Más de mil jóvenes se reunieron, el pasado 21 de octubre, en la aldea Tanchí, perteneciente a la Misión Salesiana para celebrar la canonización de la joven canadiense Catalina Tekakwitha, que había tenido lugar ese mismo día en Roma. En una ceremonia de cuatro horas, desde las ocho de la mañana hasta el mediodía, jóvenes llegados desde diez comunidades cercanas, se apretujaron ordenadamente en la iglesia local para celebrar a la nueva santa, con quien se han identificado por el rasgo común de ser índigena como ellos. La solemne celebración eucarística fue precedida por danzas, cantos en honor a la joven santa y representaciones de escenas de la vida de santa Catalina Tekakwitha. Todo ello compuesto y elaborado por los mismos jóvenes participantes. Alma de esta magnífica celebración han sido las religiosas indígenas de la congregación Hermanas de la Resurrección (Ranabeb li Waklijenaq), fundadas por el misionero salesiano P. Jorge Puthenpura, natural de Kerala, India, quien lleva más de cuarenta años trabajando entre los indios qeqchí de Guatemala. La solemne y colorida celebración de la nueva santa canadiense ha sido como el símbolo de una pastoral juvenil vigorosa que las Hermanas de la Resurrección impulsan en las comunidades indígenas, y que forma parte de un proyecto pastoral mayor que incluye la pastoral familiar y la promoción humana. El proyecto educativo pastoral alentado por las Hermanas de la Resurrección lleva el nombre simbólico de Talita Kumi (jóven, levántate), palabras que Jesús dirigió a la joven enferma. El proyecto originariamente estaba orientado a las mujeres jóvenes, pero últimamente abarca también a los niños y jóvenes varones. Gracias a este novedoso proyecto, en las comunidades indígenas interesadas se respira un ambiente de intensa vida cristiana con sabor a iglesia primitiva, donde pequeños grupos de familia se reúnen alrededor de la Palabra de Dios y del servicio recíproco. Fuente: InfoANS |
|
Noticias relacionadas:
{module 98} {module 67} |