo que la Santa Iglesia enseña. Hice Inmediatamente una confesión general”. Pero la conversión trae consigo una dura lucha en el terreno moral: “Caí de nuevo, e incluso varias veces, pero Tú, Señor Jesús, no me abandonaste”. La experiencia de la lucha producirá una fe reavivada, una caridad y una esperanza fortalecida, un fuerte deseo de vivir en la humildad, como el Beato repetía a menudo a sus hijos: “Sin humildad, sin aceptación de la humillación, al Señor Jesús no lo encontraran ni la oración, ni en el ayuno, ni en el llanto, ni en la vigilia”. 31 de enero: Don Bosco ¡Pero… este será otro artículo! En la sección de sdb.org dedicada a la santidad están disponibles otras informaciones y recursos sobre los santos salesianos. Fuente: InfoANS |
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