Justo a mediodía del domingo 6 de enero, festividad de la Epifanía del Señor, la Familia Salesiana se reunió en el templo del Noviciado salesiano para despedir al P. Juan Noero Ocelli, salesiano sacerdote de 96 años, que partió a la presencia de Dios el viernes 4. Presidió la Eucaristía el P. Inspector Alberto Lorenzelli; concelebraron su Vicario, P. Vicente Soccorso; el Encargado de la Casa de Salud “Felipe Rinaldi” en la que se encontraba el P. Noero desde 1988, P. Luis Burgos; y salesianos de varias presencias del país, que coincidentemente se encontraban en sus Ejercicios Espirituales en Lo Cañas. La celebración contó también con la presencia de la comunidad parroquial del noviciado. Durante su homilía, el P. Inspector se refirió a la fiesta de la Epifanía, señalando que en ella “Dios se revela a toda raza, pueblo y nación. Se revela en Jesucristo, Dios Vivo y Verdadero, ante Quien no podemos más que postrarnos y adorarlo”. Agregó que “como a los Tres Magos, Dios nos llama, nos inspira para que lo busquemos, se revela a nosotros en Jesucristo. Y nuestra respuesta no puede ser otra que la de los Magos: buscarlo, seguir Su Camino, postrarnos y adorarlo, ofreciéndole nuestra entrega a Él, nuestra oración y nuestros trabajos”. “Para nuestro querido hermano el P. Juan Noero – señaló el P. Lorenzelli- ha llegado la hora del encuentro definitivo Dios. El que como los Magos fue un ‘buscador de Dios’. Por ello, al Padre Dios oramos: para que lo acoja en su misericordia y después de este largo camino en la tierra, ahora lo llame a sí para compartir el destino prometido a sus servidores fieles”. El P. Inspector destacó la vida de esfuerzo y virtud del P. Noero. Llegado a Chile a los 17 años, dejando atrás su querida tierra italiana, el P. Juan María Noero Ocelli entregó muchos de sus años de vida a la formación de otros hermanos salesianos que comenzaban su vida formativa, varios de los cuales se encontraban en el templo para darle la despedida, recordando innumerables anécdotas, como su facilidad para los idiomas y su gusto por las canciones de su tierra, en especial “Mamma son tanto felice..”. “Dominaba a la perfección el italiano, español, latín e inglés, del cual fue un eximio profesor y entusiasta formador de muchas generaciones. Fue el catequista, consejero y profesor, el sacerdote fiel y generoso, el asistente esmerado y sacrificado que acompañó a tantos aspirantes y hermanos jóvenes. Ciertamente que supo cumplir con lo que había prometido a la hora de dar sus pasos más trascedentes como salesiano: ser todo del Señor hasta el final de su vida, cuidar las virtudes cristianas, corregir sus defectos, servir a la juventud, cumplir con los gravísimos deberes sacerdotales, morir en tierra de misión” resaltó el Inspector. “El P. Noero había celebrado sus 68 años como sacerdote, y casi 78 de profesión. Todo un ejemplo y un signo de que cuando se responde con fidelidad a la invitación del Señor de seguirle más de cerca, todo es posible”, finalizó el P. Alberto. Antes de terminar la ceremonia, y a modo de homenaje, sus hermanos salesianos con emoción, entonaron una canción a Las Peñas, tradicional casa salesiana de jornadas y vacaciones ubicada cerca de la ciudad de San Fernando, cuya letra había sido creada por el P. Noero. Fuente: Área de Comunicaciones Noticias relacionadas:
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