Ord. Diaconal José Quinteros: “No se trata de poder o privilegios, significa, más bien, que Cristo crezca”

La respuesta de Jesucristo a los aplausos y aclamaciones de la gente ante su entrada mesiánica a Jerusalén es el lema elegido por el salesiano José Quinteros para el ministerio del Diaconado que le ha conferido la Iglesia este sábado 22 de diciembre: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere da mucho fruto” (Jn 12, 24). Fue también el centro de su agradecimiento a Dios, al cierre de la celebración, por tantos hermanos, amigos y familiares que le han testimoniado la entrega de la propia vida por el bien de otros.

Monseñor Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago, presidió la Eucaristía y confirió a José el Ministerio del Diaconado en tránsito al Sacerdocio, en el templo sede de la parroquia donde hoy ejerce su servicio pastoral, “Jesús El Señor”, comunidad enclavada en la “Villa Nuevo Amancer”, sector de riesgo social de la comuna de la Florida.

Junto al Pastor Arquidiocesano concelebraron el P. Inspector Alberto Lorenzelli y su Vicario, P. Vicente Soccorso; el Vicario de la Zona Oriente, P. Manuel Paz; el Encargado de Estudios del Seminario Pontificio, P. Andrés Ferrada; hermanos de comunidad de José que cumplen roles en la formación del Teologado salesiano de Lo Cañas; y salesianos de varias comunidades, especialmente de Santiago y alrededores.

En la asamblea los familiares de José: sus padres José Luis y Miriam y sus hermanos Claudio y Esperanza. Jóvenes a los cuales José ha acompañado, provenientes de las comunidades de Puerto Montt, Concepción, Catemu y de la parroquia “Jesús el Señor”. Formandos de la Casa del Teologado, miembros de la Familia Salesiana y de los diversos grupos y experiencias asociativas de la Pastoral Juvenil Inspectorial.

Un servidor apoyado en Dios

En su mensaje a los celebrantes, el Arzobispo señaló que recibir y vivir el ministerio de la ordenación es todo lo contrario de adquirir estatus o promoción humana; “no se trata de poder o de privilegios, significa, más bien, que Cristo crezca y que Él sea quien vive en el ministro”.

El Pastor Arquidiocesano señaló también que no se puede hablar de Dios si no se habla con Dios; no será posible ser testigo del Ministerio de Dios, sin experiencia de Dios. “Por eso busca y cultiva la vida de Dios en la oración constante, teniendo todos los días en tus manos el Evangelio de Cristo”.

Refiriéndose al evangelio proclamado en la celebración, en el cual Jesús pregunta a Pedro si le ama, el Arzobispo exhortó a José a no dudar nunca del amor de Dios. “Lo que tenemos, lo que ofrecemos no es nuestro: somos sencillos administradores de la multiforme gracia de Dios”.

Finalmente, Mons. Ezzati invitó a José a no tener miedo de subir al carro de la vida de los hombres de hoy, de escucharlos, de interesarse por sus preguntas, de sus anhelos de verdad… “Anúnciales el evangelio de Jesús… la luz grande que brilló en la noche de Belén, la que ilumina a todo hombre”.

Dentro de los ritos de la ordenación, José fue presentado como candidato al Arzobispo por parte del P. Inspector Alberto Lorenzelli. Estableció compromiso de celibato perpetuo y obediencia y respeto al Obispo y a su superior legítimo. En el momento de la imposición de la estola y la dalmática, fue ayudado por el P. Marco Vergara y por sus padres.

Una Iglesia que no aparece en la noticias

En su agradecimiento a Dios al final de la celebración por el momento vivido, José destacó el testimonio de entrega de sus papás, de su parroquia de origen en la Pintana, de los jóvenes que con la gracia de Dios ha podido y puede acompañar, y de la parroquia que acogió la celebración, “Jesús El Señor”. “Doy gracias a Dios porque en esta parroquia encuentro el testimonio de muchos amigos, adultos, jóvenes y abuelitos que entregan su vida todos los días… Aquí he aprendido el testimonio de una iglesia sencilla, que es familia, que no es la que aparece en las noticias, sino la que pasa callada”.

Fuente: Oficina de Información Salesiana